El Milagro del Tiempo


Recuerdos, caras, momentos, sentimientos… Todo comienza a acumularse entre el pecho y la cabeza, especialmente en la garganta. Vienen los compromisos que se tendrán en el nuevo año, los recuerdos del que pasó, ese susto que causa la incertidumbre pero que aliviana la seguridad de que, al final, todo saldrá bien tal como sucedió y ha venido sucediendo cada año.

En mi caso, este año ha sido particularmente interesante. La principal barrera que tuve que sortear fue enfrentarme a mi mismo, a mis miedos, a mis dudas, a mi reacción ante las voces que me decían «no seas pendejo» mientras otras insistían en que me mantuviera constante… y definitivamente la constancia fue la mejor decisión. De lo más difícil que enfrenté, fue entender que la experiencia provee la base para tomar las mejores decisiones; que hay que confiar en ella. Entre las enseñanzas más importantes sigue destacando el hecho de confiar en que nadie sabe lo que va a pasar en el futuro, se trate de un segundo o 10 años, por lo tanto, en ese mar de ignorancia en el que todos nadamos con respecto a lo que sucederá, el nivel de tolerancia al riesgo te lleva de la mano, con lo cual, quienes más arriesgamos, en la mayoría de los casos, salimos mejor parados.

Fue éste un año donde la partida muy temprana de un amigo cercano me abrió los ojos a lo efímero que es nuestro paso por la vida. No hace falta más que un segundo para cambiar de plano. Todos estamos en esa lista, por lo cual no debemos mas que aprovechar mientras estamos presentes. Aún hay muchas cosas que debo corregir; Aún hay muchas cosas que debo perdonar; Aún hay muchas cosas por las que espero ser perdonado. Pero, tenemos la suerte de contar con el Milagro del Tiempo, que por cada segundo que se nos va, tenemos uno nuevo para aprovecharlo. Está en cada uno de nosotros decidir si los usamos para dar excelsos discursos sobre cómo se debe arreglar el mundo, o los invertimos ejecutando lo que sabemos que debemos hacer.

Sin lugar a dudas, somos esclavos del tiempo. Estamos atados a él, y está en nosotros decidir como lo aprovechamos. En mi caso, me echaré esa responsabilidad al hombro para que no haga de lastre. Si algo sé es que debo correr, porque no sé cuánto tengo por delante, pero sí hasta dónde quiero llegar.

Entre las promesas de Año Nuevo…


Se acaba el 2017, y comienza el 2018. En la medida en la que iba pasando el tiempo, se hacía más urgente consolidar lo que voy a hacer en el nuevo año, ya que se suponía que en lo que restaba de éste iba a poder planificar y establecer la hoja de ruta con todos los detalles respectivos. Pero el tiempo, el implacable, el que pasò, no me dió las oportunidades que necesitaba, o quizás si lo hizo y no las aproveché? En fin, al menos me dió tiempo suficiente para meditar y medio organizar lo que, entre otras cosas, quiero hacer el pròximo año…

Escribir es una pasión, por lo cual en mis planes del nuevo año está ser más organizado al respecto. En lo que me puse a organizar cuanta inspiración me ha abordado, conseguí muchísimo sobre lo cual escribir, incluyendo lo que originalmente consideré como 4 proyectos de libros, que pensándolo bien decidí publicarlos como entregas periódicas. Lo anecdótico sigue siendo mi principal fuente de inspiración, ya que definitivamente me encanta lo que me ha dado la vida en cada paso. Éxitos, fracasos, alegrías, tristezas, llenan cada uno de los títulos que ya estoy desarrollando. Plasmar mi experiencia, en distintas situaciones que conforman mi vida, se me hace necesario, siendo yo el principal fan de cuanto se me ocurre. Cada etapa de mi vida se me hace, viéndolas en perspectiva, impresionante, lo cual quizás le suceda a todos en este mundo. Así, entre los títulos que he ido desarrollando como esos «proyectos» de libros están: Referéndum Presidencial; Mi Paso Estocástico; Venezolanus Politicus y Somos el Negocio!. Todos proyectos comenzados que claman mi atención para finalizarlos y compartirlos. Y sobre cuentos unitarios, tengo muchísimos en la lista esperando que les dedique algún tiempo para escribirlos, pero siempre presentes en mi mente: un cuento por cada una de las 100 personas mas influyentes en mi vida; Qué es un vendedor (para alguien que no es de ventas); Cuando un motor flota; El Umbral del Riesgo; Paro Petrolero, son algunos de los títulos que tengo para desarrollar y compartir.

Los dos últimos años de mi vida han sido especialmente intensos y especiales, y me han dejado, como dice la canción «cosas muy buenas». Tener la oportunidad de sobrevivir al impacto de la mentira; seguir siendo afortunado al comprobar lo imprescindible de la amistad; presenciar las duras e inesperadas realidades de la vida, y muchas cosas más han llenado el tintero… Y, aprovechando el momento, pues lo he puesto todo en las promesas para el Año Nuevo que ya se nos viene encima.

Sin lugar a dudas, un año que, como todos, estará lleno de retos que en la mayoría de los casos son imposibles de prevenir y en el momento en que se presentan, difíciles de enfrentar y conquistar, pero que en base a la experiencia, terminan convirtiéndose en anécdotas que, si se tiene la suerte de contar con la ayuda celestial adecuada, serán uno más de los tantos cuentos que me llenan de alegría…