Gestión Reactiva/Gobierno Reaccionario


Leopoldo López está preso. Desde que se fue en esa tanqueta, lo mínimo que esperaba era que aparecieran miles de rollos de papel toalé, que acabara el control cambiario, que pudiéramos volver a hacer una «arepada» con toda la harina pan que recuperarían de sus bodegas. Pero no! Leopoldo López, el gran culpable, el «malamen» (por aquello de que al final del Padre Nuestro pedimos «y libranos del malamen», lo mas demoniaco pues), esta preso, y nada ha cambiado. Sigo presenciando peleas en los supermercados por leche líquida; sigo viendo a la gente dormir en la cola del Bicentenario para comprar lavaplatos, harina, aceite, azúcar,  leche y papel toalé. Entonces, Leopoldo no era el culpable?

A la fecha no conozco ningún plan de acciones del presidente. Ninguno. Por el contrario, muestra una combinación de «eudomarsantismo» mezclada con bipolaridad. Mas grave aún, esa actitud solo aplica a los odios mas infundados, a la expresión de sus pesadillas mas profundas. Ejemplo clásico: un día le echa la culpa a un opositor (o a todos), le menta la madre, lo amenaza de meterlo preso… y al otro lo llama a que se sienten a buscar la paz. Esto se repite a diario, cambiando, si tenemos suerte, el objeto de su verborrea. Pero como me gustaría que esa actitud bipolar aplicara a los problemas que nos afectan a diario. Que un día dijera, con esa efusividad con la que ataca al Imperio (que por cierto es el que permite que cobre su sueldo), HOY NO VAMOS A PERDONAR NI A UN DELINCUENTE! ME LOS PROCESAN DE INMEDIATO AL AGARRARLOS, Y DE PASO VOY A APROVECHAR LA LEY HABILITANTE PARA CAMBIAR EL COPP PARA QUE NO SEA ESA ESTUPIDEZ QUE CREARON! PORQUE SOY EL PRESIDENTE CARAJO!. Y, que al otro día dijera: ESTE ES UN PAIS SOBERANO! DEBEMOS PRODUCIR LO QUE NECESITAMOS PARA SALIR ADELANTE CARAJO! POR ESO, HE DADO LA ORDEN DE QUE SE DEVUELVAN LAS EMPRESAS EXPROPIADAS, Y LAS TIERRAS, Y QUE SE HAGA UN PLAN DE FINANCIAMIENTO PARA RECUPERAR LA PRODUCCION EN 3 MESES! YA BASTA DE DESEMPLEO! NO ACEPTO MAS COMPRAS AL EXTERIOR!. Pero, nada, lo único que escucho es un discurso pustulento, lleno de odio, y lo mas triste, puro pan y vino para los pocos que creen que su presidente es el «machito» que dice ser.

Antes, cuando el finado, al menos había un plan semanal. Lo que se le ocurría cada domingo era lo que se hacia entre lunes y sábado. Eso si, nadie hacia luego seguimiento, ni se interesaba en saber si se había seguido alguna de las instrucciones del padre del hijo de su padre. Aun recuerdo cuando expropiaron la empresa productora de pañales y toallas femeninas. Ese domingo, el finado anunció que se fabricarían pañales en el país, y hasta los bautizó como «guayuquitos». Mostró en esa oportunidad un paquete, el único que salio de esa planta, que simplemente fue cerrada al retirarse la comitiva presidencial, dejándonos, como siempre, con esa sensación de desengaño, esa arrechera de haber caído una vez mas en la trampa.

Y seguimos así. El presidente habla y habla, pero no dice nada. Se llena la boca diciendo que trabaja para los pobres, sin darse cuenta que tiene en su haber 15 años diciendoles que dejarán de serlo, sin cumplir pero ni años. A la fecha, independientemente de la situación política, no hay ni visos de un plan de acción a la situación que nos aprisiona. No sabemos como va a acabar con la delincuencia. No sabemos como va a acabar con el desabastecimiento. No sabemos como va a acabar con el desempleo. No sabemos como va a acabar con la inflación. Lo único que sabemos es que quiere salir en una foto con Ruben Blades; que para él, Leopoldo, el «malamen», es una especie de superman bizarro que solito iba a acabar con su gobierno y con el país; que las protestas son incitadas por el Imperio, y todos los que participan están hipnotizados por las voces adormecedoras de Patricia Janiot y Fernando del Rincón, expertos ilusionistas que logran convencer, con sus dotes histriónicas, que este paraíso que es Venezuela se esta derrumbando. Todos los días, se debe parar y rascandose una nalga mientras mea, debe decidir que será hecho en el país en pro de su gente. Eso si, sin atreverse a ver CNN no vaya a terminar quemando caucho frente a Miraflores en protesta contra si mismo.

Estamos sometidos a un gobierno reactivo. Un gobierno que solo sigue el plan cubano, que es el único que se cumple al pie de la letra: sacar todo lo que se pueda mientras se tenga chance. Un gobierno de 24 horas, porque las instrucciones, en el mejor de los casos, duran de un día para el otro. Nadie sabe, entonces, que se hará o sucederá al día siguiente. Es como una amnesia que se renueva a diario. Se vive solo el día, sin recordar el pasado, ni pensar en el futuro.

Y, para colmo de males, el del heredero es un gobierno reaccionario. Un gobierno contrarrevolucionario, ya que no hace mas que echar por tierra lo que tanto le costó construir a su padre. Es un caso como esos donde un padre lucha toda su vida por crear un imperio, y se lo deja a su hijo, al cual nunca involucró en las responsabilidades que tendría ante su inexorable falta. Así, el hijo prácticamente no es culpable de que su padre solo le haya dejado probar las mieles del dinero y del poder, sin «mojarse el culo» como se dice en lenguaje coloquial. Y este, el hijo, no hace más que despilfarrar y acabar con el negocio. Ahora, este hijo, esta acabando con su herencia, lo cual no es malo, pero si el hecho de que en su caída nos esté arrastrando a todos. Debemos aferrarnos y luchar, así como cuando la poceta no termina de llevarse su contenido, y darle a la palanca tantas veces como sea necesario. La lucha no puede parar.

Y mientras termino de escribir esto,  veo como el Hijo baila con su primera combatiente, mientras en valencia entierran a una víctima de una de sus rascadas de culo diaria. Se ve tan feliz, tan alegre, que es imposible no concluir que esta orgulloso de su gestión. Pero no hay nada como las leyes, que por serlo se cumplen sin lugar a equívocos. «Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto». Tercera Ley de Newton.

NOS PATRIAE: el efecto "por ahora"


Quién le habrá escrito ese corto pero impactante discurso. Más importante aún, quien lo habrá obligado a decirlo…

Aquella noche me dormí temprano con el televisor prendido. Cerca de la medianoche, en alguna vuelta que dí, vi en televisión a Eduardo Fernández hablando junto con un grupo grande de políticos de la época. Ni siquiera me interesó saber que decían, aunque me pareció algo extraño. «Estos güebones» pensé, apagué el televisor, y me dormí. Luego, me desperté exaltado por los gritos de la gente en los edificios de alrededor, que se asomaban y gritaban «GOLPE DE ESTADO! GOLPE DE ESTADO!». Me desperté, y al prender el televisor vi lo poco que pasaban de lo que ocurría. Aún no contábamos con la disponibilidad de teléfonos móviles ni redes sociales, de manera que se trataba de esperar. Llegado el momento, apareció «el cabecilla», llenándonos con ese «por ahora».
En lo personal, más allá de lo que habían hecho, lo que me impresionó y capturó fué el hecho de ver a alguien que asumía su responsabilidad ante tamaña acción. El sólo hecho de aceptar su fracaso, definitivamente lo había salvado de una muerte segura. Luego de eso, participé activamente en muchas tareas relacionadas con ese movimiento, siempre inspirado en que en ese pensamiento estaba la salida. Y lo mejor era que contábamos con un líder en el que podíamos confiar, ya que llegado el momento estaba demostrado que podría reconocer las fallas, asumirlas y corregirlas, lo cual hacía que aquel «por ahora» se hiciera eterno.

El tiempo pasó, y aquel «por ahora» logró dejar de ser una promesa, para convertirse en prometedora realidad. Quienes pensamos, o mejor dicho creímos, que la Venezuela que aspirábamos finalmente surgiría basada en los conceptos de justicia social y desarrollo económico, nos convertimos en los más grandes cabrones de la historia de nuestro país. Cuando caímos en cuenta, ya no hubo manera de inocular ese efecto adormecedor de aquel «por ahora». Cada vez que surgía la duda, que se alzaban las voces, nos adormecían nuevamente con el «por ahora», con lo cual compraban y compraban más tiempo. Más tiempo que utilizaron en detrimento de la Patria y sus ciudadanos.

Ahora, 22 años después, escucho al Presidente relatar la situación que en aquel entonces inspiró la necesidad de revelarse contra ese sistema. Desigualdad social, corrupción, entrega del país, oligarquía fascista, desempleo, falta de seguridad social, altos precios… y pienso que es exactamente lo mismo que estamos viviendo ahora. Miento! no es exactamente lo mismo, porque ahora estamos peor. Peor, porque en estos 22 años se ha contado con el mayor ingreso petrolero de la historia; Peor, porque en estos 22 años el Gobierno ha tenido más poder «constitucional» que cualquier otro Gobierno de nuestra historia; Peor, porque los niveles de impunidad son tales que no hay pudor de ejecutar actos de corrupción de manera pública y notoria; Peor, porque jamás Gobierno alguno había entregado al país por tan poco. Y lo mas triste, Peor, porque aquel que surgió de su capacidad de reconocer el error cometido, y a quien se le dió la oportunidad de lograr por la vía legal lo que pretendió por la vía violenta, nunca tuvo la voluntad de corregir los errores que, como es perfectamente normal, cometió, dejando claro que aquella visión no fué nunca suya, y por supuesto tampoco de quienes lo han sucedido.

Aquel discurso no pudo ser de su propia inspiración. Aquel «por ahora» definitivamente fué un guión escrito por un genio anónimo que, de haber llegado a tener el poder que le dió a quien jamás creyó que llegaría a tenerlo, hubiese convertido a Venezuela en la potencia que sabemos podemos llegar a ser.

Imposible es no atreverse a mencionar el Santo Evangelio según San Mateo 7, 15-20:

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis.