
Hoy es el primer día del último mes del año. De acuerdo a mi planificación, ya tenía unos temas para compartir, sin embargo, el caer en cuenta de que estamos justo en el comienzo del fin de año, me hizo querer revisar lo que he estado haciendo.
Al final del pasado me establecí las metas para éste. A éstas alturas ya hay cosas en las que no me podré recuperar, básicamente lo que se refiere al ejercicio físico, pero las que si he hecho me hacen sentir muy satisfecho. El haber comenzado el proyecto de escribir lo que tengo tanto tiempo pensando me causa una mezcla de alegría y frustración. Lo primero, porque al ir viendo como va creciendo y consolidándose me llena de mucha satisfacción, pero lo segundo, porque es tan frágil ese compromiso que termina siendo solapado por cualquier otra cosa de las miles que se nos presentan en nuestras vidas. Pero suceden tantas cosas interesantes en la vida, y en mi caso, de los podcasts que escucho, hacia finales de este año comencé a escuchar uno que se llama Saliendo del círculo que en su segunda temporada trata precisamente de una chica que decide escribir su primer libro a pesar de todas las circunstancias. Apenas vamos por el capítulo 3, pero lo que han compartido me ha hecho reflexionar acerca de mis prioridades, y como siempre hay tiempo para todo.
Mi plan general sigue siendo dedicarme por completo a escribir… Las risas siguen generándose cuando a los mas cercanos les comparto este plan, pero las dudas propias desaparecen con cada publicación que comparto, con cada idea que registro, con cada emoción que siento al escribir. Quizás lo más importante es estar muy claro de por qué escribo. Hay muchas guías y hasta reglas sobre qué se debe considerar para escribir y ser «exitoso», y en muchas oportunidades, se me ha ido el tiempo en la parafernalia, en el estilo, en la herramienta, en a quien le escribo, pero todo eso es superfluo, y quizás toma relevancia una vez que se ha hecho lo principal: ESCRIBIR!
Ahora, se me agolpan las ideas en la mente. Las letras pelean por tomar su lugar en el medio del mar de emociones que las mantiene a flote. La autocrítica pierde fuerza, ya que aún no es el momento… Así como hasta ahora, vendrán tiempos mejores. SIEMPRE!