«Cada ladrón juzga por su condición» es un dicho muy popular que indica una realidad típica de los seres humanos: cada quien ve el mundo de acuerdo a los valores y cultura desarrollados. Por eso es tan importante la educación, tanto la que se recibe en la casa, como la formal, las cuales nos forman desde que llegamos a este mundo. Esa educación conforma los valores que nos guiarán en nuestras vidas, y que permitirán que seamos seres de bien (o de mal). Entonces, de acuerdo a esos valores que tenemos, valoramos lo que sucede a nuestro alrededor, y determinamos si es algo bueno o malo.
A pesar de que me esfuerzo por no opinar sobre lo que sucede en Venezuela, me es inevitable tratar de entender, en los muchos momentos en los cuales rasgo los jirones de mi esperanza, me surge la pregunta de cómo esa gente que está en el gobierno de Maduro hace para ser como es. No hay manera de encontrarle sentido a alguien que por una parte decide invertir millones de dolares en armas, por otra dice que no se puede comprar medicinas ni tratamientos médicos por el bloqueo de estados unidos… Eso, y todo, TODO lo que hacen, tiene definitivamente una lógica que les hace sentido a ellos, los únicos beneficiados, pero las consecuencias de todo eso son tan aberrantes, que me cuesta entender cómo logran conciliar el sueño.
Como quizás le sucede a muchas personas, usualmente hay algunos momentos en el día en los que inevitablemente reflexiono sobre lo que vivo, lo que hago, lo que me sucede, y en esos momentos voy definiendo las acciones para corregir los errores, internalizar las cosas buenas, y en general tratar de vivir de acuerdo a mis principios y valores. Ahora, me cuesta imaginarme a un Maduro acostándose y pensando «bueno, seguramente hoy se murieron miles de enfermos de cáncer, pero es mejor, así seremos un pueblo sano, así que mantendré mi estrategia«; o a un Jorge Rodríguez autoanalizándose con su sonrisa enferma y pensando «hoy le metí el palo a toda Venezuela, mintiendo de manera descarada, pero eso, eso me gusta y es por lo que me pagan! Mi papá debe estar orgulloso de Delcy y de mi«. Y así, muchos mas ejemplos podría dar que, de alguna manera, retan mi capacidad de impresión, y que inevitablemente me hacen preguntarme: es que sencillamente perdieron sus valores? O simplemente, sin darle muchas vueltas, son una cuerda de Hijosdeputa?