
Lo que nos hace trabajar es una combinación de necesidad, gusto y visión de futuro. Es la forma como logramos atender nuestras necesidades no sólo económicas, que son las más evidentes, sino a nivel personal, buscando el sentido en nuestras vidas, una forma de aportar valor a nuestro entorno , de lograr ese sentimiento de ser útiles.
Desde el punto de vista económico lo común es una herencia de la época de la Revolución Industrial que consiste en un intercambio de esfuerzo por dinero. Lo básico es una cantidad de dinero a cambio de la disponibilidad de horas; luego ya no era la cantidad de horas sino la productividad y el resultado de las mismas. Luego ya no era sólo el esfuerzo productivo sino el aporte intelectual, mucho más difícil de medir de forma directa por lo que se llevó al campo de los resultados siendo estos los que reflejan la efectividad del trabajo intelectual, y para alcanzarlos se requirió más gente, y con más gente se hizo necesario quien los organizara y enfocara en los objetivos que llevan a los resultados.
Con mayor responsabilidad se obtiene, en la mayoría de los casos, un mejor salario así que lo más lógico, o la vía más expedita para crecer es asumir una mayor responsabilidad con lo cual viene inevitablemente una de las cosas más importantes: tener gente como parte de esa responsabilidad.
En una reunión en la que estuve comentó una persona de Recursos Humanos que una forma de identificar a quienes tienen potencial para crecer es por cuánto hacen más allá de su responsabilidad. Obviamente esto representa un gran reto porque primero, se debe tener suficientemente bajo control todo en cuanto a la responsabilidad que se tiene ya asignada; segundo, si se va a asumir otra(s) responsabilidad(es) se debe tener claro que se debe mostrar control sobre la(s) misma(s) ya que en caso contrario ese extra puede ser el motivo para perderlo todo; y finalmente, se debe tener la visión de hacia dónde lleva esa decisión. Eventualmente, si todo sale bien, se formalizará la posición y con eso se logra el ajuste que se buscaba, pero de nuevo comienza el ciclo porque por lo general siempre se quiere más.
Entonces, para llegar a ser Jefe se necesita un umbral de riesgo amplio, una visión de futuro clara, y muchas ganas de meterse en problemas.
Ahora, ser Jefe no necesariamente es el paso obligatorio para crecer en una organización ya que también se puede siendo un colaborador individual. He tenido la oportunidad de trabajar con amigos que se hicieron expertos en sus áreas y que expresaban que no querían la responsabilidad de tener gente que les reportara, y de hecho algunos tenían mejores condiciones salariales que los demás incluyendo los que eran Jefes, así que al final es una decisión muy personal que va a depender de la posición que se tenga, el camino profesional que se haya definido y lo que se considere que es el éxito. Por ello resulta importante preguntarse cada cierto tiempo hacia dónde se quiere ir ya que el plan siempre cambiará de acuerdo a las circunstancias que se vivan, y ese cambio siempre será en nuestro beneficio.