
Según Wikipedia, la excelencia es una virtud, un talento o cualidad, lo que resulta extraordinariamente bueno y también lo que exalta las normas ordinarias. Es también un objetivo para el estándar de rendimiento y algo perfecto. Si se buscan los antónimos de la palabra excelencia se consiguen, entre otros: medianía, inferioridad, regularidad, mediocridad, trivialidad. En lo personal me parece que lo contrario a excelencia es mediocridad. Mediocridad es la cualidad de lo mediocre, y mediocre se puede definir como mediano, tirando a malo en cuanto a calidad, valor, entre otras características. Utilizado como adjetivo hace referencia a una persona que no posee talento especial o suficientes habilidades para la actividad que efectúa.
En estos días hablaba sobre el tema, y me resultó interesante ver cómo para algunas personas la excelencia sepuede representar en una escala, de menor a mayor valor. Pensé en esos momentos que realmente el tema de la excelencia no es un término subjetivo ni sujeto a tal escala, sino por el contrario una relación binaria, es decir, se es o no se es excelente.
En mi concepto la excelencia está sujeta a un objetivo, a una meta específica, y esa meta cuenta con elementos temporales que la enmarcan, o quizás más bien con restricciones. Así, se define que se debe alcanzar una meta, que debe ser medible en alguna forma, y se debe alcanzar en un tiempo específico. Si se logra en un 100% bajo las condiciones establecida, se puede considerar a quien lo hizo excelente. De lo contrario, sencillamente no lo fué. Si quedó muy cerca, es bueno, pero no excelente. Entonces, vemos como el tema de la búsqueda de la excelencia cobra sentido. Uno puede llegar a ser muy bueno, pero mucho, y estar consciente de lo que hace falta como expeiencia de cada intento anterior para alcanzar la excelencia. Un ejemplo lo vemos en la gimnasia: aquellos deportistas que alcanzan un 10 son excelentes y, por lo general, se ganan medallas de oro. Aquellos que ganan su medalla de oro sin alcanzar un 10 resultan ser los mejores de los que compitieron, pero no son excelentes y por ello se van y entrenan para regresar y buscar alcanzar la gloria de la excelencia.
Hay que ser muy maduro para asumir que no se es excelente y que, por el contrario, se es mediocre. Quizás se ha demonizado el término «mediocre», el cual está compuesto por dos vocablos: medios que expresa «medio o intermedio»; y ocris que significa «montaña o peñasco descarpado», por lo que mediocre significa: el que se queda a mitad de la montaña, el que está a media altura.
Todos tenemos oportunidad de alcanzar la excelencia. Como personas, como profesionales, como padres, como hijos… y así tenemos la oportunidad de mejorar y avanzar en ese camino hacia ella. Con tantas cosas que hacemos hoy en día se puede hacer difícil enfocarse en una sola área para lograr la excelencia en la misma, por lo que andar en ese camino termina siendo una lucha entre todas las metas que tenemos, tanto en forma consciente como sin darnos cuenta. Entonces, en cuanto a la excelencia se refiere, siempre estaremos en un ciclo infinito, ya que al alcanzar la meta establecida, estaremos definiendo una nueva y avanzando hacia la misma, moviéndonos irremediablemente por la escala de la mediocridad. La cercanía a la excelencia, entonces, es inversamente proporcional al nivel de mediocridad en que nos encontremos.