Cualquier persona en el mundo quiere que su país sea el mejor. Pero no por detentar un trofeo, sino por contar con las condiciones que permiten vivir de la mejor manera posible. Esto implicaría tener unas condiciones económicas, sociales, culturales, políticas, educativas y pare usted de contar, que provean, como diría Bolivar, «la mayor suma de felicidad posible». Cualquier país que falle en cualquiera de los parámetros que identifiquen a un país como «el mejor» va bajando en la escala de países, hasta que se encuentra aquel país que queda de último en esa escala.
«Cola» se define como: extremo posterior o último de cualquier cosa; pero también como hilera o fila de personas que esperan su turno. En Venezuela, «cola» es el sinónimo de: trabajo, necesidad, miseria, humillación, desesperanza, etc. Todos los venezolanos lamentablemente nos hemos adaptado a la idea de que para todo hay que hacer cola: para comprar carne, leche, harina, azúcar, artefactos electrodomésticos, llenar el tanque de gasolina, sacar la cédula, sacar el pasaporte, comprar cemento, canillas, baterías, entrar a una clínica, comprar medicinas, alquilar una vivienda, obtener un crédito, comprar un carro, comprar una moto, comprar papel toalé, jabón de baño, y por ahí va la cuenta. Entonces se ha generado un cultura «de cola», donde cada venezolano se prepara para su inevitable destino de embocar en la que le toque. Frases como «aquí llevo la plata para comprar el cupo de la cola»; o «jefe no vine a trabajar porque estaba en la cola de …»; o «estas loco! Tu crees que voy a hacer esa &@ta cola?!» Son comunes hoy en día. Los venezolanos ven una cola y se meten incluso sin saber para que es. A veces ni siquiera es para nada sino que pasadas las horas alguien descubre que no era una cola y todos se retiran, en búsqueda de otra donde comprar lo que estén vendiendo.
Actitud. En un país de primera línea, sus ciudadanos tienen la actitud que los hace exigir que todo se haga acorde con la posición de su país. Para que Venezuela logre escalar posiciones, sus ciudadanos debemos asumir la actitud de exigir que se respeten nuestros derechos, cumplir con nuestros deberes, y colocar en el gobierno a quienes tengan una visión de país de punta, y no de cola.