Los últimos días de los Dinosaurios


Los Dinosaurios no supieron que iban a extinguirse. Quizás porque eran animales y no tenían conciencia de su existencia, seguramente porque no existía la tecnología para conocer todos los fenómenos que estaban sucediendo. Inclusive, en medio del desastre, quizás estuvieron seguros de que sería algo pasajero, que no era un evento que significaría la extinción de su raza.

Los Dinosaurios eran los más grandes sobre la faz de la tierra. Dominaban todo donde habitaban. Los había terrestres, los que volaban, los que habitaban en el agua, los herbívoros, los carnívoros. En sus días eran comunes, y a pesar de que cohabitaban con los mamíferos y otras especies, eran los que dominaban todo. Sólo un evento cataclísmico pudo acabarlos, para dejar el espacio a las especies que emergían, entre los cuales estaban los homínidos.

En estos días leía un artículo donde hacían mención del concepto de «Inmigrantes Digitales», indicando que son aquellas personas que han vivido sin y con la vida conectada como la conocemos hoy en día, básicamente, sin internet. Y es que aquellos que nacimos antes de finales de los 70s tuvimos la oportunidad de vivir sin todo este mundo en el que ahora vivimos sumidos de manera irremediable. Me puse a pensar en eso y efectivamente recordé cómo eran las cosas antes de internet y el desarrollo tecnológico que nos rodea. De inmediato le comenté a mis amigos de la universidad este tema (a través de nuestro grupo de Whatsapp), y estuvimos hablando sobre el tema. Recordamos cómo uno hizo la primera página web de la Universidad; cómo desarrollamos nuestra primera base de datos; armamos nuestra primera computadora, y así tantas cosas propias de esos días de «primeras veces». Y en las oportunidades en las que le comento a los jóvenes con quienes trabajo que, por ejemplo, las tareas se hacían en la biblioteca donde no había ni una computadora, mucho menos Google, me miran de una manera que no logro definir si es admiración, incredulidad, o lástima por estar a punto de pasar a otro plano…

Hasta que leí el artículo, no había caído en cuenta que soy de los que recuerdan cuando el mundo no estaba conectado como hoy en día. Definitivamente, nuestros padres, los creadores de este nuevo mundo, dominaban la tierra. Interactuaban con otras especies menos avanzadas y dominantes, y se los comían cuando era necesario. Nosotros somos la descendencia de esa especie, únicos testigos del proceso de transformación que nos trajo al punto en el que estamos.

Hasta el momento en que leí el artículo no estaba consciente de que estoy entre un grupo que cada vez es menor. Asumo que no soy el único en esa situación, así como que inevitablemente nos extinguiremos sin poder hacer nada al respecto. Así como los dinosaurios, un día dejaremos de andar sobre la faz de la tierra. Inconscientemente estamos viviendo nuestros últimos días.

Autoconsejos


Este ha sido un mes excepcional. Celebré mi último escalón en el piso 4, me estoy enfrentando a grandes retos en lo laboral que me están haciendo usar toda la experiencia acumulada, y estoy avanzando con bastante regularidad en el proyecto de poner por escrito lo que tengo tanto tiempo preparando (si no se entiende, estoy escribiendo lo que pretendo que sea un libro, pero eso como que no es tan mi decisión, así que por ahora simplemente estoy escribiendo). Tengo una gran lista (y en constante crecimiento) de temas sobre los que quiero escribir, y que llenan semana a semana este espacio, sin embargo, he estado pensando mucho en una pregunta que regularmente he escuchado: qué le dirías a tu versión de 20 años.

Lo primero que haría es darme una cachetada para reaccionar y dejar de hacer tantas pendejadas que hice… y luego, con un poco mas de calma, seguiría con algunos tips como los siguientes:

  • No te las sabes todas. Y no te las vas a saber a pesar de la experiencia! La humildad es imprescindible para lograr avanzar en la vida, pero no desde el punto de vista de sumisión, sino de estar abierto A ESCUCHAR, de manera que desarrollar las habilidades de escuchar va a ser muy importante en tu futuro.
  • Debiste dedicarle más tiempo a tu papá y a tu mamá. Uno dá por sentado que van a durar toda la vida, y unos años más tarde, muy pocos de hecho, se acabó la posibilidad de disfrutarlos.
  • Cree en ti mismo. No importa lo difícil que se vean las cosas ni lo imposible que parezcan las metas que quieres alcanzar, ya que al final si te esfuerzas logras cosas impresionantes.
  • Haz lo que tú sabes que quieres hacer. Las opiniones de terceros pueden mostrar situaciones a considerar, pero al final sigue tus instintos, a pesar de lo loco que parezcan tus iniciativas.

Todos comenzamos a morir en el preciso instante en que nacemos, razón por la cual hay que disfrutar cada segundo que tenemos, y el mejor consejo lo vivo cada vez que escucho esta canción:

El Anuncio de la Venganza


Acepto y reconozco que no fuí fácil en mis días de adolescencia. Me considero muy afortunado por ser de los que puede decir que hice lo que me dió la gana, mucho en detrimento de la paz y la salud de mis padres. Honestamente, no era nada voluntario ni a propósito, sino más bien que le prestaba mucha atención a mis impulsos, qu eno le daba mucho espacio a lo que me gritaba la razón.

Muchas fueron las veces en las que se les agotó la paciencia y me sentaron para recibir una clase magistral de moral, buenas costumbres, confianza y las consecuencias que tendría en la vida el seguir por ese camino de perdición. Hoy en día, luego de demasiado tiempo, recuerdo y entiendo perfectamente cada una de las palabras que me dijeron…

Cuando me enteré que tendría una hija, recuerdo que una de las cosas que pensé fué que estaría un poco más tranquilo sabiendo que al menos tenía más probabilidad de que, siendo niña, no repetiría las cosas que yo había hecho. Sin lugar a dudas haría otras pero, precisamente, aprovecharía mi fortaleza para enfrentar lo desconocido en el momento en que se presentara, y no tendría que vivir pendiente de cualquier señal de alerta temprana.

Quizás es porque ya comienza a hacerse notorio su cambio a la adolescencia, no solo físicamente sino en lo que conversamos, que en estas noches tuve un sueño en el que le prestaba el carro, y tal como yo hice, no cumplió con ninguno de sus compromisos, por lo cual me desperté como ahogado por la falta de aire que tenía en el sueño por el regaño y el discurso que le daba. Apenas regresé a la realidad caí en cuenta de que era más frustración que otra cosa lo que seguramente sentían mis padres, y pensé que era muy afortunado al tener la hija que tengo, que con seguridad no me haría pasar por momentos así… o sí!?