Sobre Mentiras y Mentirosos


En el blog nirandfar.com (que recomiendo altamente) publicaron un artículo con título «The ultimate guide to liars and lying: Everyone falls into these 4 types». Me pareció súper interesante el contenido porque su aplicación es casi universal, y en particular me parece una excelente guía para identificar con quienes estamos conversando, ya sea por razones profesionales o personales. A continuación mi traducción y resúmen del artículo.


En la siguiente imagen se presenta una taxonomía de los mentirosos basada en la clasificación de sus mentiras en dos ejes: su audiencia objetivo (A quién mienten) y de que mienten (Sobre qué Mienten).

Taxonomia de los Mentirosos

La gente miente a dos tipos de audiencia: otra gente y a ellos mismos; y pueden mentir sobre dos cosas: los hechos (o lo que ellos creen que lo son) y sobre sus valores. Todos sabemos cómo es cuando la gente miente sobre hechos, pero cómo puede uno mentir sobre sus valores? Qué son valores en última instancia?

Según Russ Harris los valores son «cómo queremos ser, lo que queremos defender, y cómo queremos relacionarnos con el mundo que nos rodea». En otras palabras, los valores son los atributos de la persona en la que nos queremos convertir. Establecer tus valores en el presente es comprometerse a ser o hacer ciertas cosas en el futuro. Por ejemplo, podemos establecer que nuestros valores incluyen ser un esposo fiel, una persona que vive de manera sana, o alguien aventurero. Lo que esto significa es que lo que seremos y haremos en el futuro será establecido por nuestra adherencia a éstos preceptos.

Ahora, exploremos los 4 tipos de mentirosos:

Mentirosos Engañosos: Los que mienten a otros sobre hechos.
El prototipo de mentir es cuando se miente a otros. Todos lo hemos hecho. Los niños aprenden a mentir alrededor de los 3 años y los investigadores creen que es parte del desarrollo normal del cerebro humano. Mentir requiere aprender a ver las cosas desde la perspectiva de otras personas desarrollando lo que los psicólogos llaman «Teoría de la Mente». Aprender a decir una mentira efectiva significa entrar en la cabeza de otra persona para decirle lo que quiere escuchar.
La buena noticia es que tendemos a dejar de decir mentiras infantiles para beneficio exclusivamente personal en su mayor parte. Todavía decimos mentiras piadosas como adultos para mantener las relaciones sociales. Cuando fué la última vez que alguien le saludó con «¿Cómo estás?» y usted respondió diciendo realmente cómo se sentía? Seguramente dijo «Excelente», o simplemente «Bien», aún cuando estaba pasando un día terrible. Este tipo de deshonestidad es lo esperado. Es técnicamente engañoso pero como las dos partes saben que no se supone que responda con alguna verdad sustantiva, lo hace de igual forma. Imagine lo que sicedería si, por el contrario, respondiera diciendo: «bueno, el mundo se está destruyendo, yo estoy comenzando a cuestionar el propósito de mi existencia, y me siento inflado por la ensalada que me acabo de comer. Y tú cómo estás?«.
Los mentirosos habituales son etiquetados como poco confiables y se ganan una mala reputación que por lo general les precede, especialmente en nuestra era hiperconectada.

Mentirosos Doble Cara: aquellos que mienten a otros sobre sus valores.
La gente puede mentir sobre sus valores así como pueden mentir sobre los hechos. Dicen que están comprometidos a ser alguien o a hacer algo, pero sus acciones muestran lo contrario.
Mentir sobre los valores puede ser aún más corrosivo para las relaciones que mentir sobre los hechos. Cuando establezco un compromiso para ser fiel, saludable o amoroso, me posiciono como un cierto tipo de persona. Le estoy diciendo a la gente qué tipo de persona soy ahora y en el futuro, con lo cual pueden contar conmigo en ciertas formas.
Algunas de las decisiones mas importantes en la vida de las personas están guiadas por ésta confianza: decisiones para pasar tiempo con alguien, amarlo, hacer sacrificios por el/ella, confiarle nuestro dinero, nuestros hijos, nuestras carreras o nuestras opiniones. Mentir sobre nuestros valores destruye esta confianza básica.
Mentir sobre los valores compromete la habilidad de la gente de tomar decisiones informadas porque limita su visión sobre lo que tiene para ofrecer el futuro. Si confías en mi, lo más seguro es que ajustes tu comportamiento en base a lo que digo. Si te apoyo para que inviertas en un «stock» particular o te digo que no apliques para un trabajo específico, decidirás limitar tus opciones futuras basado en mi consejo: perderás otras oportunidades de inversión o dejarás pasar un gran trabajo, con lo cual favorecerás a otros.
De la misma forma, si la gente confía en que tienes los valores que dices, dejarán pasar sus oportunidades para invertir su tiempo y atención en otra cosa porque confían que permanecerás siendo la persona que dices ser.
Así como en el caso de mentir sobre los hechos, el tiempo de la información establece límites sobre cuánto tiempo puede alguien mentir sobre sus valores. Cuando se hace evidente que hay una desconexión entre los valores que profesa alguien y sus actos, es muy difícil confiar más nunca en su palabra.

Mentirosos Delirantes: los que se mienten a sí mismos sobre los hechos.
No solo le mentimos a otra gente. También nos mentimos a nosotros mismos. Constantemente nos mentimos a nosotros mismos y hay razones para pensar que el funcionamiento psicológico saludable incluye algunos niveles de autoengaño. Sin embargo, no todo autoengaño es creado de igual forma.
Hay una diferencia entre el lugar común de mentiras en el que la gente mentalmente saludable se encuentra y el tipo de autoengaño que marca enfermedades mentales como la esquizofrenia o la depresión maníaca. También hay una diferencia entre ciertos tipos de autoengaño y mentiras que erosionan nuestra integridad.
Por qué la gente se miente a sí misma? Qué nos motiva a distorsionar los hechos en nuestras cabezas? Los motivos del autoengaño son varios. Incluyen aislarnos de verdades incómodas y convencernos de las cómodas. Esposas humilladas tratan de convencerse que sus parejas no están engañándolas. Los padres tratan de convencerse que sus hijos realmente no son tan mal portados. Jugadores mediocres tratan de convencerse que son vitales para el equipo. Muchos tratamos de convencernos que somos mas agradables, buenmozos y más competentes de lo que somos. Mentirnos a nosotros mismos puede también ser una forma de reconciliar creencias contradictorias. Los psicólogos llaman al incómodo estado de mantener dos ideas en conflicto «resonancia cognitiva» (ejemplo de los que creían que el mundo se iba a acabar…).

Mentirosos Desmoralizados: los que se mienten sobre sus valores.
La gente se autoengaña sobre sus valores por muchas de las mismas razones por las que lo hacen con respecto a los hechos. Entre otras cosas se quieren ver como más diligentes, honestos o confiables de lo que realmente son. Dicen estar comprometidos con el trabajo duro, decir la verdad o mantener sus promesas, pero sus acciones dicen otra cosa.
Las trampas de mentir sobre los valores son similares a las de mentir por los hechos, pero hay un factor adicional: mentirnos a nosotros mismos sobre valores compromete nuestra integridad.
La palabra «integridad» tiene sus raíces en la palabra latina integras, que significa «intacto«. Describe un todo que no está debilitado ni comprometido. Una grieta en las bases compromete la integridad de un edificio. Una grieta en la coraza compromete la integridad deun barco. Cuando la integridad de un todo está comprometida, sus partes se separan unas de las otras y el todo es más débil como resultado – es más probable que el edificio colapse, que el barco se hunda.
Cuando nos mentimos sobre nuestros valores estamos creando una división internamente. Si no somos sinceros en nuestros compromisos establecidos, o si no los seguimos, creamos una grieta en nuestra vida o bien entre nuestras palabras y nuestras intenciones o entre nuestras intenciones actuales y nuestras acciones futuras. En cualquier caso marca una falla, bien sea actuando como creemos que es mejor o fallando en asumir los valores que en realidad son los mejores. La implicación en cualquier caso es que no nos respetamos por completo a nosotros mismos; o no tomamos nuestros valores con seriedad, o no tomamos nuestros actos con seriedad.
Lo mismo es cierto en relación a quienes somos ahora y en lo que nos convertiremos en el futuro. Si fallamos en vivir de acuerdo a nuestros compromisos establecidos rompe la continuidad entre nuestros valores actuales y nuestras vidas futuras. Si nuestras acciones no se alinean con nuestros compromisos, entonces tanto quienes somos hoy o en quienes nos convertiremos mañana representa una falla. O nuestro futuro falla en alcanzar nuestros valores actuales; o nuestros valores actuales fallan en alcanzar el objetivo del futuro correcto. En cualquiera de esos casos, no podemos mirarnos a nosotros mismos – quienes somos ahora o en quienes nos convertiremos – sin ver que fallamos.
Nuestra integridad (0 su falta) impacta no sólo nuestras propias vidas sino también las de los demás. Es difícil respetar a alguien que no se respeta a si mismo, y, como lo hemos visto, si no se vive con integridad se está irrespetándose uno mismo.


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