Ser Famoso no te hace Ser


Diciembre es un mes en el que se tiene tiempo para cosas que por lo general no hacemos en el resto del año. Es un mes para establecer metas, la mayoría inspiradas por el análisis de lo hecho en el año. En mi caso, siempre intento que sea un mes de pensamiento introspectivo, lectura y una buena oportunidad para escribir. Y el 22 de Diciembre del 2005 decidí dar el paso definitivo de comenzar mi blog. Casi 14 años han pasado durante los cuales he escrito más de 360 posts, y recibido miles de visitas con opiniones distintas acerca de lo que comparto.

Quizás la búsqueda de la Fama y la Fortuna es una fuente de inspiración que nos mueve en algún momento de nuestras vidas, y sólo la constancia nos acerca a esos sueños y en mi caso, como lo he compartido en varias oportunidades, escribir es algo que siempre ví que hacían en mi casa, por lo que lo hago como algo natural.

Una de mis metas es escribir un libro. Y que sea un Best Seller!!! (se tenía que decir, y se dejó por escrito), pero si algo he aprendido es que no se puede ser un maestro sin una práctica constante. Y como resultado de esa práctica he escrito cosas que me encantan; otras que me conmueven; otras que mantienen vivos recuerdos, y al final, eso es precisamente lo que logran los autores que admiro! Por supuesto que no pretendo convencerme de que estoy a su nivel, aunque si, en al menos un sentido si lo estoy, que es en la constancia con la que escribo.

Entonces, no seré un escritor famoso, pero si soy un escritor! y como tal me paseo por la montaña rusa de la inspiración, luchando con la indecisión del gusto por el resultado de cada cosa que escribo, pero un hombre feliz por tener la oportunidad de hacer lo que me apasiona.

Ya trabajo no en uno, sino en dos proyectos de expresión de inspiración que venía pensando desde hace años, y cada día que me siento a trabajar en ellos paso momentos de disfrute inmensos, como los que tengo con cada post que escribo en este blog.

Al final, como que no importa lo que los demás piensen de lo que uno hace, independientemente de lo que sea, sino lo que uno sienta, la pasión con la que se haga. Y la fama? Sólo llegará como resultado de lo hecho, por lo que el foco siempre debe estar en hacer y no sólo soñar.

Lo que sucede al escribir


Escribir es una forma de expresar los sentimientos. Cuando escribo, dejo que me guíe la inspiración, y esto implica que en algunas oportunidades tomo caminos que bajo otras circunstancias ni siquiera consideraría. Es lo importante de escribir para mi… lo Liberador. Pero hay días, como hoy, que por lo difíciles que son dudo si dejo correr lo que me abruma, o si por el contrario me permito liberar esa energía.

En días como hoy pienso que la vida me debe mucho. Que me quitó prematuramente una parte importante de mi ser, con todas las consecuencias que eso significó, las cuales viví, una a una. También pienso que si sucedió fué por alguna razón, y me apego a esa idea pero, honestamente, no encuentro ninguna que me llene el sentimiento de vacío. Pero sigo, sigo adelante, con razones inmensamente grandes, para lograr llenar ese vacío con la respuesta que esperaría obtener: que mi Mamá estaría orgullosa de lo que he logrado.

Así, en los últimos 18 años, he pasado por ese momento de pensar qué hacer, qué decir, y luchando por no equivocarme en mi decisión, ya que sin lugar a dudas, eso haría que ella estuviera muy molesta, que no es lo que quisiera bajo ningún concepto…

Initium Sapien Tiae Timor Domini


Hace algún tiempo leí que hay momentos en los que surgen las ideas y soluciones a los problemas que enfrentamos. Que esos momentos son cuando le damos «un descanso» a nuestra mente, cuando dejamos de pensar y buscar voluntariamente las opciones, y estamos como en automático, y los más representativos son cuando se maneja un carro, y cuando se toma una ducha.

Un día, en medio de las tribulaciones que afortunadamente forman parte de mi vida, y mientras tomaba una ducha, se me vino a la mente la frase que está en el Escudo de La Universidad de Los Andes, mi Alma Mater. Initium Sapien Tiae Timor Domini. Toda mi vida, literalmente, la he vivido viendo esa afirmación, siguiendo esa Ley. Y ese momento en el que la recordé, pues trajo todos los que pasé con preocupaciones en mis días de estudiante, por distintas razones, unas relacionadas con el oficio que ejercía, otras, producto de las cosas de la vida, y a pesar de todas ellas, aquí estoy, enfrentando otras situaciones que se han presentado a lo largo de mi carrera profesional gracias a esa base que construí en la Universidad. Y en ese momento, sentí la seguridad de que aún sin saber la solución o respuestas a mis situaciones, saldría adelante.

Initium Sapien Tiae Timor Domini, o «El principio de la sabiduría es el temor a Dios» (traducción mía), se me hace más presente que nunca en estos días, cuando veo hacia el camino que he recorrido en mi vida, las oportunidades que he tenido, y los resultados de las decisiones que he tomado. Por años, mi sueño, como el de todos los que comenzamos a estudiar en nuestra Universidad, era recibir mi Título en el Aula Magna, con toda la formalidad que merece el acto, y afortunadamente lo pude hacer. Los recuerdos de esa época son infinitos, y si algo respeto por lo que significa, así como estoy seguro que lo hacen todos los que por ese recinto han pasado, es el sitio donde se ubica el Aula Magna, el Rectorado de mi Universidad.

En medio de todo lo que acontece en nuestro mundo, donde se hacen demasiado evidentes los ataques por diferencias religiosas, políticas, raciales y de cualquier tipo, me llega la muy triste noticia de un nuevo ataque a mi Universidad. Un ataque que no puede tener ningún otro motivo más que demostrar lo incómoda que se hace una Casa de Estudios donde se forma el futuro ya no sólo del país, sino del mundo.

Qué gran demostración de lo minúsculo del ser de quienes profanaron nuestra Alma Mater. Qué gran muestra de desprecio por el respeto, la decencia y la sabiduría. Qué gran ejemplo de soberbia, de seguridad de que no habrá un momento en que se enfrentarán las consecuencias por las decisiones tomadas y las acciones ejecutadas. Cada quien tiene derecho a creer en lo que quiere; unos creemos en Dios, bajo distintas formas, otros, evidentemente no. Y si algo me queda claro es que definitivamente quienes cometieron esta fechoría lo hicieron por su ignorancia, sin saber de Sodoma y Gomorra, sin querer reconocer la existencia de Dios.

Initium Sapien Tiae Timor Domini… Domine in Requiem Meam.