En el Canto de la Moneda


Venezuela…

Muchos pueden estar pensando que en Venezuela, mi País, hay una polarización dicotómica en la cual se está o de un lado, o del otro. Pero la realidad es muy distinta.

Con un gobierno que se ha encargado de destruir, de forma metódica, todo cuánto ha podido, pero con especial odio lo espiritual y lo moral, haciendo que por desesperación se tomen decisiones, por lo general vistas como la vía por la supervivencia, pareciera que todos estén obnubilados, lo cual utiliza como muestra de que el pueblo está de su lado. Entonces, es como que si venezuela fuera una moneda, donde las dos caras son exactamente la misma, sin embargo, siempre estaremos presentes quienes no estamos ni estaremos jamás de ningún lado de esa moneda.

Aún cuando parezca una tarea imposible, desde el canto de la moneda seguiremos luchando para levantar a nuestro país y pararlo sobre el mismo, para que recupere su valor y sea el País grande que siempre fué. Y entonces, haremos como cantó Ricardo Cepeda en «El Barrio de mis Andanzas«:

El barrio de mis andanzas
Donde viví a plenitud
Donde transcurrió mi infancia
Mi niñez, mi juventud
Con inquietud
Y embriagado de añoranza
Regreso con la esperanza
De pasar mi sedentud.

Photo by Ryan Thomas Ang on Unsplash

Un buen día en la oficina


Mi papá siempre llegaba de buen humor a la casa después de estar todo el día en su trabajo. En uno de esos días de trabajo que son tan complicados que uno quisiera olvidar, cuando iba camino a mi casa me pregunté si había sido, a pesar de las circunstancias, un buen día. Como parte de la meditación que realizaba, hice una lista de las cosas que regularmente componen una de mis jornadas: reuniones (presenciales y virtuales), llamadas, visitas a clientes, correos… cientos de correos, y entre todo ese mar de acciones las actividades por las cuales ocupas tu cargo: pensar, analizar, decidir. Independientemente del método que se utilice, termina uno convirtiéndose en un coleccionista de tareas pendientes, que por lo general esperan el momento en el cual, finalmente, serán tomadas en cuenta y, si son muy afortunadas, ejecutadas.

Acostumbrados por la dinámica que vivimos, la inmediatez priva, sin que necesariamente signifique eficiencia. El correo electrónico se ha convertido en la vía principal para tratar todo tema, creando la ilusión de que al utilizarlo no sólo se asegura la ejecución de la acción, sino que se traslada la responsabilidad en un 100% a la pobre víctima a quien va dirigido, quien para sortear su situación requiere asegurar un buzón vacío. Entonces, un día bueno sería aquel en el cual se atienden todos los correos, se participa en reuniones efectivas, y se completan todas las tareas pendientes, pero en todo esto hay algo que se escapa, que es el valor que aporta cada persona a lo que hace.

Para mi, el poder determinar si un día fué bueno depende más del nivel de satisfacción con el que uno queda al final de la jornada. Todo depende de la actitud que se tenga, la manera como se enfrenten los retos, de manera de alcanzar esa sensación que sólo da el haber hecho todo lo posible por cumplir con sus responsabilidades de acuerdo a sus valores.

Llegando a mi casa, siento la satisfacción por ese excelente día que tuve. Quedaron correos por leer, llamadas por hacer, tareas por completar, pero sé que hice todo lo posible (y más!) para cumplir con mis responsabilidades, de manera que recuerdo cómo silbaba mi papá cuando llegaba, y me llena esa misma tranquilidad que me transmitía. Lo mejor del día me espera al otro lado de la puerta…

Silencio por necesidad


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Photo by Zulmaury Saavedra on Unsplash

Para mi hay 3 momentos en los cuales las palabras sobran:

  1. Al dar el pésame
    Quizás si la persona que falleció fué también muy cercana a uno, o uno muy cercano a la persona a quien se le dá, pues podrían caber algunas palabras, pero en general me es muy difícil decir «mi sentido pésame», por lo cual me hago del silencio, y busco transmitir con la mirada y un abrazo, cuánto lamento la situación por la que la vida hace que inevitablemente pasemos.
  2. Al despedir a alguien (en el trabajo)
    Un buen día, como parte de is responsabilidades laborales, pues me tocó despedir a una joven muy trabajadora que nos asistía administrativamente. La decisión no tuvo nada que ver con su desempeño, sino con una reducción de personal en la empresa. Apenas le dí la noticia, aquella joven comenzó a llorar de manera inconsolable. En medio de su llanto, expresaba su desesperación preguntando como a la nada «y ahora qué voy a hacer?». Mientras sus lágrimas caían, contaba cuánta gente dependía económicamente de ella, y preguntaba en voz alta, mirándome a los ojos, sobre el destino de ellos. Mi primer impulso fué consolarla, diciendole que ante el hecho de que era una joven profesional, pues encontraría otra oportunidad quizás hasta mejor; que todo estaría bien, pero justo en el momento en el que iba a hablar, pensé que me podría responder que si así la veía, por qué mejor no la despedía… con un nudo en la garganta decidí que lo mejor era mantenerme en silencio, esperar a que se calmara, y ver como finalizábamos el momento. Y luego han sido muchos los momentos en los que me ha tocado estar en la misma situación, reiterando que no hay mejor opción que hacer uso del silencio.
  3. Cuando hablo con un venezolano que está en Venezuela, y me cuenta por lo que está pasando
    Sea amigo, familiar, conocido, es un momento en el cual, de mi parte, solo cabe el silencio. Habiendo tenido la oportunidad de salir del país hace algún tiempo, y a la luz de todas las cosas que suceden allá, minuto a minuto, y que uno conoce por la familia que aún se tiene viviendolas, pues no me atrevo a decir nada. Qué palabra de aliento se puede dar a quien se aferra a la esperanza en unas circunstancias dantescas? Cómo se puede opinar sobre una situación que le es tan difícil a no entender, y que incluso ni los que la viven directamente la entienden? No se acerca ni someramente a un acto de justicia, o tan siquiera humano, el descargar la frustración, la ignominia, la incertidumbre que uno siente sobre quien inocente e inevitablemente está sometido al vejamen de quienes ni en el reino animal pueden tener cabida, de manera que con un gran, inmenso esfuerzo, prefiero guardar silencio, como acto de respeto y reconocimiento para con mi interlocutor.

En los dos primeros casos, quizás puedan encontrarse opciones para romper el silencio que siento obligatorio; pero en el último, jamás perderé la esperanza, la fé ni la certeza de que pronto podremos gritar hasta perder la conciencia sobre la reconstrucción de nuestro país.

El Cuarto de Drácula


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Photo by Craig Whitehead on Unsplash

Mi vida, como la de cualquier persona, está llena de cuentos, y en mi caso, he decidido irlos escribiendo y compartiendo. En este oportunidad, comienzo con «El Cuarto de Drácula«, que trata de la primera vez que me tocó alquilar un cuarto para vivir, mientras estuve en la Universidad. Fueron días confusos, de mucho reto en lo personal, pero en los que la amistad, la constancia y la esperanza me ayudaron a salir adelante.

El primero de la serie, y de los más retadores momentos de mi vida. Les dejo: El Cuarto de Drácula.

Micromanagement o «si no lo hago yo, no sirve!»


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Uno de los términos que se ha hecho más común hoy en día es el de «micromanagement«, o en español, microgerencia. En internet se pueden encontrar muchas definiciones del término, sin embargo, mi intención es la de presentar la visión que tengo acerca de la situación desde mi experiencia, de manera de proveer una forma de identificar si se está haciendo uso de la misma y plantear la modificación o preferiblemente eliminación del comportamiento.

En aquellos casos en los que se tiene un equipo de personas  a cargo con el cual cumplir unas tareas y proveer unos resultados, es donde se presenta éste fenómeno. Con el fin de alcanzar los objetivos planteados, se establece un esquema de delegación donde cada quien está claro en sus responsabilidades, y lo que sigue es un esquema de seguimiento para asegurar que se esté avanzando por el camino correcto. Se parte del principio de que se cuenta con las personas adecuadas en todos los sentidos, de manera que en aquellos casos en los que se detecta de forma temprana alguna desviación, se genera un acercamiento particular con la misma. Este acercamiento debería estar basado en el «coaching»o acompañamiento, cuya intensidad y/o duración variará dependiendo de factores tanto actitudinales como aptitudinales pero no sólo de la persona que es objeto de ese acompañamiento, sino de quien lo hace, quien lo lidera. Y es en este preciso punto donde por lo general se produce la mayor desviación, representada como una historia de persecución y atocigamiento que conocemos como micromanagement.

Entre los factores actitudinales más importantes con los que debe contar ese Líder está la humildad. Esto significa que esa persona debe estar muy conciente de que no es ni el único que puede hacer bien las cosas en su área de influencia, ni el mejor. Siempre va a haber alguien mejor preparado, con más experiencia o mejores habilidades, que deben ser las razones por las cuales, precisamente, forma parte de su equipo. O en última instancia, debe cumplir con su responsabilidad de desarrollar a alguien para que se ocupe de esas tareas de la mejor manera posible.

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Muchas veces se roba más tiempo a quien está encargado de ejecutar una tarea en el proceso de seguimiento, que el que requiere para finalizarla, siendo ese un signo inequívoco de micromanagement. Se debe desarrollar la capacidad de establecer tanto el objetivo, como el tiempo requerido para su alcance, y luego dar el espacio necesario para la ejecución, haciendo un control «colaborativo» en lugar de «obstructivo», mediante el cual se asegure que se haga lo necesario para alcanzar ese objetivo, sin opiniones subjetivas acerca de la persona que lo hace. Una vez finalizada la labor, se debe dar una retroalimentación a la persona sobre lo que se hizo bien, y las oportunidades de mejora, lo cual es el proceso base que permitirá el desarrollo de las habilidades que, en el tiempo, harán que se requiera menos seguimiento, aunque el mismo no debe desaparecer, sino cambiar y adaptarse a cada caso, como a la gente involucrada.

La delegación es el proceso que permitirá un crecimiento dentro de la organización, y el micromanagement es su contrapeso. En la medida en que exista confianza con el equipo a su cargo, se podrá conocer cuánto se está utilizando. Un equipo desgastado por el micromanagement no estará trabajando a su máxima capacidad, y la solución, en la mayoría de los casos, estará en el Líder, quien se verá obligado a cambiar primero en su interior para dar el espacio necesario que permitirá a su equipo mostrar las capacidades que tiene.

Escribir desde un abismo o en la orilla del mar


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Photo by Sam Soffes on Unsplash

En estos días le preguntaba a mis viejos amigos viejos su opinión sobre publicar en un blog o en Medium. La diversidad de nuestro grupo es realmente amplia, de manera que uno me decía que tenía mucho tiempo sin escribir y que no conocía Medium, pero que estaba trabajando en hacer su mejor esfuerzo para retomar la escritura; y el otro me decía que no era lo suyo el no pensar profundamente lo que quería decir, y que no tenía tiempo para dedicarle a la escritura ligera. Por supuesto que eso disparó una muy entretenida discusión al respecto, en la cual yo argumentaba que “lo que es un abismo para unos, es la orilla del mar para otros”.

En estos tiempos modernos en los que muchos buscan fama y fortuna en la conjugación de verbos imaginarios, mal escritos o recientes y que aún no han sido agregados a las tablas de conjugación como “bloggear”, “Twittear” y/o “youtubear”, pues pareciera que se han formado ideas contrarias con respecto a lo que muchos escribimos en los crecientes medios disponibles para tal fin. Pero resulta interesante el recordar que, por ejemplo y guardando las distancias, Platón escribió en sus Diálogos sobre los más diversos temas, tales como filosofía política, ética, psicología, antropología filosófica, epistemología, gnoseología, metafísica, cosmogonía, cosmología, filosofía del lenguaje y filosofía de la educación. Quizás, en su época, Platón fué identificado como alguien sentado a la orilla del mar en cuanto a expresión se refiere, y quizás hasta tildaron sus escritos como “ligeros”. Por otra parte, gracias a sus discípulos, entre ellos Platón, hoy en día conocemos de Sócrates, quien no escribía porque creía que cada uno debía desarrollar sus propias ideas, por lo cual, entre muchas otras cosas, se dedicaba a sus tertulias. Así, se fueron dando las cosas hasta que apareció René Descartes con su “Discurso del Método”, con lo cual se impuso la metodología (científica) de establecer una tesis, unos argumentos y una conclusión. Y así, pasó a ser “démodé” el escribir por el simple placer de hacerlo, excepto en el caso de aquellos a quienes el “éxito” los impulsó como grandes personajes dignos de admiración. Entonces, podríamos decir que Platón fué de los primeros “blogueros” de la historia? Y Socrates un «podcastero»? Y que lo metódico de la escritura fué desplazado por lo metodológico?

Recuerdo un par de frases de Gabriel García Márquez que vienen como anillo al dedo:

Escribo todos los días 8 horas, y de vez en cuando sale algo bueno

El deber de los escritores no es conservar el lenguaje sino abrirle camino en la historia. Los gramáticos revientan de ira con nuestros desatinos, pero los del siglo siguiente los recogen como genialidades de la lengua. De modo que tranquilos todos: no hay pleito. Nos vemos en el tercer milenio

Y, mientras tanto, pues seguiré desde mi abismo gritándole a todos para que me escuchen desde la orilla del mar.

Profesión u Ocupación


Ser un Profesional ocupado o ejercer una ocupación en forma profesional?

Cada vez que en alguna parte me preguntan cuál es mi ocupación, me debato entre decir el cargo actual que ocupo en la organización donde trabajo, o si decir mi profesión. Luego de algunos segundos de duda, en los cuales me supongo que quien me pregunta pensará que estoy inventando algo, termino diciendo: «Ingeniero, Ingeniero de Sistemas«. Por ello, decidí ver qué conseguía acerca del tema, buscando poder dar una respuesta en menor tiempo y de forma más convincente. Para comenzar, veamos algunas definiciones que serán útiles para enmarcar la duda:

El término profesión designa el oficio, empleo u ocupación que se ejerce a cambio de una retribución. La actividad profesional requiere conocimiento especializado, formación profesional (capacitación educativa de diferente nivel – básica, media o superior), control sobre el contenido del trabajo y organización propia mediante colegios profesionales, sindicatos o gremios, además de normas éticas. Asimismo, el término profesional se utiliza para definir a la persona que la realiza.

Oficio es la ocupación habitual, trabajo, profesión, cargo o función laboral.

Ocupación, por otro lado, tiene distintas definiciones. Las que más se apegan al tema que me ocupa son: sinónimo de trabajo, labor o quehacer, por ejemplo: «la carpintería es mi ocupación principal, aunque también soy pintor». La ocupación también es aquello que imposibilita la realización de una acción diferente: «Quisiera pasar a saludarte, pero estoy con muchas ocupaciones«. La ocupación de una persona hace referencia a lo que ella se dedica; a su trabajo, empleo, actividad o profesión, lo que demanda cierto tiempo, y por ello se habla de ocupación de tiempo oparcial o completo, lo que le resta tiempo para otras ocupaciones.

Entonces, luego de ver estas definiciones, podemos ir perfilando lo que es una profesión y una ocupación, aunque los dos términos se entrelazan inevitablemente. La profesión es el empleo, facultad y oficio que cada uno tiene y ejerce públicamente. Las profesiones son ocupaciones que requieren de un conocimiento especializado, una capacitación educativa de alto nivel, control sobre el contenido del trabajo, organización propia, autoregulación, altruismo, espíritu de servicio a la comunidad y elevadas normas éticas (fuente). La ocupación se define como el conjunto de funciones, obligaciones y tareas que desempeña un individuo en su trabajo u oficio independientemente de la rama de actividad donde aquella se lleve a cabo y de las relaciones que establezca con los demás agente productivos y sociales determinados por la posición del trabajo.

Entonces, una profesión es aquello para lo cual se estudia, y por lo cual se ingresa a alguna escuela. Para ejercerla se debe seguir un orden, ya sea años de estudio o alguna otra técnica requerida; mientras que una ocupación es algún trabajo o tarea que se realiza, pero no requiere la misma formalidad de una profesión.

Como vemos hasta aquí, el tema de profesión y ocupación requiere también definiciones como empleocarrera.

Un profesional puede ejercer varias ocupaciones. Por ejemplo, un profesional de la educación puede ejercer la enseñanza secundaria, universitaria e incluso de postgrado, y en caso de que se lo proponga, puede llegar a ser director o decano de alguna institución académica. En mi caso, mi profesión es, efectivamente, Ingeniero de Sistemas, y actualmente me ocupo de ejercer un cargo en la organización a la que pertenezco, el cual sería una de mis ocupaciones. Y, otra ocupación que tengo es la de escribir, para lo cual aún estoy muy lejos de ser un profesional…

Al final, pareciera ser un tema más «políticamente correcto» el preguntarle a alguien por su ocupación en lugar de su profesión, ya que no todo el mundo ha tenido la oportunidad de estudiar, pero si todos hacen algo para vivir. Entonces, es igualmente correcto el responder, ante la pregunta de cuál es su ocupación, su profesión o lo que se hace para vivir. Relacionado con la ocupación, encontramos el término «desocupación», que refleja la tasa de desempleo. Y si se ve en detalle el término, pues efectivamente existen muchos profesionales desempleados, que no están ejerciendo una ocupación, lo cual se confunde con el hecho de que haya profesionales que ejercen una ocupación que nada tiene que ver con lo que estudiaron, lo cual crea la duda de si son profesionales desempleados. De hecho, son muchos los casos donde un profesional de un área no ejerce dicha profesión, pero que genera mucho dinero y se hace súper famoso con la ocupación a la cual se dedica…

Entoces, y en cuanto a ese momento en el cual me preguntan cual es mi ocupación, pues ya me queda claro que da exactamente lo mismo la respuesta que dé, ya que al final de cuentas, esa respuesta estará más relacionada con lo que se busque que suceda, que con lo efectivamente se está haciendo.

Números Mutantes


Me quedo muy quieto mirando la pantalla
Pendiente de todo, que nada se me vaya
No cierro los ojos pero ni un solo instante
Quiero descubrir si mis números son mutantes

Los doy como siempre al comienzo del mes
No me guardo nada, eso es lo que es
Comienzo a ejecutar el plan para lograrlos
Y sigue la procesión, buscando el milagro

Todos los días hay que reportar
Si han crecido algo, o si siguen igual
Como es natural, no pueden reducirse
Y si llega a suceder, no puede decirse

Y así cada día los vamos revisando
Rogándole a Dios que siempre estén mejorando
Que en el cielo de los números los estén motivando
Y que si el plan no funciona, que al menos vayan mutando

Exito a mordidas


vendedores perrosDesde hace tiempo he estado cambiando mi forma de pensar sobre ser vendedor. Esto, a partir del momento en el cual las circunstancias de la vida me pusieron al frente de un equipo de ventas, tarea que en principio consideré que iba a ser muy fácil con el sesgo que manejaba, y que al final resultó ser muy retadora, y totalmente distinta a lo que pensé. Casi me muero en el intento. A partir de ahí he estado buscando ahondar en el tema, prepararme e incluso considerar dedicarme por completo, y en ese proceso, en una conversación donde buscaba aumentar mi conocimiento con unos expertos en el área, me recomendaron este libro.

Cuando apenas lo comencé, me impresionó leer esto:

No obstante, uno de los principales obstáculos que impiden a las personas tener éxito en los negocios o siquiera emprender uno, es su miedo y desagrado hacia las ventas o su incapacidad para vender.

La forma de tratar el tema es muy directa y fácil de entender, y en mi caso, me capturó. En el libro se plantea una clasificación de los vendedores de acuerdo a sus habilidades, haciendo un simil con razas de perro. Esto permite que uno entienda mejor los conceptos, además de resultar muy entretenida y ligera la lectura, pero con un muy buen impacto en cuanto a entender los conceptos se refiere. Como resumen, dejo las siguientes lineas:

Entonces podrías preguntar: «¿Cuál vendedor perro es el más exitoso y el que gana más dinero?» ¿Es el pit bull por su tenacidad? ¿O el poodle por causar una fuerte impresión? ¿Podría ser el basset hound que sabe hacer amigos o quizás el golden retriever por su incomparable servicio al cliente? ¿O, en este mundo electrónico, el chihuahueño tiene ventaja con su cerebro apto para el conocimiento tecnológico?

… Necesitas un poodle para poder vender «la visión» de una nueva compañía…

… En un ambiente de negocio a negocio, de alta tecnología, el chihuahueño puede ser el más exitoso para manejar preguntas difíciles y controlar una venta complicada desde el inicio hasta el cierre. un retriever acaso sea el más exitoso en territorios donde haya que reconstruir la confianza y lealtad del cliente mediante estrategias basadas en el servicio al cliente…

… Para hacer un cambio, quizá el basset hound sea el indicado para incorporar valores tradicionales en un equipo de ventas…

… Por supuesto, nadie logra ventas en tiempos lentos o difíciles como el pit bull…

Así que, ¿cuál raza venderá más y hará más dinero? La respuesta correcta es «todas».

Me gustó mucho el libro, y me ha sido de mucha utilidad su contenido, así que lo recomiendo para quienes buscan buena información sobre ventas.

Llegando más allá del futuro


Los 18 años son una edad importante. En cierto sentido, representan el momento de la liberación, ya que se puede, formal y legalmente, manejar, tomar, fumar, entrar a los sitios nocturnos y muchas cosas más. Sin embargo, cuando se cumplen, cae uno en cuenta que no pasa nada, que no pasas un momento como el de Highlander. Sigues siendo exactamente el mismo, sin más, ni menos.

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Ya en la universidad, comenzaba a hacer planes sobre lo que haría al graduarme, e incluía, en algunos momentos, planes más lejanos, como casarme, y en esa mirada al futuro, quizás llegaba a imaginar cuando tuviera el doble de mi edad. Y no es que no pensara que llegaría más lejos, sino que era difícil en ese momento proyectarse tan hacia adelante, hacia un futuro que era casi de ciencia ficción.

Ahora, que estoy estrenando un nuevo año, pues me siento igual a cuando cumplí 18. Ni cerca de lo viejas que consideraba a las personas que tenían la edad que ahora estreno, ni aquel indestructible que andaba comiéndose el mundo sin importarle nada. Lo que si siento y vivo, es que he logrado mucho más de lo que cabía en mi imaginación.

Apenas comienzo a entender tantas lecciones que me ha dado la vida, proceso que, afortunadamente, se repite cada día. Aquellos discursos sin sentido que me daban mis padres, ahora me sorprenden al irse convirtiendo en predicciones cumplidas. Algo así como si conocieran mi futuro y, para no quitarme la emoción, me lo dosificaron. Me sonrío al recordar los errores, muchos, que he cometido. Algunos aún no logro superarlos, pero han sido base para alcanzar importantes metas. He aprendido que la amistad es de los más maravillosos misterios, ya que trasciende el tiempo y la distancia, y nos sorprende por su omnipresencia. Y del amor… como no agradecer que mi esposa también lo haya sentido por mi, y que por ello me diera lo más grande que tengo en el mundo: mi hija!

Hoy doy gracias a Dios por lo vivido, lo compartido, y lo que extraño. No hay nada más común que cumplir años, pero cada año que he cumplido no ha sido, ni será, nada común!

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