
Algo que he estado haciendo desde hace tiempo es seguir el Estoicismo. Hay muchas cosas que he aprendido de esa escuela de pensamiento y que iré compartiendo, pero ahora quiero enfocarme en algo tan sencillo como lo es el ser una Buena Persona.
Los Estoicos veían la virtud como una habilidad que debía ser cultivada de manera intencional en lugar de ser solo una idea. Ser una buena persona era una habilidad que como cualquier otra, como por ejemplo el deporte o la carpintería, debía ser desarrollada a través de años de estudio diligente, práctica y entrenamiento. En éste sentido, Epicteto, quien tenía una escuela de Estoicismo en Nicopolis, Grecia, se inspiraba en los atletas. En su visión los atletas eran el arquetipo de la superación personal y cualquiera que quisiera ser una mejor persona podría aprender de su ejemplo para cultivar esa importante habilidad.
Epicteto encontró que sus estudiantes tenían el hábito de teorizar sobre el hecho de ser ético en lugar de practicarlo. Ellos habían aprendido a ser Estoicos pero aún no daban el paso de cambiar. Entonces, para ser una Buena Persona no basta con la intención ni los conceptos teóricos, sino qué tal como lo hacen los atletas de alto nivel se requiere un énfasis en la acción así como mantenerse aprendiendo independientemente de las fallas y problemas en el camino.
Cada uno de nosotros puede convertirse en una Buena Persona. No hay una guía o lista que indique qué es serlo, pero sí hay una guía interna que sin lugar a dudas nos deja saber cuando lo somos y cuando no. Lo más importante es tomar la decisión voluntaria, ya que a partir de allí se comenzarán a buscar los ejemplos y se hará ese compromiso para su práctica diaria. Para aquellos que busquen algún camino en particular, les recomiendo el Estoicismo que ha sido mi respuesta, sin embargo, hay muchas otras vías. Pero, recordemos, lo mas importante no es aprender, sino practicar…