Mes: julio 2011
LA VINOTINTO: Ejemplo de Constancia, Esperanza de un País!
Como de costumbre, hago algo en mi computadora. Es inevitable tener el televisor sintonizado en el juego de fútbol en el cual juega nuestra Vinotinto. Como no soy realmente aficionado (a ningún deporte), sólo escucho, de espaldas entretenido en mis divagaciones digitales. De repente, toda la urbanización se oye en un sólo aliento, todos al unísono gritan: «GOOOOOOOOL!». Como es normal, me emociono, volteo, y celebro ese Gol, que minutos después, le da la victoria a nuestro equipo. Y entonces pienso en eso de «nuestro equipo», y recuerdo que no todo el tiempo fué así. Quizás algún fanático y conocedor del tema (como @jmonsalveleal) corregirá mucho de lo que expreso, pero hablo desde mi punto de vista, de un venezolano no fanático, como indiqué anteriormente, de ningún deporte.
Aún recuerdo la emotividad que expresé cuando me enteré de las palabras que, ahora se supone que no, dijo Hugo Sánchez. Tampoco es que recordaba mucho la trayectoría del en ese momento acusado, aunque si recordaba que era un jugador famoso. A pesar de todo, sentí que se habían metido con algo mío, y en respuesta, proferí los insultos más soeces, esperando que el acusado se viera abrumado por la fanaticada del equipo vituperado, lo cual se logró. Pero, nuevamente, y después de recibir algunos consejos de que «bajara el tono», nuevamente me sentí extrañado de estar defendiendo a la Vinotinto de esa manera, cuando realmente no soy fanático (por tercera y espero última vez lo digo) ni del fútbol ni de ningún deporte. Pero es que sentía que se habían metido con «los perolitos del pesebre». Pero no entendía muy bien el exceso de emotividad que me había inundado. Sólo pensaba que si la Vinotinto era un mal equipo, era NUESTRO equipo, y nosotros, quienes vivíamos por el mismo, éramos los únicos con derecho a hablar mal del mismo. Pero definitivamente, seguía extrañado por la actitud asumida, lo cual me llevó a pensar que si como yo estábamos todos, pues entonces el país entero estaba unido en una causa no sólo noble, sino engrandecedora, como es el Orgullo Nacional. Y eso se lograba por la constancia de quienes han pertenecido a la Vinotinto, en todos los puestos (Directores Técnicos, directivos, Jugadores, etc.), quienes han seguido adelante, independientemente de las vicisitudes por las cuales ha tenido que pasar, lo cual incluye, irremediablemente, aquello que confieso que tanto dije: «jugaron como nunca, perdieron como siempre». No se amilanaron ante nada, y hoy nos ofrecen una oportunidad de triunfo, que realmente no importa si lo logran o no (Ojalá que si!); lo importante es que ya son ganadores, ganadores del aliento de 25 millones de personas, que sufrimos cuando vemos que viene el gol (propio o ajeno), que celebramos los que metemos, sufrimos por los recibidos, pero que en cualquier caso, independientemente de los colores que llevemos por fuera, por dentro somos todos VINOTINTO!
Ahora bien, inevitable es relacionar el tema del Orgullo Nacional con la situación actual de nuestro país. No se trata de politizar el deporte, cosa que sólo pueden hacer quienes sufren de profundos males sociales, pero definitivamente, la vida de un país puede afianzarse con una buena política deportiva. Aquí, leía como se ofreció la entrega de una instalación para la selección nacional, que «por ahora» es, como muchas otras cosas, sólo planos y maquetas. A pesar de que no es sólo la entrega del Pabellón Nacional, sino el apoyo irrestricto a nuestros atletas, en todas las disciplinas, nuestra Vinotinto (y en honor a la verdad, muchos otros compatriotas en distintas disciplinas) ha salido adelante. Pero, por qué no ir más allá? Por qué no unirnos seriamente alrededor de nuestra selección, así como en la historia que inspiró la película «Invictus»?. Esa película trata de Nelson Mandela y su uso de la Copa del Mundo de Rugby de 1995 como una oportunidad para unir al país. Ese torneo significó el regreso de la selección Sudafricana a las competencias oficiales, tras no participar en las justas anteriores por las sanciones impuestas al país debido a su política de apartheid. A pesar del tiempo pasado y de las circunstancias, el equipo local terminó consiguiendo el título, uniendo al país en torno al deporte. El título de la película viene del hecho de que Mandela tuvo el poema en una hoja de papel mientras estuvo en prisión, lo cual le ayudó a sobrellevar su encarcelamiento. Ante las dudas, Mandela le escribe el poema al capitán de la selección surafricana antes del comienzo del campeonato. Una versión del poema Invictus de William Ernest Henley, en español, es la siguiente:
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pueda existir
Por mi alma inconquistable.
Ni me he estremecido ni he llorado en voz alta.
Bajo los golpes de la suerte
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.
Como dato importante, en la realidad Mandela le dió a Francois Pienaar, capitán de la selección, un extracto de un discurso de Theodore Roosevelt, «The Man in the Arena», el cual dió en la Sorbona, Francia, el 23 de Abril de 1910. A continuación se trascribe en una traducción al español, el fragmento más notable y famoso de ese discurso, citado en el discurso de renuncia de Richard Nixon el 8 de Agosto de 1974:
Ya se puede ver, entonces, como nuestros «Hombres en la Arena» han sabido sortear cuanto han tenido, para unirnos a todos. En días como hoy, al ver cómo jugó NUESTRO equipo, recuerdo también una película que vi hace mucho tiempo, llamada FUGA A LA VICTORIA (Victory era su nombre original), que mucho tiempo después me enteré que estaba inspirada en un hecho real llamado El Partido de la Muerte, realizado el 9 de agosto de 1942, donde el FC Start, un equipo de ex-jugadores del FC Dinamo de Kiev (en su mayor parte) se enfrentó al más potente equipo alemán, en la época en que Ucrania estaba ocupada por el III Reich. Los jugadores, a pesar de ser advertidos que de no perder morirían todos, ganaron y humillaron a los alemanes para el delirio colectivo. Pocos días después las amenazas se cumplieron…
El ejemplo de la Vinotinto es importante. Es un ejemplo de lo que se puede lograr. No importa el sacrificio por el que haya que pasar, si se mantiene la constancia, se obtendrá la Victoria. Y esa Victoria, precisamente, es la demostración de que siempre hay esperanza. La esperanza de Venezuela está en la Vinotinto, y la Vinotinto, es la esperanza de Venezuela. SI HAY FUTURO!
Agradezco a Juan Zambrano (@zrjc) por la idea de escribir sobre el tema…
El hombre y su enfermedad
La salud y la enfermedad son parte integral de la vida, del proceso biológico y de las interacciones medioambientales y sociales. Generalmente, se entiende a la enfermedad como una entidad opuesta a la salud, cuyo efecto negativo es consecuencia de una alteración o desarmonización de un sistema a cualquier nivel.
Lo anterior se lee en lo que se hace una búsqueda en Wikipedia por el término «enfermedad». Así como nos hemos acostumbrado a la vida, debemos hacerlo a la muerte, y a uno de sus agentes más eficientes, como lo es la enfermedad. No puede impresionarnos que un ser vivo, digamos una persona, se enferme. Es parte del proceso de estar vivo. De hecho, uno de los negocios más influyentes y más efectivo es el de la salud. Lo que pasa es que no vemos que el negocio no es precisamente la salud, sino la enfermedad. La gente o quiere evitarla, o quiere curarla, de resto, se está en un estado normal que poca atención requiere. Entonces, no es para nada raro que una persona se enferme, independientemente del tipo o grado de su enfermedad. Para enfermarse no hay mas que estar vivo, al igual que para morirse. Por lo general una enfermedad puede conducir a la muerte, pero no es recíproco el proceso, a menos que se sepa como regresar de la muerte, pasando por la enfermedad, y llegando a estar sano. Algo así como «el curioso caso de Benjamin Button», pero pasando por la enfermedad. Pues resulta que en este país que es Venezuela, donde tenemos de todo, pues no se nos escapó el contar con una versión criolla de Benjamin Button…
Mucho se ha dicho y opinado de la enfermedad que ahora nos aqueja a todos. Hay analistas que hacen su labor desde el punto de vista médico, físico, filosófico, filantrópico, político, electoral, teatral, legal, universal, vestal, y pare usted de contar. Miles, millones de palabras se generan alrededor del mundo con la enfermedad que hoy aqueja a los venezolanos. Y es muy loable que prestemos esa atención, pero quizás es más importante que recordemos que no es el primer caso que enfrentamos en nuestra historia…
El 23 de Noviembre de 1908, Castro se separa del poder, debido a problemas de enfermedad que sufría, y pasa Gómez a desempeñar la Presidencia en su condición de Primer Vicepresidente. Ya sabemos en qué paró ese problema. Si se es un fanático de la historia, es obvio que se tendría ese capítulo MUY pendiente, y se buscaría evitar a toda costa que se repita la oportunidad. Pero, en nuestro caso actual, el problema es que es consecuencia del proceso que se viene gestando desde hace mucho tiempo. El problema no es que nuestro Presidente enfrente un cáncer, sino que la metástasis nos viene afectando desde hace mucho tiempo ya. Yo me atrevería a decir que el problema es que en vista de que su gente no se ha comportado como debían, el proceso se ha vuelto ya tan grande, que no ha podido evitarse que afecte a quien dirige la suerte de este país sumido en esa metástasis. Pero lo cierto es que, en un ejercicio de democracia participativa y protagónica, Venezuela entera está sufriendo de Cáncer. Y, cuando se diagnostican a los pacientes con este mal, se debe conocer si su enfermedad está localizada o si se ha diseminado a otros órganos distantes. En el caso de Venezuela, es muy triste el resultado de ese exámen.
El Poder Público Nacional en Venezuela está dividido en 5 poderes los cuales son: Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral. El legislativo reside en la Asamblea Nacional. Una Asamblea que se ha caracterizado por producir un exceso de leyes malignas, con crecimiento y división más allá de los límites normales. El poder Ejecutivo es ejercido por el Presidente, Vicepresidente, Ministros y demás funcionarios. Un Poder Ejecutivo que se ha caracterizado por producir, en el mejor de los casos, un exceso de acciones malignas, con crecimiento y división más allá de los límites normales. El Poder Judicial es el encargado de administrar la justicia emanada de los ciudadanos y se imparte en nombre de la república por autoridad de la ley, constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, el sistema penitenciario, etc. Un Poder Judicial que se ha caracterizado por producir un exceso de decisiones malignas, con crecimiento y división más allá de los límites normales, que ha conducido a un estado de Injusticia e Impunidad generalizado. El Poder Ciudadano resulta un caso bien particular. Es ejercido por el Consejo Moral Republicano, integrado por el Defensor del Pueblo, el Fiscal General de la República y el Contralor General de la República. Entre sus funciones está: prevenir, investigar y sancionar los hechos que atentan contra la ética pública y moral administrativa; velar por la buena gestión y la legalidad en el uso del patrimonio público, el cumplimiento y la aplicación del principio de legalidad en toda la actividad administrativa del estado, e igualmente, promover la educación como proceso creador de la ciudadanía, así como la solidaridad, la libertad, la democracia, la responsabilidad social y el trabajo. Como se puede deducir, el Poder Ciudadano ha producido un exceso de irresponsabilidad maligna, con crecimiento y división más allá de los límites normales. Y del Poder Electoral, que es el que más conocemos, pues es obvio el exceso de resultados malignos que ha generado, con crecimiento y división más allá de los límites normales.
Pues bien, si establecemos que una definición de Cáncer es: conjunto de enfermedades en las cuales el organismo produce un exceso de células malignas (conocidas como cancerígenas o cancerosas), con crecimiento y división más allá de los límites normales, pues no nos queda otra más que decretar que, efectivamente, Venezuela sufre un proceso de metástasis. Entonces, se justifica plenamente la preocupación generalizada acerca del tema, así como la necesidad de las oraciones y cuanta actividad se pueda hacer que permita reducir ese proceso a su mínima expresión. Pero, una de las cosas que más nos debe preocupar, es que ese proceso de metástasis que nos afecta ha llegado tan profundo, que vemos como se hace casi que un comentario muy popular, por parte de personas que definitivamente sufren mucho por esta enfermedad que nos afecta, el hecho de que se piense que la solución al problema es la muerte del portador. Obviamente, nos hemos acostumbrado al hecho del refrán popular de que «muerto el perro, se acaba la rabia», pero sé que nosotros, los Venezolanos, no somos así. Viene del otro lado del cable submarino la frase «Patria, Socialismo o Muerte», que de paso, pareciera estar en vías de extinción, dada la cercanía del último componente de esa trilogía revolucionaria. Nosotros no somos un país de gente que desee la muerte a nadie. De hecho, parte de nuestros problemas es que nos han insensibilizado ante ese terrible final, al exponernos a la realidad de que una vida cueste menos que un equipo electrónico, producto de esa metástasis oficial que afecta los organismos que deberían dedicarse a resolver esos problemas; pero nosotros JAMAS hemos sido seguidores del culto a la muerte. Por eso, estoy seguro que podremos enfrentar esta enfermedad que nos afecta como recomiendan los médicos: con mucha esperanza y energía positiva. La solución no es la muerte de nadie, por el contrario, debemos TODOS revivir y comenzar a aportar nuestro granito de arena. Sólo participando, aportando ideas, enseñando a nuestros hijos, y construyendo el país que tanto merecemos podremos solucionar nuestros problemas. Dejemos de lado ese discurso de muerte, y salgamos adelante. Por supuesto que necesitamos que surjan los líderes que nos van a orientar en ese proceso. Es un buen momento para que se generen las propuestas de resurrección. Debemos hacer que la muerte que domina en la oposición se vaya, y que surja un movimiento POR LA VIDA, además de que demuestren que están vivos, para que la esperanza llegue a este enfermo, y logre salir adelante.
Para cerrar, no quiero dejar de mencionar una frase de @meollocriollo que me ha estado haciendo pensar mucho sobre el tema:
Nuestro problema no es la enfermedad que nos obligan a asumir como propia. Ojalá Dios permita una larga vida a quien la sufre. La solución es que logremos entender que no es convenciéndonos de que estamos enfermos, y que tienen una solución mágica, como saldremos adelante. Es con trabajo, constancia y Fé como lograremos alcanzar los más altos objetivos.
El País de la Felicidad
Erase una vez un país, en un planeta cualquiera del Universo conocido o desconocido, donde sus habitantes se habían habituado a vivir, después de mucho sufrimiento, en un estado de felicidad permanente, basado en el bienestar al cual se veían sometidos. Para ello, regularmente debían elegir, de entre sus mejores ciudadanos, a quienes iban a definir las estrategias que mantendrían esa situación de bienestar general. Para asegurar que se siguieran las estrategias establecidas, se había establecido que un grupo de personas, de alta moral y fieles a las buenas costumbres, respetuosos de los acuerdos establecidos, manejarían los medios necesarios para asegurar que se conservaría esa felicidad que tanto disfrutaban en aquel país. Por muchos años, la gente vivió feliz, sin mayores sobresaltos, hasta que de entre los elegidos para asegurar el cumplimiento de las estrategias, surgió una persona que decidió que todo estaba mal. Por la fuerza, método desconocido por los habitantes de ese país hasta ese momento, intentó cambiar radicalmente la suerte de todos, lo cual no pudo, ya que la razón y el entendimiento de la mayoría condujeron a que se mantuviera la línea de felicidad que los había cubierto por tanto tiempo. Esta persona, fué sujeta a pagar su culpa, básicamente en un proceso de reflexión que conduciría, si seguía las instrucciones que se le daban, a cambiar su intención, para convertirse en un ciudadano más de su país. Pero, el daño ya estaba hecho.
Luego de muchos años, quienes pensaron que aquel que había dicho que se debía cambiar el sistema tenía la razón, fueron haciéndose de las instancias de decisión, y en función de sus deseos personales, comenzaron a crear una nueva generación, que simplemente estaba en contra de todo lo que había sido hasta ese entonces. Mintiendo y engañando, se hicieron pasar por hombres y mujeres de bien, hasta que llegado el momento dieron el zarpazo, atacaron el orden establecido, y liberaron a aquel que estaba sirviendo su condena, prometiendo que el cambio sería en beneficio de la mayoría. La gente, no tenía por qué dudarlo, y creyeron fehacientemente en esa idea, de manera que apoyaron aquel movimiento, esperanzados que a pesar de que habían sido siempre felices, podrían no sólo ser más, sino que se aseguraría la felicidad por todos los años por venir.
Al comienzo, las cosas fluyeron muy lentamente. La gente notaba que no estaban siendo más felices, oferta inicial y profunda de la nueva opción. Y en algunos casos, notaban que su estado de felicidad disminuía. Surgieron problemas que hasta ese momento no habían conocido, problemas que en conjunto, resultaban un contrapeso al estado de felicidad que siempre habían tenido en aquel país. Lenta pero sostenidamente, se fué convenciendo a la gente que ser felices era malo. Que lo bueno era vivir en infelicidad total, y que para eso debían seguir las instrucciones que les daban. Todos, tarde o temprano, caían en el estado que se les indicaba, aunque pocos luchaban en contra, a pesar de los intentos de ataque a los cuales eran sometidos en forma sistemática. Pero tanta infelicidad afectó a quién dirigía ese movimiento, por lo cual cayó profundamente enfermo, sin que nadie pudiera saber el motivo de su estado. Pero, a partir del momento en que se retiró por su enfermedad, la felicidad regresó a la gente, y lentamente se regresó al estado de felicidad que había caracterizado a la gente en ese país.
De aquel que enfermó, y sus seguidores, poco se supo. Portaban una enfermedad de infelicidad muy contraria a lo que caracterizaba a la gente de aquel país, que siendo muchos más, pudieron mantener el estado en forma permanente, regresando al estado que tenían antes de ser atacados por quienes quisieron imponer sus ideas.
Y así, vivieron felices por siempre…