
Desde pequeños somos interpelados tanto por nuestros pares, como por padres, tíos y medio mundo, acerca de qué queremos ser. En ese proceso se mezclan tanto las expectativas propias, como las ajenas, de manera que se pasa por muchas profesiones y oficios. Luego, uno cae en cuenta que el «ser» no tiene nada que ver con lo que se hace, y que uno simplemente debe (y quiere) ser el mismo de aquellos días cuando no tenía idea qué significaba esa pregunta.
Cuántas cosas se hacen en la vida? Hasta cuando uno cree que no está haciendo nada, se está haciendo algo. Algunos tenemos la suerte de hacer lo que nos gusta, otros simplemente gustan de lo que hacen.
Y al final, para ser y hacer se requiere lo más importante, que a veces por su ejecución desde incluso antes de nacer, pasa desapercibido: VIVIR!