Nadie es perfecto. Este es un axioma en el que creo y en el cual me incluyo, sin embargo, hay límites para la tolerancia que, al rebasarlos sin que se tenga una forma de contrarestar las situaciones adversas, se estrella uno contra una montaña de frustración. En mi caso, he buscado la introspección como opción para determinar si la raíz de muchas de mis frustraciones soy yo, sin llegar a una conclusión definitiva. En medio de esa búsqueda me conseguí con una idea que me pareció muy interesante, según la cual la mejor manera de afianzar un conocimiento es a través de transmitirlo a otros. De esta manera, si soy capaz de que otras personas entiendan lo que expreso e incluso que lo apliquen de forma efectiva, pues podré tener un nivel aceptable de seguridad de que al menos la experiencia y el conocimiento que tengo son los correctos. Basado en eso, me he dedicado en las últimas semanas a formalizar ideas, recuerdos y experiencias escribiendo sobre ellas. Ha sido un proceso muy interesante mediante el cual he podido incluso revivir sentimientos (si quieren un detalle científico de esto, les recomiendo el libro «Deja de ser Tu» de Joe Dispenza). Luego, con todo ese bagaje de información, comencé a buscar la mejor forma de transmitirla. Afortunadamente, hoy en día contamos con infinidad de opciones que cubren básicamente todos los medios audiovisuales: videos en YouTube, Texto en Blogs, imágenes en Instagram… pero en esa búsqueda, me encontré con la iniciativa de mi amigo, compañero de estudios y, más importante aún, mi compadre, Joycer González. Siempre he tenido admiración por sus iniciativas, desde aquellos días en que compartíamos en el Laboratorio de Edumática, dedicadas básicamente a la transmisión de conocimientos aprovechando los recursos tecnológicos modernos. Así, luego de ponernos de acuerdo, me dediqué por un tiempo a generar los contenidos de aquellas áreas que, al menos por ahora, más frustración me producen, y de verdad que ha sido toda una revelación el haber tomado esa decisión. Ya estamos muy cerca de liberar algunas oportunidades de compartir mi experiencia a través de su plataforma: http://www.soyidem.com. El sólo ejercicio de preparar el material ha sido liberador, y ya cuando literalmente entremos en materia con quienes decidan confiar en nosotros, pues será mucho mejor el remedio.
Ya estaré compartiendo los detalles una vez estén disponibles los entrenamientos con los que comenzaré a ser parte de ÍDEM. Por ahora, si alguien se encuentra en la misma situación, puede intentar con esta idea que planteo. O, simplemente, mandar a todo el que influya en esa frustración simplemente a… IDEM!