"La Pulga y el Piojo", versión socialista


Allá en miraflores quieren gobernar,
pero no lo hacen por no saber Nah!;

respondió el galáctico desde el más allá: 
«La guerra, el imperio, los teletubbies, He-man «


Ya no es por la excusa,

que ya la sabemos,

ahora es jabón,

¿dónde lo hallaremos?;

respondió la vaca desde su corral:

«Si dejan la paja, se vuelven a bañar».

Ya no es el jabón, que no lo tenemos,

ahora es medicina, ¿dónde la hallaremos?;

respondió la rana desdes el platanal:

«Si no dejan la vaina, no las vamos a soltar».

Ya no es medicinas que no las tenemos,

ahora es la carne, ¿dónde la hallaremos?;

respondió el zamuro, qué buen paladar!:

«Para ver la carne, salgan a marchar».

Ya no es por la carne, que no la tenemos,

falta quién trabaje, ¿donde lo hallaremos?;

saltó la pereza desde un colectivo;

«Bueno! Qué’s la velga! No se metan conmigo».

Ya no es quién trabaje, que no lo tenemos,

ahora es la luz,¿donde la hallaremos?;
respondió el cocuyo desde el chamizal:

«No hay como arreglarlo, aquí hay mucho animal»

Ya no es por la luz, que no la tenemos,

ahora es detergente, ¿dónde lo hallaremos?
saltó el mapurite desde el matorral:

«Ahora mi aroma, lo van a envidiar».

Ya no es detergente, que no lo tenemos,

ahora es el padrino, ¿donde lo hallaremos?;
gritó el ratoncito: «me importa un comino!»

Rodríguez Torres, pa tu casa! Padrino López, conmigo!».

Ya no es el padrino, que ya lo tenemos,

ahora es la harina, ¿donde la hallaremos?
respondió la gata desde la cocina:

«Harina? Están locos? Ni pa las fiestas decembrinas»,

Todos se quejaron que leche no vino,

entonces la guardia … miaaauuu!
Echó gas del fino!

Del presente y el futuro


Un suspiro agonizante me recibe en la mañana
El coñísimo’esumadre, otro día más sin agua
La respuesta del gobierno, con cara de seriedad:
«Es El Niño, el imperio, que no nos deja gobernar»
Ya son varias las farmacias que recorro en la ciudad
En todas me responden «vaya a otra, aquí no hay»
Le preguntan al gobierno «que van a hacer al respecto?»
«Es un golpe económico que obliga a estarse quieto»
Nos dicen que la industria está a full capacidad
Pero en los supermercados todo es marca «no hay»
Ahora captahuella para controlar lo que compramos
Será que para papel usaran los insterticios del ano 
Guerras inventadas no harán mella en nosotros
Discursos aberrantes van dirigidos a otros
Sigamos adelante sin perder el camino
Para poder en el futuro retomar nuestro destino

Cómo odio al imperio!


Mi cédula me pide en el mercado el cajero

«Ya compré papel hace días» pienso haciéndome el serio 
Un «Jum» resopla de su boca, «el papel no va, mi viejo»
Me tocará lavarme el c&€#. Cómo odio al imperio!
La cabeza me pica, como nieve cae del pelo
Lo que he conseguido es un champú amarillento
«Chernobyl» dice el pote cuando leo donde fue hecho
Mientras me lavo la cabeza pienso: «Cómo odio al imperio»
Cuando tengo el jabón, el agua no sale del suelo
Cuando el agua sale del chorro, el jabón es solo un sueño 
Cuando el agua y el jabón se encuentran, gran misterio
Ahora se me fue la luz, cómo odio al imperio!

Guerras perdidas


Desde que se inició el actual gobierno, se hizo presente una «orwellización» furibunda (ya escribí en detalle al respecto). Así, hemos estado sometidos a una guerra mediática gracias a la cual el gobierno ha logrado sobrevivir ante el escrutinio de sus mas fanáticos seguidores. Según ese método, no existe un solo hecho producto de la ineficacia e ineficiencia del gobierno que no sea culpa de un enemigo externo, que opera en suelo patrio a través de zombies que traicionan a diario su identidad nacional a cambio de una foto con mickey mouse. Para cada error del gobierno, de inmediato se declara la existencia de una guerra en proceso y en contra del mismo. Así, las fallas eléctricas no son producto de la ineptitud gubernamental, sino de las guerras energética y zoológica. El aumento del dólar y el desabastecimiento no tiene nada que ver con un control cambiarlo absurdo y una corrupción campante, no; es producto de una guerra económica que sostiene «el Imperio» contra nuestro país, porque seguramente consideran que Venezuela, con las políticas económicas que implementa, terminará siendo una potencia que los desplazará llevándolos a la miseria absoluta. La delincuencia campante no tiene su centro en un estado de indiferencia absoluta, en una unión bastarda entre los delincuentes con la policía y las fuerzas armadas, ni en un estado de indefensión legal abrumador. No. La inseguridad es un producto mediático generado en los laboratorios de guerra sucia del «Imperio», donde se enfilan los cañones en contra del pueblo revolucionario.

Pues bien. Asumiendo que todo eso fuera realidad, lamento tener que informar que a pesar de todos los esfuerzos del gobierno, la inversión de millones de asquerosos dólares imperialistas, y el apoyo de países hermanos, estamos perdiendo todas esas guerras. Las estamos perdiendo, porque a pesar de que han tomado militarmente las instalaciones eléctricas, con lo cual aseguraron que eliminarían la injerencia extranjera, los animales siguen en su insidioso afán de echar por tierra todos los esfuerzos magnánimos del gobierno en pro de la recuperación del sistema eléctrico. A pesar de que se declaró que se «torcería» el brazo al dólar paralelo gracias al fortalecimiento de nuestra moneda nacional producto de la implementación de medidas económicas apropiadas, el dolar afroamericano rebasó la barrera de los 100 bolivares y el desabastecimiento y aumento de los productos, junto con la destrucción de la industria nacional es el resultado de los ataques teledirigidos de la ultraderecha macabra que ha logrado abatir a los mas furibundos economistas revolución aristas. Y la inseguridad… La inseguridad no ha podido atacarse porque los bastardos antirevolucionarios han logrado entrar en las mentes del pueblo a través de los decodificadores de DirecTV, inoculando la semilla de la irrealidad en cada uno de sus miembros.
«Guerra avisada no mata soldado» reza el popular refrán. Si ya se sabe que es guerra, y quien la esta haciendo, solo una excelsa ineptitud operacional puede evitar que se responda, como en los principios de la guerra, con la misma fuerza. Ya lo dijo Sun Tzu: el enemigo que actúa aisladamente, que carece de estrategia y que toma a la ligera a sus adversarios, inevitablemente acabará siendo derrotado. De nada vale la insultadera, la amenazadera, si no se toman acciones reales. Claro está, para tomar medidas reales, la guerra debe ser real, el enemigo debe existir, y el resultado de las acciones debe ser palpable. De resto, mientras exista la guerra como excusa y caigamos en la trampa de no reaccionar como si estuviéramos inmersos en dicho conflicto bélico, lo cual se traduce en exigir muestras de avance en el camino hacia la victoria absoluta, seguiremos siendo el pueblo del país vencido.