Recomienzo


Varias veces he pasado por este proceso, y la verdad es que lo veo como algo importante al menos en mi vida. Como de costumbre, tengo mil planes con objetivos por alcanzar, y por supuesto todos requieren dedicación y esfuerzo. Estoy muy entusiasmado por el avance en mi proyecto de escribir un libro, tanto que ya tengo definidos al menos 3 más, sin contar con la segunda parte del que espero terminar este año. Me esfuerzo por compartir semanalmente al menos un «post» en el blog, y en el camino de lo que vivimos en el 2020, y viendo algunas oportunidades, se me ocurrieron otros proyectos como un podcast, un canal de youtube, y en fin, muchas ideas que me gustan mucho. Pero por supuesto hay que considerar un elemento muy importante como lo es el tiempo.

Lo que me estuvo preocupando fue querer tener tantos proyectos personales abiertos. Y la preocupación es que tantos proyectos se pueden convertir en una excusa para no terminar ninguno, por lo que quise detenerme un poco, establecer las prioridades, y seguir. Así, el libro tiene mucha de la prioridad, y por supuesto compartir en este espacio segurá en orden. El resto de los proyectos los iré desarrollando en la medida en la que avance con lo mas prioritario. Lo importante, como siempre digo, es ser constantes, y así espero seguir.

FInalmente, les comparto este artículo sobre, precisamente, lograr cosas extraordinarias…

La Expectativa del «Like»


Para Cristian Giraldo, docente de la Universidad Grancolombiano y Magister en Neurociencias, cada vez que se reciben estas manitas arriba se desencadena una reacción química a nivel cerebral, un estímulo interno, y se libera una sensación de placer. Cuanto más nueva sea una experiencia (como un «like» de alguien que no conocen o una cantidad de «me gusta» antes no adquirida), esa sensación puede ser más fuerte. [referencia]

Un «Like» (me gusta, en español) es una característica incorporada en redes sociales y otras plataformas online que permite al usuario dar un feedback positivo a cualquier tipo de contenido, y de esta forma conectar con aquello que les interesa.

Dado que el volúmen de «Likes» que se obtenga está directamente relacionado con la posibilidad de ganar dinero, aparte del placer que producen se crea una necesidad por ellos, sin llegar a importar cómo. En mi caso obviamente que me gusta recibirlos por lo que publico, pero en estos días pasados compartí en LinkedIn un enlace a un artículo que publiqué en mi blog, y pude ver que tenía más de 300 visualizaciones en LinkedIn, y alrededor de la mitad de recomendaciones, lo cual interpreté como el número de personas a quienes les había gustado mi artículo, pero al revisar las visitas en el blog vi como el número era cuando mucho una cuarta parte, lo cual me dejó pensando…

En éste caso en particular la conclusión a la que llego es que las recomendaciones eran como un apoyo, una felicitación por haber publicado algo. Por supuesto que eso es algo que se agradece, sin embargo, mi expectativa era recibir las recomendaciones por lo que había escrito, no sólo por haberlo hecho. Quizás se requiera ver el tema de los «likes» de acuerdo a lo que representan para cada quien. Yo publico porque me gusta, porque me arriesgo a exponer lo que pienso y estoy dispuesto a recibir las críticas y los elogios como un acto que me permite crecer en muchos sentidos. Quienes viven de los «likes» pues no deben ser muy exigentes de la razón por la cual los reciben. Agradezco tanto el que me dan como señal de admiración y reconocimiento por haber escrito algo, como el que representa la recomendación para que otros lean lo que publico. Como dijo Gabriel García Márquez: «El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar.»

La Certeza de la Incertidumbre


Photo by bruce mars on Unsplash

Nadie sabe lo que le depara el destino, y sencillamente no hay manera de adivinar el futuro por lo que se tiene que confiar en que todo irá bien, reforzando esa esperanza con las acciones que llevamos a cabo, las cuales ejecutamos convencidos de que son las mejores. Pero siempre hay algo, mucho, que está fuera de nuestro alcance y que introduce la incertidumbre en la que inevitablemente vivimos.

El año 2020 fué particularmente duro por la forma como nos envolvió y mantuvo en una tremenda incertidumbre. No sabíamos cuando iba a terminar la pandemia; no sabíamos cuando podríamos contagiarnos; no sabíamos quien podía traernos el virus, de manera que básicamente tuvimos que desconfiar de todo y de todos, y como sucede en la vida, la costumbre nos hizo sentir confianza, asumimos estar en control y todo se reinició. Ahora es como si estuviéramos en el primer día, pero con la experiencia de lo que vivimos, de manera que al menos sabemos lo que no debemos hacer, y si nos basamos en esa experiencia, con seguridad saldremos de ésta pesadilla.

Los Matices de La Verdad


Cuando era niño había principalmente tres formas de estar informados del quehacer diario: la radio, la televisión y la prensa escrita. En mi casa era casi un acto religioso el leer la prensa de manera que todos los días, sin falta, mis padres se sentaban a leerla, siendo el domingo el día mas importante ya que eran las versiones abultadas por los artículos de opinión así como otros contenidos de especial interés. Los domingos eran sagrados, nos manteníamos todos juntos y mis padres se concentraban en la prensa y comentaban lo que leían.

En esos días lo que se publicaba en la prensa se consideraba cierto. Para quienes tenían sus dudas habían distintas opciones, de manera que podían leer lo que consideraban mas cercano a la verdad, pero lo más interesante era que la única forma de argumentar sobre algo que se publicara estaba sujeto a la aprobación de quien originalmente lo había publicado. Para algunos ésto era «censura», pero al final era el statu quo.

Cuando surgen las redes sociales muchos sintieron que se había roto el ciclo perverso de la censura, ya que cada uno de nosotros podría reportar «la verdad», sin embargo y al menos en mi opinión, eso no terminó siendo cierto. A pesar de que sí es una opción válida, las redes sociales se convirtieron en el medio perfecto para lo que es el mejor negocio del mundo: el de la especulación. Entonces ya no nos interesa (ni nos importa) la verdad sino la opinión que emitimos sobre los hechos. Y llegamos al extremo de participar en largas discusiones opinando sobre hechos que ni siquiera sabemos si en realidad sucedieron. Y es que ahora la visión es de crear un negocio, ya que se busca el sueño de ganar dinero con el menor esfuerzo posible lo cual es una fantasía que llena a muchos a través de los «likes». Así, el negocio ya no es vivir de decir la verdad, sino por el contrario de crear un espacio en el que la especulación haga que se tengan más visitas y «likes» sin importar las consecuencias. Y esto es porque la verdad es aburrida, ya que no tiene forma de ser interpretada.

Domingo de Angustias


Photo by Dalton Touchberry on Unsplash

Mientras somos niños y no hacemos más que jugar, todos los días son iguales. En la medida en la que vamos haciéndonos conscientes de lo que hacemos comenzamos a ver que hay unos días más interesantes que otros, básicamente porque tenemos la oportunidad de estar más tiempo en familia, además de hacer actividades entretenidas. Luego la vida nos da un giro cuando comenzamos a ir a la escuela, ya que comenzamos el proceso de adaptación al sistema implementado en la época de la industrialización de acuerdo al cual nos matamos «trabajando» de lunes a viernes, con una recompensa merecida de descanso el fin de semana. Y la verdad es que se agradece el período de descanso, pero lo más complicado es lidiar con lo que llamo «el síndrome del domingo por la tarde». Y es que no hay, al menos para mi, un momento en la semana más angustiante que el domingo.

Esta angustia de los domingos considero que comenzó el 7 de marzo del año 321, cuando el Emperador Constantino declaró que sería un día civil de descanso en las ciudades y en los campos. Según el código Justiniano, «durante el domingo, el venerable día del Sol, debían cerrarse los talleres, y los magistrados tenían que descansar«. Desde entonces se descansa ese día para conmemorar el nacimiento de Apolo, Dios del Sol.

Y basado en mi experiencia puedo asegurar que no soy el único que siente esa presión angustiante de los domingos. A partir del mediodía hay muchos que recuerdan todo lo que tienen pendiente por hacer y comienzan como locos a tratar de ganar tiempo. En mi caso hace mucho que decidí no involucrar a nadie mas en mi angustia, por lo que si llego a ponerme a trabajar lo hago sólo para mi, tratando de no arruinarle a nadie más su espacio y tranquilidad. Y la diferencia principal que encuentro entre los domingos en que ya era consciente de mis responsabilidades pero que no le prestaba nada de atención, y ahora que hasta insomnio me dá pensando en tantas cosas, es que en aquellos días estaba convencido de que ya tendría oportunidad de encargarme de todo, mientras que ahora no soy más que una pieza en la maquina ritual que siempre trata de convencernos que más sacrificio es equivalente a más efectividad.

Y hoy aquí estoy, tratando de convencerme que escribir ésto me hará reducir la angustia dominical, pero la verdad es que no está siendo nada efectivo el intento hasta ahora…

La Continuidad de La Muerte


En La Reforma de Mexico del 10/01/21 vi un artículo titulado «Desborda Covid los crematorios» en el que detallaban cómo debido a las muertes por Covid los crematorios y funerarias de la Ciudad de México, de Guadalajara y Monterrey ya no podían con la cantidad que estaban manejando. El negocio inicialmente se había vuelto muy rentable, pero ya se volvió un problema que nos afectará a todos y que de no atenderse podría traer consecuencias nefastas para el sector. Y fué inevitable recordar mientras leía esa noticia el libro «Las Intermitencias de La Muerte» de José Saramago, en el que ese mismo sector de las funerarias reclamaba al gobierno del país donde la muerte decidió no llevarse a más nadie, que tomara acciones urgentes ya que sin tener muertos el negocio estaba por desaparecer.

Por lo visto, el equilibrio no es algo propio de la vida sino también de la muerte, y en cualquiera de esos extremos somos muy susceptibles al impacto.

Adiós 2020


Photo by Dawid Zawiła on Unsplash

Me encanta cuando alguien se presenta como «Autor» o «Escritor». Eso implica que tiene al menos un libro, y que basado en ese hecho genera contenido en otros medios.

Desde hace mucho tiempo mantengo como plan escribir un libro, y en 2020 uno de mis objetivos era terminarlo, lo cual no sucedió, pero no fué que se quedó sólo como objetivo, sino por el contrario le dediqué mucho tiempo. Entre las cosas que hago al final de un año es ver en perspectiva como estuvo, y me encontré con sorpresas como estas:

  • Leí 52 libros (casi 10000 páginas). Leer es fundamental para desarrollar la habilidad de escribir y en mi caso trato de leer libros que recomiendan personas a las que sigo por distintos medios, pero tambien busco algunas joyas que, cual tesoros, permanecen escondidas para ser descubiertas por casualidad. Entre los libros que más me gustaron están:
    • Creativity, Inc. Ed Catmull
    • Meditaciones. Marco Aurelio
    • Every Tool’s a Hammer: Life is what you make it. Adam Savage
    • Dare to Lead. Brené Brown
    • Atlantis Stolen. Christopher Cartwright
    • Leaders Eat Last. SImon Sinek
    • Indistractable: How to control your attention and choose your life. Nir Eyal
    • Herbie. Rich Cohen
    • The Unicorn Project. Gene Kim
    • Bad Blood: Secrets and Lies in a Silicon Valley Startup. John Carreyrou
    • Born to Win: Find your success code. Zig Ziglar
    • Fuera de Serie. Leonardo Padrón
    • Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado. Odín Dupeyrón
    • Agent 355. Marie Benedict
    • Arráncame la Vida. Angeles Mastretta
    • Becoming Superman. J. Michael Straczynski
    • Unbroken: A World War II Story of Survival, Resilience and Redemption. Laura Hillenbrand
    • Linchpin: Are You Indispensable?. Seth Godin
    • A Promised Land. Barack Obama
    • The Infinite Game. Simon Sinek

Con respecto a escribir, dedico todos los días tiempo a hacerlo, lo cual me llevó a:

  • Escribir 320 páginas en mi diario (manuscritas).
  • Llenar más de 1100 páginas en los cuadernos donde llevo los detalles de la oficina (uso el método del Bullet Journalling – BUJO).
  • Escribir a mano casi 200 páginas de mi libro, lo cual equivale como a 120 transcritas, y voy un poco mas adelante de la mitad.
  • Publiqué un artículo por semana algunas veces en LinkedIn y otras aquí en mi blog, pero conformé un backlog de ideas que se convertirán en otros artículos, mas los que fui escribiendo y esperan por salir a la luz.

Definitivamente escribir es una de mis pasiones y a pesar de todas las circunstancias por las que pasamos en 2020 fué un gran año para mi. Y lo mejor es que tengo todo el 2021 para seguir profundizando en mis objetivos. Por ello estoy trabajando en un nuevo espacio donde voy a compartir mis ideas sobre temas relacionados con mi experiencia así como otros proyectos que desde hace mucho tiempo he venido trabajando.

En algún momento en el 2020 tuve la oportunidad de compartirle a una amiga que estaba escribiendo un libro que tocaba un tema sobre el que estábamos hablando, y ella se quedó así como congelada, ante lo cual le dije que el hecho de escribir un libro no quería decir que fuese bueno ni que me hiciese famoso y millonario, pero que igual con todo gusto se lo compartiría una vez lo termine. Al respecto puedo decir que hay formas más sencillas de alcanzar fama y fortuna, pero las mejores son cuando se logran sin ser el objetivo y como resultado de la constancia.

Por ahora sueño con el momento en el que imprimiré el primer borrador de mi libro. Apenas será el comienzo de otra larga jornada de trabajo, pero el tener en mis manos lo que tanto he soñado será un evento muy especial. Y la lección es que a pesar de las circunstancias siempre tenemos formas de alcanzar la felicidad. Sólo hay que atreverse no sólo a soñar sino a seguir sus sueños.

La Cercanía por la Distancia


Photo by Compare Fibre on Unsplash

Llevar la contraria es uno de nuestros comportamientos. Algunos lo hacen por temas hormonales, otros porque sencillamente así somos. Y para activar ese comportamiento no hay nada mejor que establecer una restricción.

Este año nos trajo una de las restricciones mas difíciles y de la que nunca nos pudimos ni siquiera imaginar: el distanciamiento social. Esto permitió ver cuan extraordinario es lo cotidiano, como estar cerca de la familia, amigos, compañeros de clases y de trabajo, y le dió una dimensión totalmente nueva a la necesidad de estar cerca, por lo que desarrollamos formas que antes de todo ésto hubiésemos considerado hasta ofensivas. Un «zoompleaños»? Ni al peor enemigo, pero aprovechamos la novedad para celebrar con amigos y familiares con los que teníamos años sin contactar precisamente por la distancia, física principalmente, que nos separaba. Eventos que pasaban desapercibidos pasaron a formar parte importante de nuestras vidas como una buena razón para ir en contra del distanciamiento obligado en el que vivimos. Y al menos en este caso, el llevar la contraria es de lo mejor que hemos hecho, ya que en medio de la pandemia nos permitió acercarnos mucho más gracias a la distancia.

Tradiciones


Serie: Perspectivas

Hay momentos que forman parte de nosotros, que nos definen, sobre todo los que repetimos y que se convierten en tradición. En éstos días en los que nos reunimos en familia a preparar las Hallacas, recuerdo con mucha emoción cada una de las oportunidades en que lo hicimos, y cómo mis Padres crearon esos recuerdos mágicos que siempre estarán en mi. Ahora estos nuevos recuerdos no sólo quedan en mi, sino que forman parte de los de mi Hija.

Mi hermano con una hoja que seguro me pasaba para limpiarla por alla a finales de la decada de los 70
Mi hija haciendo lo mismo 40 años después…

Lo que Somos


Serie: Perspectivas

En estos días, y particularmente luego de un año como el que está finalizando, las emociones están a flor de piel. Mucho ha sucedido para todos; algunos estamos lejos de la familia por distintas razones, otros estamos a una distancia infinita físicamente hablando, pero más cerca que nunca de aquellos que nos han dejado. Y teniendo la oportunidad de contar con un registro inmenso de muchos momentos que mi papá capturó, y que es la mejor herencia que tengo, están estos momentos casi olvidados de felicidad que viví. Y así tenemos miles, millones de momentos en los que independientemente de las circunstancias disfrutamos de ser felices, y que sin lugar a dudas conforman lo que somos…