Tips para mejorar la escritura


Desde hace mucho tiempo, comencé a seguir a Daniel Pink. Excelentes libros, con temas apasionantes que incluso enfocan una visión no tradicional de las ideas que abordan. Y, navegando como de costumbre, conseguí este entrenamiento acerca de cómo mejorar en la escritura.

Cualquiera pensaría que esto aplica solo para aquellos que aspiran (como yo), desarrollarse como escritores, sin embargo, lo interesante del tema es que pocas cosas son tan importantes como poder comunicarse, y la forma escrita es de las principales que utilizamos, de manera que les recomiendo esta opción, que es entretenida, suficientemente corta, y con un contenido muy bueno.

Voces desde el Exilio – Mario Benedetti


PERO VENGO

Más de una vez me siento expulsado y con ganas
de volver al exilio que me expulsa
y entonces me parece que ya no pertenezco
a ningún sitio, a nadie.
¿Será en indicio de que nunca más
podré no ser un exiliado?
¿Qué aquí o allá o en cualquier parte
siempre habrá alguien que vigile y piense,
este a qué viene?
Y vengo sin embargo tal vez a compartir cansancio y vértigo
desamparo y querencia
también a recibir mi cuota de rencores
mi reflexiva comisión de amor
en verdad a qué vengo
no lo sé con certeza
pero vengo.

La oficina del Demonio


En un momento en el cual estuve pasando por una serie de situaciones complicadas en la oficina, de esas épocas en las que todo parece salir mal, a diario, un día me dije «esta como que es la oficina del demonio«, porque en ese momento se me ocurrió que, por todo lo que pasaba, él habitaba en mi lugar de trabajo. Luego, como siempre sucede cuando se es consistente, las cosas comenzaron a mejorar, en algún momento de calma me puse a pensar en el tema, y llegué a la conclusión de que estaba totalmente equivocado en mi percepción de que las cosas tendrían que salir siempre mal incluso para el demonio.

Si nos ubicamos en el concepto más generalizado del infierno, debemos considerar que es un sitio donde quienes llegan por toda la eternidad van a sufrir de las formas más terribles. Así, se supone que hay grandes pailas donde todo el tiempo se está friendo alguien; también se supone que hay quienes viven atormentados por un calor extremo, así como otros son torturados con distintas herramientas, tal como lo hacían en la época de la inquisición. Dada la cantidad de almas que se supone llegan a ese lugar, se requiere que exista un sistema muy eficiente funcionando, que permita asegurar que todas las almas pasen por todos los tormentos de manera equitativa, lo cual definitivamente, no puede depender sólo del trabajo del diablo, sino del equipo de colaboradores que haya seleccionado para tal fin. De esa manera, una vez asignadas las responsabilidades, cada quien se debe ocupar de su ejecución. Entonces, un día bueno para el demonio es cuando se han realizado todas las tareas, y se han atormentado en forma eficiente y efectiva todas las almas. Pero, imaginemos que a alguien se le olvidó ocuparse de mantener el stock de materia prima necesaria para mantener las altas temperaturas requeridas? Esto implicaría que no se podría lograr la eficiencia en la tarea principal a la cual se dedica el infierno. Si a eso se le suma alguna falla en el conteo de las almas, que no se haya controlado el flujo, y que se comiencen a ver algunas almas poco atormentadas, entonces se está en presencia de un muy mal momento incluso en el infierno. Entonces, pude concluir que no, no era que mi oficina estaba endemoniada, sino que simplemente era un día mas en la montaña rusa que implican las actividades que realizamos. No somos perfectos, ni en lo que hacemos, ni en lo que esperamos que nos suceda, por lo cual se hace imprescindible desarrollar una actividad que nos permita navegar en medio del mar de éxitos y fracasos que irremediablemente conforman nuestras vidas.

Cualquiera tiene un mal día en su vida. No está en nosotros la posibilidad de evitarlos, pero sí de decidir cómo enfrentarlos, y hacer lo necesario para llegar al siguiente, con la esperanza de que sea mejor…

Voces desde el Exilio – Ángel Eduardo Acevedo


Otra Ciudad – Angel Eduardo Acevedo

Que no sea la prisión, que no sea el exilio.

Que no…sea laberinto, que no sea
desierto de millones de habitantes.
Que no sea la opulencia y su flor el crimen
Que no sea la mueca de Manhattan.

Que sea respirable.
Que seduzca.
Que no obligue a los ojos
a huir a la montaña
como en la celda.

Que no tenga casas de cartón
ni superbloques
ni calles ciegas.
Que no tenga niños mendigos
ni adultos mendigos.
Que por sus ríos corra agua y no mierda.

Que no haya tortura en su amor
ni juego fatídico en sus noches.
Que no amanezcan niños muertos
en los hombrillos de las avenidas.

Que la policía deje besarse:
que no exista más la policía.

Que se erradique el robo
(Léase el Hipódromo).

Que las casas de citas, El Country Club,
sean rehabilitados.
Que Miraflores sea rehabilitado.

Que sea nuestro como otro bosque
(que expulse a Rockefeller y al gas carbónico)
que los avisos hablen del hombre.

Que sea la libertad, que sea mi casa.

Que no sea el vértigo y el olvido,
el suicidio al pie de los edificios.

Que renazcan los árboles.
Que abran grietas en el hormigón.

Voces desde el Exilio – Jorge Luis Borges


LÍMITES

Jorge Luis Borges

De estas calles que ahondan el poniente,

una habrá (no sé cuál) que he recorrido

ya por última vez, indiferente

y sin adivinarlo, sometido

a quien prefija omnipotentes normas

y una secreta y rígida medida

a las sombras, los sueños y las formas

que destejen y tejen esta vida.

Si para todo hay término y hay tasa

y última vez y nunca más y olvido

¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,

sin saberlo, nos hemos despedido?

Tras el cristal ya gris la noche cesa

y del alto de libros que una trunca

sombra dilata por la vaga mesa,

alguno habrá que no leeremos nunca.

Hay en el Sur más de un portón gastado

con sus jarrones de mampostería

y tunas, que a mi paso está vedado

como si fuera una litografía.

Para siempre cerraste alguna puerta

y hay un espejo que te aguarda en vano;

la encrucijada te parece abierta

y la vigila, cuadrifronte, Jano.

Hay, entre todas tus memorias, una

que se ha perdido irreparablemente;

no te verán bajar a aquella fuente

ni el blanco sol ni la amarilla luna.

No volverá tu voz a lo que el persa

dijo en su lengua de aves y de rosas,

cuando al ocaso, ante la luz dispersa,

quieras decir inolvidables cosas.

¿Y el incesante Ródano y el lago,

todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?

Tan perdido estará como Cartago

que con fuego y con sal borró el latino.

Creo en el alba oír un atareado

rumor de multitudes que se alejan;

son lo que me ha querido y olvidado;

espacio, tiempo y Borges ya me dejan.

La Tarea Olvidada


Y un día, como por arte de magia, apareció. Era la primera de aquella lista. Aunque no sabía la importancia que tenía, fue marcada con una alta prioridad. Allí se mantuvo por varias semanas, siendo testigo de la finalización de quienes le acompañaban, así como en algunos casos, de la eliminación de algunas otras. Vivió el cambio de su fecha de vigencia, así como de muchos movimientos, por lo general hacia abajo, aunque en algunas oportunidades se mantenía por encima incluso de las que recién se agregaban a su lista. Pero de repente, así como apareció, comenzó su caída. Primero salió de las primeras 5, luego de las primeras 10, para después perder la cuenta de las posiciones que iba bajando. Ahora, con su fecha en rojo por el tiempo vencido, aguarda salir de la lista del olvido con la esperanza de llegar nuevamente al tope de la lista y así ser finalizada o, en caso contrario, simplemente ser eliminada.