- Diseñar, formular y evaluar políticas, estrategias, planes y programas, regidos por principios y valores éticos, peléticos y pelempempéticos, destinados a garantizar el pleno goce de excelente salud mental de cada empleado público, haciendo hincapié en los de mayor rango, en quienes aplica un principio de locura directamente proporcional a la relevancia del cargo que ocupa.
- Regular la generación y publicación, de manera escrita, oral, mental, por maldiciones o de cualquier forma, de planes, propuestas, ideas, amenazas o insultos que dejen constancia del paupérrimo estado mental del autor material o intelectual, así como de todo aquel que a través de cualquier forma de manifestación física, cultural o espiritual celebren, aplaudan o de cualquier manera apoyen dichas expresiones de insanidad mental.
- Garantizar la eficiente y eficaz aplicación del sentido común, a pesar de ser el menos común de los sentidos, a fin de dar cumplimiento a la ejecución de penas, y medidas preventivas de privación de la libertad en cada caso en que se determine una falta ligera o grave al respeto por el antes indicado sentido.
- Promover la construcción, adecuación, mantenimiento y dotación de sedes que alberguen a los acusados de uso indebido del sentido común (manicomios), de manera de garantizar espacios dignos de alojamiento y convivencia de los indiciados.
- Garantizar la captación, formación y retención del talento humano que use en forma adecuada el sentido común, garantizando su salida inmediata del país hasta tanto se cuente con condiciones propicias para que los mismos ocupen los mas altos cargos del gobierno del país, y así retomar la senda de la justicia, el bienestar y la ciudadanía que tanto demanda la nación.
Mes: abril 2013
Kakistocracia y Mitocracia como formas de Gobierno en Venezuela
Hace mucho tiempo, en el año 80, como parte de las actividades de la Convención Anual de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (AsoVAC), pude conocer de la existencia de Luis Zambrano. La experiencia fue alucinante, ya que pude incluso conocer en persona a un verdadero inventor. Pero no cualquier inventor, sino uno que hizo verdaderos milagros pioneros siempre por su interés de mejorar el pueblo donde vivía, por que sus paisanos pudieran vivir mejor. Luego, pude quedar literalmente loco al ver una entrevista donde Don Luis explicaba como había «descubierto» el numero PI. Tanto hizo Don Luis, a pesar de no haber siquiera estudiado completo la educación básica.
En esas conversaciones que tiene uno con los amigos, un día salió el tema de otro cuya actitud ya nos preocupaba. Hablando sobre el caso, una de mis amigas, cuyo papá es un muy experimentado psiquiatra, terminó diciéndonos que esa forma de actuar se conocía como «pseudología fantástica«. Este término, para hacer un resumen, básicamente es uno de los varios términos aplicados por los psiquiatras para nombrar el comportamiento de los mentirosos compulsivos o habituales. En las explicaciones mas sencillas que manejábamos en aquellos días, alguien en esa condición tenia el problema de mentir constantemente, convencido de que era verdad todo ese parapeto, y viviendo en el mismo.
En Venezuela, tenemos 14 años (mas o menos) sometidos a un manejo interesado de nuestras necesidades, aspiraciones y esperanzas. Algunos consideramos que había llegado el momento en que podríamos tener el país que soñábamos, otros, que no se equivocaron, anunciaron el comienzo de una era de mucha dificultad para el país y quienes lo habitabamos. Al final, el tiempo, el implacable, el que pasó, terminó mostrando la triste realidad: a pesar de contar con todo el poder, el dinero y los recursos, todo empeoró. A pesar de acciones inspiradas en muy buenas intenciones, quienes siempre lucharon contra las perversidades del sistema, terminaron erigiéndose en los mas dignos (o indignos?) representantes de aquello contra lo que siempre lucharon, y es que no hay nada como luchar contra el gran poder, hasta tenerlo para acabarlo, y terminar haciéndose (y asiéndose) de el y aplicando medidas peores de las sufridas con tal de asegurarlo.
Hoy en día vivimos, entonces, en un proceso de convencimiento sobre acciones, situaciones y planes que no son mas que mentiras. Un proceso donde se mezcla la solución planificada e inexistente a un problema real, con lo cual se genera un mito, mito que se afianza con acciones infructuosas, cuyos fracasos se justifican por el ataque de quienes indicaron que no se trataba mas que de un mito, y que de ninguna manera se llegaría a solución alguna a la necesidad por atender. De esta manera, hemos sido testigos de la conformación de equipos con misiones que a la final, han sido todas fallidas. Y lo peor de todo esto, es que se termina conformando un equipo que se ofrece como el que si va a solucionar los problemas que vivimos, pero que esta compuesto por personajes que en su mayoría no han logrado resolver ninguno de los problemas que en el pasado se les han asignado, y por el contrario, se miente descaradamente presentándolos como exitosos miembros de una elite seleccionada que no puede mas que lograr resolver los tamaños problemas que deben enfrentar. Ante tal hecho, me puse a investigar por mi cuenta y de manera bien informal, a ver si había algún termino a tal circunstancia, encontrando sorprendido que ni siquiera somos pioneros en ese tema. El termino Kakistocracia indica claramente la forma de gobierno que ahora nos toca: kakistos que en griego antiguo significa «lo peor», superlativo de kakos, que significa «malo». Así, la kakistocracia es el gobierno bajo el control de los peores o menos calificados ciudadanos de la nacion. Y nos venden como buenos a estos miembros del nuevo equipo de gobierno, indicando que son Universitarios, lo cual resulta una de las mayores burlas, ya que quieren que asumamos como bueno a alguien por tan solo ser egresado de una Universidad, en un gobierno que ha golpeado y despreciado a la Universidad mas que en cualquier otro gobierno al menos de la era moderna. Y el tema es que estos resultan los peores ciudadanos pero no por falta de educación, ya que tenemos ejemplos como el de Don Luis Zambrano, quien sin haber pasado por ninguna universidad, logró hace muchos años, prácticamente solo y con muy pocos recursos, solo su empeño y constancia, generar electricidad para todo su pueblo, cosa que este gobierno, entre los miles de males que nos aquejan, no ha podido hacer a pesar de todo lo que tiene a su alcance.
Y en cada discurso que veo del presidente de origen napoleónico que tenemos, se me hace mas presente aquel tema de la pseudología fantástica, proceso mitómano que lamentablemente se alimenta de la fantasía perversa de quien se auto-erige como primogénito de una monarquía socialista, lo cual no tiene nada que, para comenzar, pueda identificarse con al menos un ápice de verdad. Existe un término que hasta donde pude investigar se ha utilizado solo en casos similares al que vivimos en Venezuela, que es Mitocracia. A pesar de no estar definido en forma explícita, podemos hacer el ejercicio de crear la definición: mito del griego mythos que se traduce como «relato» o «cuento»; Cracia, del griego kratos, que se traduce como «poder». Así, Mitocracia seria «el poder del cuento, de la mentira», y eso ya es bastante cercano a nuestra realidad.
Pero, lo mas impresionante es la definición de mito, lo cual definitivamente permite afianzar el concepto de mitocracia. Un mito (del griego μῦθος, mythos, «relato», «cuento») es un relato tradicional que se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos. Mitocracia, entonces, seria el poder basado en la mitología, en nuestro caso, la socialista que nació con aquel «por ahora», y que mas allá de eso, lo que lo mantiene son puros cuentos.