En el Canto de la Moneda


Venezuela…

Muchos pueden estar pensando que en Venezuela, mi País, hay una polarización dicotómica en la cual se está o de un lado, o del otro. Pero la realidad es muy distinta.

Con un gobierno que se ha encargado de destruir, de forma metódica, todo cuánto ha podido, pero con especial odio lo espiritual y lo moral, haciendo que por desesperación se tomen decisiones, por lo general vistas como la vía por la supervivencia, pareciera que todos estén obnubilados, lo cual utiliza como muestra de que el pueblo está de su lado. Entonces, es como que si venezuela fuera una moneda, donde las dos caras son exactamente la misma, sin embargo, siempre estaremos presentes quienes no estamos ni estaremos jamás de ningún lado de esa moneda.

Aún cuando parezca una tarea imposible, desde el canto de la moneda seguiremos luchando para levantar a nuestro país y pararlo sobre el mismo, para que recupere su valor y sea el País grande que siempre fué. Y entonces, haremos como cantó Ricardo Cepeda en «El Barrio de mis Andanzas«:

El barrio de mis andanzas
Donde viví a plenitud
Donde transcurrió mi infancia
Mi niñez, mi juventud
Con inquietud
Y embriagado de añoranza
Regreso con la esperanza
De pasar mi sedentud.

Photo by Ryan Thomas Ang on Unsplash

Escribir cosas bonitas


Quiero escribir sobre el niño que se supera
Que estudia mucho, que va a la escuela
El niño aquel que luego de mucho sacrificio
Sale adelante, orgulloso por todo lo que hizo
Quiero escribir sobre un pais sano
Donde la gente sale, tomada de la mano
Con plazas y parques repletos de alegría
Sin importar la hora, el sitio ni el día
Sobre las colas solo quisiera escribir
Sobre pepsi, coca, big cola y como me hacen sentir
La diferencia entre un sancocho cruzado
Y aquel que sin cola de res lo han preparado
De desabastecimiento quisiera decir orgulloso
Que no hay balas, bombas, ni nada peligroso
Que estamos en cero en cuanto a delincuencia
Que no tenemos nada que haga doler la conciencia
Hay tantas cosas buenas en este país
Sobre lo que es necesario poder escribir
Llegará el momento que todos esperamos
En que vivamos, nuevamente, todos juntos como hermanos

Y después de la quemazón?


En el llano, en época de verano, se ven a la distancia los incendios en la sabana. Se sabe que hay una «quemazón», por esa especie de cortina de humo que se erige. Esta cortina de humo, impide que la vista la atraviese, por lo cual, a pesar de que las características topográficas lo permiten, no se puede ver nada de lo que está después del incendio.

Actualmente nos encontramos en un proceso de lucha por un cambio. Un cambio que, como sucede con todo cambio, es para lograr un mejor país. Hay variables que sabemos deben cambiar: inflación, inseguridad, abastecimiento, etc. Pero qué de las variables intangibles? Qué de lo que debemos hacer los venezolanos una vez se haya despejado el camino, una vez termine este gobierno, cuando pasemos la quemazón?

Las acciones políticas, deberían estar claras (ruego porque no haya un nuevo «carmonazo»): gobierno de transición, llamado a elecciones, arreglo del país. Pero, en ese proceso, es imprescindible la participación de TODOS los venezolanos. Esto implica que debemos recuperar nuestra «venezolanidad». Debemos volver a ser un solo pueblo, y eso lo lograremos en la medida en que tendamos puentes que nos unan a los que, por la razón que sea, apoyan a este gobierno, con quienes lo adversamos. No podemos simplemente «voltear la tortilla», y aplicar el mismo odio del que somos objeto a nuestros compatriotas. No estaríamos haciendo, en ese caso, mas que ponerle fecha cierta a nuevos enfrentamientos, protestas, marchas y guarimbas hasta otra volteada de tortilla. El llamado a PAZ que se busca entablar con el actual gobierno va mas allá de solo una «ausencia de guerra». La Paz que buscamos no es las calles libres, ni poder tener carnavales, ni mucho menos darle «un chance mas» a este gobierno. Por el contrario, La Paz que se busca es que todos, todos los venezolanos podamos conseguir un lugar común donde dirimir nuestras diferencias. Esa Paz es que podamos vivir juntos y compartir nuestros espacios a pesar de las lógicas y siempre presentes diferencias en todas las áreas. La Paz que necesitamos es dejar que nuestras conciencias vuelvan a ocupar un papel preponderante en nuestras vidas. Es que la vida vuelva a tener sentido.

Necesitamos tener claro lo que haremos después de ese momento. Ese momento que no podemos llamar «de victoria», ya que no podemos identificar como enemigos a nuestros compatriotas. Ese momento que no podremos celebrar en memoria de los caídos en la lucha. Ese momento que deberá ser de una profunda reflexión, porque tendremos que hacer que nuestros estudiantes, nuestros hijos, nuestro futuro, entiendan que no es en el enfrentamiento y el sacrificio personal donde reside la fortaleza de la democracia, sino por el contrario, en el trabajo unido, en la búsqueda del bien colectivo que beneficia a cada uno de sus ciudadanos.

No podemos firmar un cheque en blanco. La última vez que lo hicimos (en general, no se ofendan los que jamas apoyaron a Chavez), se aprovecharon de nuestra necesidad y ansias, nos presentaron un proyecto que en papel sigue siendo bueno; pero hicieron todo lo contrario. Lo peor del caso, es que acabaron con la paz. Sembraron el odio entre nosotros, con lo cual lograron entronizarse aplicando aquello de «divide y vencerás». Ahora, claman por nueva paz con miras a renovar su estrategia. Esta en nosotros seguirles, nuevamente, el juego.

Somos nosotros, los venezolanos, TODOS, los que sacaremos adelante el país. Nuestra dirigencia política debe garantizar que se cumplan las leyes y los procesos, deben trabajar en función de que se garantice el estado de derecho. Pero no podemos volver a confiarles todo el trabajo. No porque no se lo merezcan, sino porque no es como funcionan las cosas. Asumir que un Capriles, un Leopoldo, una Maria Corina o un Ledezma son INDISPENSABLES, es caer en lo mismo de lo que queremos salir. Han hecho un excelente trabajo de mostrarnos el tamaño del esfuerzo que debemos hacer para lograr el país que merecemos ser, pero definitivamente ni en grupo, ni individualmente, son la solución.

Está en nosotros hacer de este país lo que queremos y merecemos. Está en nosotros lograr esa paz que tanto necesitamos, a través de la confianza que tengamos en la estructura del Estado. Un Estado que aplique la Ley en su justa medida a quien corresponda sin importar quien sea o que cargo ocupe. Un Estado que nos asegure un trato justo sin importar donde vivamos. Un Estado que proteja La Justicia como su mayor bien. Para eso, nuestros lideres deben convocar a todos los venezolanos, sin distingo alguno. En ese momento, contando con la atención de todos, necesitaremos escuchar el plan de acciones, la hoja de ruta que nos guiará una vez que hayamos pasado la quemazón.

Gestión Reactiva/Gobierno Reaccionario


Leopoldo López está preso. Desde que se fue en esa tanqueta, lo mínimo que esperaba era que aparecieran miles de rollos de papel toalé, que acabara el control cambiario, que pudiéramos volver a hacer una «arepada» con toda la harina pan que recuperarían de sus bodegas. Pero no! Leopoldo López, el gran culpable, el «malamen» (por aquello de que al final del Padre Nuestro pedimos «y libranos del malamen», lo mas demoniaco pues), esta preso, y nada ha cambiado. Sigo presenciando peleas en los supermercados por leche líquida; sigo viendo a la gente dormir en la cola del Bicentenario para comprar lavaplatos, harina, aceite, azúcar,  leche y papel toalé. Entonces, Leopoldo no era el culpable?

A la fecha no conozco ningún plan de acciones del presidente. Ninguno. Por el contrario, muestra una combinación de «eudomarsantismo» mezclada con bipolaridad. Mas grave aún, esa actitud solo aplica a los odios mas infundados, a la expresión de sus pesadillas mas profundas. Ejemplo clásico: un día le echa la culpa a un opositor (o a todos), le menta la madre, lo amenaza de meterlo preso… y al otro lo llama a que se sienten a buscar la paz. Esto se repite a diario, cambiando, si tenemos suerte, el objeto de su verborrea. Pero como me gustaría que esa actitud bipolar aplicara a los problemas que nos afectan a diario. Que un día dijera, con esa efusividad con la que ataca al Imperio (que por cierto es el que permite que cobre su sueldo), HOY NO VAMOS A PERDONAR NI A UN DELINCUENTE! ME LOS PROCESAN DE INMEDIATO AL AGARRARLOS, Y DE PASO VOY A APROVECHAR LA LEY HABILITANTE PARA CAMBIAR EL COPP PARA QUE NO SEA ESA ESTUPIDEZ QUE CREARON! PORQUE SOY EL PRESIDENTE CARAJO!. Y, que al otro día dijera: ESTE ES UN PAIS SOBERANO! DEBEMOS PRODUCIR LO QUE NECESITAMOS PARA SALIR ADELANTE CARAJO! POR ESO, HE DADO LA ORDEN DE QUE SE DEVUELVAN LAS EMPRESAS EXPROPIADAS, Y LAS TIERRAS, Y QUE SE HAGA UN PLAN DE FINANCIAMIENTO PARA RECUPERAR LA PRODUCCION EN 3 MESES! YA BASTA DE DESEMPLEO! NO ACEPTO MAS COMPRAS AL EXTERIOR!. Pero, nada, lo único que escucho es un discurso pustulento, lleno de odio, y lo mas triste, puro pan y vino para los pocos que creen que su presidente es el «machito» que dice ser.

Antes, cuando el finado, al menos había un plan semanal. Lo que se le ocurría cada domingo era lo que se hacia entre lunes y sábado. Eso si, nadie hacia luego seguimiento, ni se interesaba en saber si se había seguido alguna de las instrucciones del padre del hijo de su padre. Aun recuerdo cuando expropiaron la empresa productora de pañales y toallas femeninas. Ese domingo, el finado anunció que se fabricarían pañales en el país, y hasta los bautizó como «guayuquitos». Mostró en esa oportunidad un paquete, el único que salio de esa planta, que simplemente fue cerrada al retirarse la comitiva presidencial, dejándonos, como siempre, con esa sensación de desengaño, esa arrechera de haber caído una vez mas en la trampa.

Y seguimos así. El presidente habla y habla, pero no dice nada. Se llena la boca diciendo que trabaja para los pobres, sin darse cuenta que tiene en su haber 15 años diciendoles que dejarán de serlo, sin cumplir pero ni años. A la fecha, independientemente de la situación política, no hay ni visos de un plan de acción a la situación que nos aprisiona. No sabemos como va a acabar con la delincuencia. No sabemos como va a acabar con el desabastecimiento. No sabemos como va a acabar con el desempleo. No sabemos como va a acabar con la inflación. Lo único que sabemos es que quiere salir en una foto con Ruben Blades; que para él, Leopoldo, el «malamen», es una especie de superman bizarro que solito iba a acabar con su gobierno y con el país; que las protestas son incitadas por el Imperio, y todos los que participan están hipnotizados por las voces adormecedoras de Patricia Janiot y Fernando del Rincón, expertos ilusionistas que logran convencer, con sus dotes histriónicas, que este paraíso que es Venezuela se esta derrumbando. Todos los días, se debe parar y rascandose una nalga mientras mea, debe decidir que será hecho en el país en pro de su gente. Eso si, sin atreverse a ver CNN no vaya a terminar quemando caucho frente a Miraflores en protesta contra si mismo.

Estamos sometidos a un gobierno reactivo. Un gobierno que solo sigue el plan cubano, que es el único que se cumple al pie de la letra: sacar todo lo que se pueda mientras se tenga chance. Un gobierno de 24 horas, porque las instrucciones, en el mejor de los casos, duran de un día para el otro. Nadie sabe, entonces, que se hará o sucederá al día siguiente. Es como una amnesia que se renueva a diario. Se vive solo el día, sin recordar el pasado, ni pensar en el futuro.

Y, para colmo de males, el del heredero es un gobierno reaccionario. Un gobierno contrarrevolucionario, ya que no hace mas que echar por tierra lo que tanto le costó construir a su padre. Es un caso como esos donde un padre lucha toda su vida por crear un imperio, y se lo deja a su hijo, al cual nunca involucró en las responsabilidades que tendría ante su inexorable falta. Así, el hijo prácticamente no es culpable de que su padre solo le haya dejado probar las mieles del dinero y del poder, sin «mojarse el culo» como se dice en lenguaje coloquial. Y este, el hijo, no hace más que despilfarrar y acabar con el negocio. Ahora, este hijo, esta acabando con su herencia, lo cual no es malo, pero si el hecho de que en su caída nos esté arrastrando a todos. Debemos aferrarnos y luchar, así como cuando la poceta no termina de llevarse su contenido, y darle a la palanca tantas veces como sea necesario. La lucha no puede parar.

Y mientras termino de escribir esto,  veo como el Hijo baila con su primera combatiente, mientras en valencia entierran a una víctima de una de sus rascadas de culo diaria. Se ve tan feliz, tan alegre, que es imposible no concluir que esta orgulloso de su gestión. Pero no hay nada como las leyes, que por serlo se cumplen sin lugar a equívocos. «Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto». Tercera Ley de Newton.