La Cura al «Burnout»


No, no encontré la cura a lo que se ha hecho muy presente sobre todo luego de la pandemia: el síndrome del «Burnout», pero sí quería compartir un punto bien interesante al respecto.

El término «Síndrome de Burnout» fué creado por el psicoanalista Herbert J. Freudenberger en los años 70 cuando un segundo trabajo que tomó como voluntario en una clínica para tratar pacientes pobres lo llevó a perder la emoción y la sensación de logro que precisamente lo hicieron tomar ese segundo trabajo. Y es que el Burnout se relaciona mucho con la depresión, pero lo interesante es que no es correcto ubicar ambos conceptos de la misma forma. La depresión se considera una condición tratable con la acción individual de la persona mientras que el Burnout es un problema creado por el sitio de trabajo de manera que sólo los cambios en el mismo ayudarán a tratarlo.

Al tratar ambas condiciones de la misma forma se espera que la gente sea responsable por su propio tratamiento y recuperación, lo cual aleja la atención del lugar de trabajo que es donde realmente está la cura del síndrome. Son muchas las formas como desde el punto de vista institucional se puede tratar el síndrome del Burnout, y se puede comenzar por requerir menos cosas, dar más control sobre cómo manejar lo que se requiere y proveer el apoyo que se pueda necesitar.


Inspirado en el artículo Only your Boss can cure yous Burnout de Olga Khazan

Gracias México!


Hoy, 25 de febrero de 2023, se cumplen 7 años de haber llegado a México. 7 años en los que hemos tenido la oportunidad de reiniciar nuestras vidas en medio de una de las culturas más interesantes. A pesar de que llegamos sin absolutamente nada más que el apoyo de mucha gente, hemos logrado establecernos y sentirnos parte de éste gran País.

Mucha gente nos apoyó y aún apoya. La lista es larga pero muy precisa porque jamás podremos olvidar a cada uno de los que tenemos en la misma. Y el estar en éste País nos ha permitido desde conocer la icónica playa de Acapulco (donde estuvo El Chavo), sentir la energía de las pirámides de Teotihuacán y Cholula, caminar en la ladera del Volcán del Nevado de Toluca y recorrer las calles que tan famosas son de México.

Quizás lo más importante es cómo se ha adaptado nuestra hija a su nuevo país, a las costumbres, a sus amigos. Nuestra salida fué principalmente por ella porque cada día en Venezuela se le cerraba su futuro, y hemos sido tan afortunados que ahora con mucho orgullo somos Mexicanos y su futuro se ha abierto nuevamente creando ese camino normal que debe tener cada niño.

Sólo quienes tienen la oportunidad de migrar a otro país saben lo difícil que es, y más en nuestra situación donde por distintas razones se hace muy difícil regresar a Venezuela donde está nuestra familia, nuestra historia. Son muchos los días en los que la tristeza nos abruma por todos los recuerdos y lo que extrañamos, pero no tenemos duda de que más temprano que tarde podremos reunirnos de nuevo, allá o acá, y podremos pasar muchas horas poniéndonos al día con todos los cuentos que tenemos.

The Daily Stoic – Ryan Holiday


Un libro hecho para leerlo en un año… ya eso dice mucho del libro!

En el 2015 comencé a seguir a Tim Ferris, principalmente su podcast y aproveché de leer su libro «The 4-Hour Work Week». Me gustó mucho su enfoque de las cosas basado principalmente en la filosofía Estóica. Me puse a investigar sobre la misma y encontré todo un mundo que me marcó. Desde que Zeno de Citio creó su escuela de filosofía en Atenas por el año 3 antes de Cristo dando cátedra en el stoa (palabra griega que significa «Porche«), muchos han sido seguidores de sus enseñanzas, y entre los invitados y mencionados permanentemente por Tim Ferris esta Ryan Holiday quien es el autor de éste excelente libro «The Daily Stoic».

El libro cuenta con una lectura para cada día del año, y yo tuve la oportunidad de comenzar a leerlo justo al comienzo de 2022. Cada lectura corresponde a pensamientos de personajes como Marco Aurelio, Seneca, Epicteto y otros, y el autor provee una interpretación sobre cada pensamiento.

Este es un libro que considero es para quienes buscan respuestas en su vida. Por supuesto que estoy comenzando a releerlo y lo que ya había leído ahora es distinto por las circunstancias que he vivido así como las actuales lo cual hace al libro una fuente permanente de sabiduría. La Filosofía Estóica se basa en que la virtud es la felicidad, y que es nuestra percepción de las cosas la que genera la mayoría de nuestros problemas, y así propone cómo debemos desarrollar la habilidad de usar la razón para determinar cómo categorizamos, respondemos y nos reorientamos ante los eventos externos que inevitablemente nos toca vivir para lo cual se deben tener presentes cada día y en cada decisión que tomamos:

  1. Controlar nuestras percepciones.
  2. Dirigir nuestros actos de manera apropiada.
  3. Aceptar voluntariamente lo que está fuera de nuestro control.

Es éste un libro que recomiendo altamente para leerlo con calma y tantos años como se quiera ya que en cada vuelta descubrirán en las mismas palabras nuevos sentidos.

¿Y qué es Descansar?


Cada domingo es la misma historia: un sentimiento de culpa por no estar trabajando; una lucha mental por no poder dejar de pensar en todo lo que tengo por hacer y decidir si en lugar de descansar me pongo a hacer algo que me haga sentir «útil»; y en esos momentos es que me entra la duda de si realmente tengo claro el concepto de «descansar», porque pareciera que lo que vivo definitivamente no lo es…

Una definición de descansar que me pareció muy interesante es: cuando no estamos asociando nuestra autoestima con lo que se debe hacer a continuación. En el momento en el que pensamos en algo que tenemos que hacer a continuación no estamos descansando. Entonces, descansar se trata, en última instancia, en hacer cosas que no tienen nada que ver con lo que suceda con tu lugar en la sociedad. Descansar puede ser leer un libro pero sólo si ese libro no tiene nada que ver con tus metas profesionales o personales, lo cual significa que podemos estar totalmente presentes con cada palabra en cada página sin necesitar ni querer retener información que podríamos usar después. Descansar, finalmente, es cuando tomamos un momento para asumir que no somos lo que producimos y, lo más importante, que está bien lo que somos.

Mis domingos no son de descanso porque lo que me trasnocha es lo que debo hacer a partir del día siguiente, pero la solución está en mi, en relajarme y en internalizar que no importa lo que suceda porque siempre seguiré siendo yo.

Descansar, más que un hecho, es una decisión…

El Momento Milagroso


Se acerca el fin del año y con el llega la definición del éxito en función de los resultados de lo que hemos hecho (o dejado de hacer) a lo largo del mismo, y dependiendo de lo lejos que estemos todos esperamos ese momento milagroso en el que nos vestimos de gloria.

El bamboo se toma hasta 5 años para desarrollar sus raíces y durante esos años nadie ve que haya progreso, pero el bamboo se mantiene haciendo crecer sus raíces y almacenando energía hasta que de repente toda esa energía acumulada se convierte en un crecimiento exponencial. Este es un ejemplo de cómo se llega a los resultados: lentamente y de repente se alcanzan. Ahora, el problema es que todos queremos los resultados, pero muy pocos (para no decir que ninguno) quiere seguir el proceso que conduce a ellos porque es, aparte de lento, aburrido.

Si con algo lucho a diario es con el hecho de no autoflagelarme porque lo que hago no es visible. Muchos apuntan asegurando que no se está haciendo nada y eso representa un peso enorme, pero lo importante es asumir que no todo progreso es visible. Hay fuerzas, como las del bamboo, que se van generando y acumulando y que al final llevarán al resultado esperado. Y si mi experiencia me ha enseñado algo es que la constancia es imprescindible para alcanzar los resultados. Resulta muy lógico esto, pero cuando se trata de hacer cosas que hasta causan aburrimiento se termina buscando otras por hacer que sean mas entretenidas, y la realidad es que son las cosas aburridas que se hacen de manera consistente las que llevan a un rendimiento extraordinario. La mayor parte del tiempo sabemos lo que debemos hacer pero como no vemos el resultado de forma inmediata nos detenemos; entonces se requiere ser lo suficientemente habilidoso para saber que se está avanzando hacia el resultado a pesar de no ver signos obvios de progreso.

Roma no se construyó en un día, pero fué construída poniendo un ladrillo a la vez.

El Reto de ser Optimista


Muchos de mis amigos y familiares mas cercanos me llaman «cable negro» por aquello de que solo transmito lo negativo, sin embargo hace muchos años hice un curso que se llamaba «Comerciacilina» que me dejó como gran experiencia, entre muchas otras, el hecho de que cuando me preguntan ¿Cómo estás? respondo enérgicamente «EXCELENTE!!!». Hay toda una teoría detrás de ésto ya que por una parte para responder «bien» se requieren muy pocos músculos de la cara, mientras que para responder «Excelente» se requieren muchos más, y si se gesticula y se dice así con convencimiento y energía, no sólo se transmite esa sensación sino que uno hasta se lo cree. Pero desde hace algún tiempo para acá me ha llamado la atención que cuando saludo de ésta manera por lo general la respuesta termina siendo «pero también trabajas aquí?!», e incluso hasta he llegado a sentir que el hecho de ser muy optimista pareciera ser algo malo, pero entre las cosas que tengo la oportunidad de leer hay un artículo que me pareció muy bueno y del que extraigo algunas cosas muy interesantes con respecto a ser o no optimista.

De acuerdo al diccionario de Inglés Cambridge el optimismo es (traducción mía) la tendencia de estar esperanzado y de enfatizar la parte buena en una situación en lugar de la mala, o el sentimiento de que en el futuro es mas probable que sucedan cosas buenas que malas. En el artículo de Hannah Ritchie An End to Doomerism (Or why I’m coming out as an impatient optimist) leemos que se confunde el optimismo con el optimismo ciego que sería aquel que denota la esperanza de que las cosas siempre mejorarán lo cual es, aparte de estúpido, peligroso, así que yo coincido con el hecho de que no es ese optimismo el que predico. Por el contrario, coincido con la visión de que el optimismo es ver los problemas como retos que se pueden resolver. Es tener la seguridad de que hay cosas que podemos hacer para establecer la diferencia.

De forma equivocada muchos ven el optimismo como una posición de comodidad en la que al tener la seguridad que de manera misteriosa y milagrosa las cosas saldrán bien entramos en un punto de inacción, mientras que la incomodidad del pesimismo es lo que genera el cambio, y resulta que es todo lo contrario. Los optimistas son los que buscan que sucedan las cosas ya que enfocan sus esfuerzos y se arriesgan al 100% porque ven al menos una oportunidad para atender una situación mientras que los pesimistas llegan incluso a bloquear las soluciones porque ni siquiera ven la necesidad de hacer nada convencidos de que pase lo que pase las cosas terminarán igual o peor de mal.

Ser optimista es un riesgo que asumo plena y conscientemente. Se que me expone a mayor probabilidad de fallar, pero en las fallas está el aprendizaje por lo que siempre me mantendré optimista sin que nada me haga cambiar de posición.

Hipoliderazguitis


Por: Fernando J. Castellano Azócar

Hoy en día es muy común hablar de Liderazgo. “Liderazgo” y “Gerencia de Proyectos” (Project Management) son las bases de uno de los negocios más lucrativos actualmente. Se pagan miles de dólares por escuchar a expertos hablar de esos temas, y los Curricula se abultan con constancias que dan cuenta del conocimiento que se tiene en la materia. Se conjuga en primera persona y a diario el verbo liderar, viendo con cara de desprecio a quienes no han dado pasos formales en el tema, expresándolo como una sentencia: YO LIDERO!

Pero, en la vida real pasa todo lo contrario. En un equipo de trabajo, se presenta a diario la oportunidad de que surjan liderazgos temporales. Su duración está relacionada con la decisión de liderar que asuma la persona. Se asigna una tarea, se establece un tiempo, se asignan unos recursos, y se espera… se espera, y en la mayoría de los casos el resultado es la antítesis del liderazgo: la excusa. “Es que no era suficiente tiempo”; “la gente no quiso hacerlo como yo decía”; “no tienen el conocimiento”. Recuerdo que en alguna parte leí una frase que decía: “qué triste preocupación, cuando uno está ocupado, y viene un desocupado a darle conversación”. En cuanto a liderazgo se refiere, diría: “qué triste preocupación, que se asigne un objetivo, que cuenten con todo lo pedido, y solo entreguen un excusón“. En ese momento, es que se entiende lo lejos que estamos de la internalización del significado real de Liderazgo.

 Es demasiado común que se confunda lo que es ser “Jefe” y ser “Lider”. En un equipo de trabajo es común escuchar, cuando se asignan tareas particulares que requieren la dirección de alguien, “y este ahora se cree Jefe?”; y esa reacción viene dada en la mayoría de los casos, por el surgimiento abrupto de un pedestal bajo los pies de quien debe encargarse de lograr el objetivo o meta. Y comienzan los problemas hasta que la situación se sale de control.

Y las preguntas que me surgen son: Qué hace falta para que todos entendamos que cualquiera puede ser un Líder? Por qué es tan difícil distribuir la carga de responsabilidad y trabajo, de manera que todos los miembros del equipo tengan, en el mejor de los casos, partes iguales? Y finalmente, Por qué es más fácil apuntar a un culpable, en lugar de asumir las consecuencias en pro de alcanzar el objetivo? No sé si es la cultura, el desconocimiento, o simplemente el miedo a fallar. En cualquier caso, la misión de quienes tenemos a cargo grupos de trabajo es generar las oportunidades para que se destaquen aquellos que tienen potencial de Líderes. “Forzar la barra“, asignando responsabilidades mayores de las que creen que pueden manejar a aquellos que han mostrado potencial, y hacer el seguimiento para que en el camino no haya desviaciones irrecuperables. En una orquesta, existe un director y hay líderes en cada grupo de instrumentos. Solo con unas reglas claras (como son las partituras), un manejo eficiente del tiempo (bajo la batuta del director), y la convicción individual de poder trabajar en forma coordinada con los demás, independientemente de sus habilidades o experiencia, se podrá obtener una obra maestra. De mi suegro aprendí que en el dominó “hay que saber ser cabeza y peón”. Cuando la situación le sea favorable, asuma el liderazgo, envíe las señales necesarias para que lo reconozcan como tal, y de el ejemplo. Y cuando otro sea el que tome el liderazgo, no se aparte, no se aisle. Colabore, participe y aporte lo necesario para alcanzar la meta. Al final, la reacción que tenga hoy contra otro, será su decepción e impotencia mañana.

Trabajar por tiempo, o por alcance?


Por: Fernando J. Castellano Azócar

Imagine que toma un Taxi, y que antes de montarse le indica al chofer el sitio hacia dónde va, y acuerdan un precio por el servicio. A mitad de camino, el vehículo sufre un desperfecto que le impide llevarlo a su destino. Se bajan ambos del vehículo, y comienza la discusión…Originalmente usted había acordado un precio por un servicio que consistía en llevarlo de un sitio a otro. Si, por la razón que sea, no se cumplió con el alcance acordado, la lógica indica que no tiene nada que pagar al chofer. En ese caso, ambos pierden, ya que ni usted llegó a donde necesitaba ir, ni el chofer recibirá pago alguno (además de quedar con el vehículo accidentado). Ahora, si por el contrario el chofer hubiese contado con un “taximetro”, o cualquier método que midiera el tiempo (o hasta la distancia), y existiera un precio por unidad de tiempo (o de distancia), la historia fuera otra. En materia de contratación de servicios, siempre existirá la opción de negociar por tiempo, o por alcance.

No hay manera de establecer cuál de los dos métodos es mejor. En mi criterio, cuando se acuerda un trabajo por tiempo, tiene la ventaja el prestador del servicio, mientras que cuando se acuerda un trabajo por alcance, la ventaja la tiene quien lo recibe. En el caso de trabajar por tiempo, se establece un precio por la unidad, por lo general Horas-Hombre, y se indica el estimado de tiempo que se requerirá para realizar el trabajo requerido. Ese estimado depende plenamente de la experiencia del ofertante, y al cliente realmente poco le va a importar si el estimado es ajustado o no a la realidad. Se inician las labores, y resulta que se utiliza todo el tiempo contratado, sin finalizar la labor requerida. Entonces, el ofertante va a requerir del cliente que este contrate mas tiempo. El cliente va a indicar que no es su problema que se requiera mas tiempo, ya que la estimación la hizo el contratado, pero hay dos elementos que obran en contra del cliente: uno es que el contratado le va a demostrar con toda certeza que estuvo trabajando todo el tiempo que se contrató (y por lo general es más); el otro elemento es que la necesidad que hizo que el cliente realizara la contratación aún no ha sido satisfecha, y peor aún, está en algún punto entre la situación original y su solución. Lo más seguro es que si busca a alguien más para que finalice, este vaya cobrar mucho mas, de manera que el cliente termina pagando por mas tiempo, en el mejor de los casos con un precio mejor que el original, y sin ninguna garantía de que no se repita la situación. Cuando se acuerda un trabajo por alcance, el precio es establecido por la finalización del trabajo a satisfacción del cliente. Bajo este método, es muy poco probable que el trabajo no se haga, independientemente de los costos y del tiempo que se tome, y mas importante aún por el mismo precio acordado. Pueden haber algunas condiciones especiales acordadas por ambas partes que puedan modificar el precio, pero por lo general no tienen que ver ni con tiempo ni con los costos asociados.

Ahora bien, la pregunta siguiente es cuándo se debe utilizar cada uno de éstos métodos. Para mi, todo está relacionado con un factor muy importante: el Riesgo, o más específicamente, quién lo asume en mayor medida. En el caso de un contrato por tiempo, el riesgo lo asume en mayor medida el cliente. Para el proveedor, los costos de cada unidad de tiempo están plenamente cubiertos, y tiene un rango de error con respecto a la estimación de cuántas eran necesarias muy grande, ya que si se queda corto, terminará ampliando el contrato, y si termina antes, podrá negociar y/o justificar el total de horas, y con un cliente feliz lo mas seguro es que le paguen el total acordado, lo cual representará una ganancia mayor. Mientras que en el caso del contrato por alcance, el riesgo lo asume el contratado. Sus estimaciones deben ser muy certeras, y debe tener un control de costos y un seguimiento de la ejecución muy preciso, de manera de lograr el resultado contratado en el tiempo y con los costos estimados. Si lo hace en forma más eficiente (bien sea con menos costos o en menos tiempo), no tendrá necesidad de negociar nada y tendrá su ganancia mayor. Pero en caso contrario, para el cliente será transparente la afectación que tendrá si se le va de las manos el proyecto, más allá de los límites establecidos en sus estimaciones.

Entonces, para responder la pregunta, dependerá de la relación que se tiene y/o se quiere mantener con el cliente. Si se le quiere mostrar al cliente un compromiso alto, así como un nivel de ejecución muy certero y mucha confianza en su equipo de operaciones, lo mejor será utilizar el método de alcance. Ese cliente se sentirá muy bien atendido y comprometido con la relación establecida. Ahora, si se está trabajando con un cliente difícil, que busca el mejor precio, y que está comparando el servicio prestado contra otros competidores, ofertar por unidad de tiempo es lo mejor.

Todo dependerá de la relación que se tiene o quiere tener con el cliente, el nivel de control que se tiene en la operación, y el entorno en el cual se está (y estará) trabajando.

Y ahora, ofrecerá sus servicios por hora o por alcance?

Estrés


Serie: Perspectivas

Hay tantas formas de representar lo que vivimos… en un tráfico de esos insoportables principalmente por tener que vivirlo cada día, y en uno en el que no todo salió bien llega un momento en el que la vista comienza a nublarse, en el que la desesperación invade cada célula del cuerpo…

Foto de mi inspiración tomada en la Autopista Francisco Fajardo cuando iba desde Chacao hacia Terrazas del Avila

El Reto de ser El Mejor


Foto tomada de http://www.amaurygonzalez.com/la-numerologia-de-john-wick-concentracion-compromiso-y-voluntad-pura/

Muchas veces me han dicho que debo ser «el mejor» y por supuesto que a nadie que le digan eso decide no intentarlo. Lo que me llama la atención es que al pedirme que fuera el mejor nunca me dijeron ni cómo ni en qué. Pareciera entonces ser algo totalmente subjetivo eso de «ser el mejor», sin embargo, viendo por n-ésima vez la primera película de John Wick y sin ninguna duda de que es el mejor en su ramo me concentré en lo que dijo el personaje Viggo Tarasov de él: «John is a man of focus, commitment, sheer will…», lo que traduzco como «John es un hombre que se concentra, comprometido y de voluntad pura». Con esa descripción, John pudo ser el mejor en cualquier cosa que hiciera, lo cual me puso a pensar.

Uno de los factores que parece muy difícil de ver es el compromiso. A menudo ponemos muchas excusas para comprometernos: que no me pagan suficiente; que no voy a ser el único que lo haga; que no le voy a hacer el trabajo a los demás. Pero la realidad es que hay cosas en la vida que sólo funcionan cuando nos comprometemos, entendiendo comprometernos como darlo todo, todo el tiempo.

Muchas veces asumimos una aplicación de la Ley de Pareto y que con sólo un 20% del compromiso y del esfuerzo obtendremos el 80% del resultado y de los beneficios, lo cual definitivamente no funciona con las cosas importantes. El reto nos lo encontramos cuando entendemos que estar comprometidos significa que tendremos que trabajar mucho, y no debe haber ninguna duda del hecho de que quienes se comprometen son los que logran los resultados que muchos ven como imposibles. Quien se compromete hace que la gente quiera ayudarle, lo cual le distingue del resto y crea esa sensación de que se es el mejor.