No son 235…


En mi casa, religiosa y casi solemnemente se veía la serie de televisión «Alma Mater», cuyo título original, «The Paper Chase», hacía referencia al intento de unos alumnos de Derecho en conseguir el diploma que los graduaría como Abogados. Pero el camino no era fácil, ya que tenían por delante 3 años de tortuosos estudios, tareas y exámenes en la prestigiosa Universidad de Northeastern, además de las tentaciones que se presentaban a través de fiestas y amoríos fuera del campus, sin embargo, el escollo más difícil era el de tener al frente al legendario Profesor Kingsfield, que manejaba sus clases con la autoridad y rigidez de un verdadero déspota. (Tomado de http://www.arkiperu.com/alma-mater-anerica-television-1982/).

Prácticamente nací en la Universidad (en la antigua Maternidad de Mérida, que luego fué CAMOULA) y siempre estuve relacionado con su ambiente. Casi al tenerme, mi mamá recibió su Título de Grado de manos del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, quien siempre fué amigo de la familia y con quien pude compartir en distintos momentos de mi vida. Así, el ambiente en mi casa era el formado por dos Profesores de la ULA, además de todos mis tíos (consanguíneos y los putativos por ser compañeros de estudios y de trabajo de mis padres).

En mi caso particular tuve muchos planes sobre lo que iba a ser como profesional, y en la mayoría de ellos la ULA era de donde saldría graduado, de manera que desde mucho antes de entrar a la Universidad ya trabajaba para lograrlo. Tuve la oportunidad de participar en uno de los primeros Cursos Preuniversitarios, y luego pasé mucho. mucho tiempo en el camino para lograr mi Título. Abusé de mi suerte al no enfocarme en lo debido de forma oportuna, de manera que no pude darle a mi mamá la felicidad de verme, tal como siempre lo soñó, en el Aula Magna recibiendo mi título tal como lo había hecho ella. Siempre será lo más terrible que me llevé de mis días en mi Alma Mater…

Ser de la ULA… uno pocas veces dice «estudié en la ULA», sino que de forma natural mostramos nuestro sentido de pertenencia a la Institución que nos acogió y transformó. Y no es poca cosa «Ser de la ULA», ya que en muchas oportunidades, al identificarnos como tales, la balanza se inclinaba en favor nuestro al ser dignos herederos del prestigio y efectividad de sus aulas de clases. Mientras pululamos en sus áreas, nuestras familias soñaban con el momento de nuestro grado, tiempo que se sumaba a nuestros suspiros con cada caravana que veíamos, con cada sesión de fotos con los compañeros de Seminario (o de Promoción), con cada examen que pasábamos. En ese proceso tuvimos la oportunidad de ser iluminados por los mejores Profesores, quienes nos compartían más que sus conocimientos y el Pensum correspondiente, todos sus años de experiencia, infinitos en algunos casos, para nuestra formación. Tuve la oportunidad de compartir con el Profesor Ernesto Ponsot Retamal, quien me dió la gracia de ser mi Tutor de Tesis de Grado. Y remarco el «ser» porque todos los días me enfrento con alguna situación que ya me adelantaba hace muchos, muchos años atrás. El Profesor Puleo, adelantado miles de años en su visión, más que evidente precisamente en éstos días en que la Educación por Multimedia es tan importante; y así tantos otros, todos y cada uno de ellos nos compartieron su experiencia, la cual es hoy en día la base de nuestra ocupación.

El Legado… en mi caso, como muchos otros, conocí a quien es mi esposa en la Universidad, y ahora formamos nuestra familia con nuestra hija, y esperamos que las circunstancias sean favorables para darle la oportunidad que tuvimos nosotros de vivir la experiencia de formarse como profesional y, más importante aún, como persona, en nuestra amada ULA.

Hoy la ULA cumple 235 años, pero para mi son más, muchos más… Hay que sumar el tiempo que se ha dedicado a soñar con llegar a sus aulas no sólo por quienes van en ese camino, sino por las familias que los apoyan tanto para lograrlo; Hay que sumar el tiempo dedicado a los sacrificios de quienes hacían lo imposible para que lográramos la meta de graduarnos, siempre inspirados por el futuro que nos depararía garantizado por todo lo que representa la ULA en su historia; Hay que sumar las vidas impactadas por las acciones de todos los profesionales egresados de sus aulas, con los aportes concretados en todos los campos en los que participan.

Por sus 235 años, más todos los que representa y seguirá representando, sigamos la letra del coro de su Himno, y mantengamos vivo el orgullo de SER DE LA ULA!

Cantemos estudiantes el himno clamoroso
Con la vibrante estrofa de empuje y libertad…
Cantemos decididos, con tono vigoroso
A la serrana altiva nuestra UNIVERSIDAD

El Impacto de la Incertidumbre


Photo by Kyle Glenn on Unsplash

Tengo cosas por hacer. Cosas personales, del trabajo, pero no logro concentrarme en nada. El saber que en el futuro inmediato tendré tiempo para muchas cosas, o quizás no lo tenga, me afecta. El ver en cada cosa que toco un riesgo de muerte, en cada persona con la que interactúo una amenaza, se vuelve un punto que requiere mucha fuerza para contrarestarlo, y quizás allí se me va la energía.

Son tiempos muy extraños. Para mi pierde sentido la exploración de otros planetas, cuando estamos en cada hora enfrentados al descubrimiento de éste nuevo mundo en el cual estamos viviendo. Todo cambió, y aún no terminamos de caer en cuenta. Nos falta por ver, por vivir, pero lo más importante es que depende totalmente de todos y cada uno de nosotros el que la conquista de éste nuevo mundo sea efectiva. En caso contrario, las cosas no mejorarán… O quizás si?

Cuánto vale la Solidaridad?


Photo by Tim Marshall on Unsplash

Solidaridad… En estos momentos es lo más importante, lo que nos va a ayudar a salir adelante. Y es impresionante que siendo un concepto tan sencillo, cueste tanto para entenderlo y más para aplicarlo, pero hay claras evidencias de lo poco que puede llegar a importar.

En una entrevista a un Secretario de Salud, quien informaba de la suspensión de un evento musical importante por el tema del coronavirus, me dejaron pasmado las preguntas que repitieron distintos «periodistas»: que cuando se realizaría de nuevo el evento; que a cuánto ascenderían las pérdidas por su suspensión; que cual era la opinión de los artistas invitados… a ninguno de esos personajes se le ocurrió preguntar cuánta gente podría salvarse con esa acción, que beneficios tendría para TODOS, y lo peor, se expresaron libremente, dejando ver que su posición es así normalmente…

Vivimos momentos que son muy retadores, ya que el beneficio de todos depende de las decisiones individuales. En mis casi 50 años de vida, es la primera vez en la que vivo la situación de que el mundo, toda la raza humana, depende tanto de la acción individual de cada quien. Es el momento de ser CIUDADANOS, de comportarnos como tales.

Los Ciudadanos deben hacerse preguntas como: «si todos hacen lo que yo voy a hacer, nos llevará a un resultado útil para todos? Extraña y lamentablemente, a menudo llamamos a aquellos que se comportan como Ciudadanos «héroes», lo cual es lamentable si coincidimos en el hecho de que sus acciones deben ser comunes a todos, y no actos excepcionales.

Lo mejor es que todos podemos ser Ciudadanos. Sólo debemos pensar en forma solidaria, y en estas circunstancias que vivimos la suma de las acciones individuales, como quedarse en casa si no es necesario salir, son las que ayudarán a que toda nuestra Comunidad pueda salir adelante.

El primer paso para ser Ciudadanos es darle una oportunidad a la solidaridad… En caso contrario, pagaremos un precio muy alto, demasiado.

La percepción de la perfección


Photo by Charles Postiaux on Unsplash

Recuerdo cuando en mis días de Universidad, uno de mis amigos mas cercanos me decía que no me iba a invitar más a su casa, ya que después de cada visita, su mamá le reclamaba que él no era como yo, que sabía lo que quería hacer en el futuro con tanto detalle. Y el punto era que mi situación en ese momento era exactamente igual o quizás peor que la de mi amigo, con la diferencia de que yo estaba haciendo uso de una ventaja con la que nací, que es la de crear historias y contarlas.

Afortunadamente mi presente es mejor que aquel futuro que imaginaba en aquel entonces. Quizás gracias a esa visión que tenía, quizás por una alineación estelar que me ha acompañado siempre. Lo que me parece relevante es la influencia que produce el uso adecuado de un poder, en éste caso, mi capacidad de crear una historia de futuro que contaba con todos los elementos que la hacían creíble, al punto que la mamá de mi amigo me consideraba un ejemplo que él debía seguir.

Hemos crecido bajo la influencia de los cuentos de esos seres que tienen «super poderes», que en principio les permite tener vidas plenas, sin embargo, es solo una parte muy pequeña que conocemos de ellos, quizás la más relevante. Pero hay toda una realidad que no necesariamente es representada por esa pequeña parte que se conoce. Igual sucede con nosotros, que por interés, necesidad o casualidad nos hacemos conocer por ciertos aspectos de nuestras vidas, quedando cubierta otra que representa una realidad totalmente distinta. Es por ello que debemos aprender a considerar a todos con cuantos nos relacionamos no sólo en función de lo evidente, sino dejando un espacio para aquello que no conocemos (y que quizás nunca lo hagamos), pero que sin lugar a dudas está presente.

Al ver la reacción que producían mis planes de futuro, cuando en mi casa me preguntaban cómo iba con mis estudios, pues les compartía esos mismos planes, con la esperanza de que mi situación actual, que no era la mejor, quedara en segundo plano ante el abrumador éxito que lograría en mi futuro, pero la verdad es que cuando estaba en mi casa era como si superman estuviera en Kriptón, ya que mis superpoderes no eran nada efectivos ante la circunstancia de que me conocían al detalle, y todo terminaba con un «lo importante es que hagas ahora lo que debes, y después veremos del futuro». Aquella perfección que me hacía famoso en unos lugares, no era percibida en la misma medida en mi casa. Todo depende de lo que se conoce, o de lo que no.