El Momento Milagroso


Se acerca el fin del año y con el llega la definición del éxito en función de los resultados de lo que hemos hecho (o dejado de hacer) a lo largo del mismo, y dependiendo de lo lejos que estemos todos esperamos ese momento milagroso en el que nos vestimos de gloria.

El bamboo se toma hasta 5 años para desarrollar sus raíces y durante esos años nadie ve que haya progreso, pero el bamboo se mantiene haciendo crecer sus raíces y almacenando energía hasta que de repente toda esa energía acumulada se convierte en un crecimiento exponencial. Este es un ejemplo de cómo se llega a los resultados: lentamente y de repente se alcanzan. Ahora, el problema es que todos queremos los resultados, pero muy pocos (para no decir que ninguno) quiere seguir el proceso que conduce a ellos porque es, aparte de lento, aburrido.

Si con algo lucho a diario es con el hecho de no autoflagelarme porque lo que hago no es visible. Muchos apuntan asegurando que no se está haciendo nada y eso representa un peso enorme, pero lo importante es asumir que no todo progreso es visible. Hay fuerzas, como las del bamboo, que se van generando y acumulando y que al final llevarán al resultado esperado. Y si mi experiencia me ha enseñado algo es que la constancia es imprescindible para alcanzar los resultados. Resulta muy lógico esto, pero cuando se trata de hacer cosas que hasta causan aburrimiento se termina buscando otras por hacer que sean mas entretenidas, y la realidad es que son las cosas aburridas que se hacen de manera consistente las que llevan a un rendimiento extraordinario. La mayor parte del tiempo sabemos lo que debemos hacer pero como no vemos el resultado de forma inmediata nos detenemos; entonces se requiere ser lo suficientemente habilidoso para saber que se está avanzando hacia el resultado a pesar de no ver signos obvios de progreso.

Roma no se construyó en un día, pero fué construída poniendo un ladrillo a la vez.

Sobre la Inaceptabilidad de los hechos


Por alguna razón, últimamente me han estado respondiendo con frases que conjugan la palabra «inaceptable». Tanto, que me puse a analizar la situación para ver si era justificada tanta «inaceptabilidad«.

Uno básicamente se mueve entre intenciones y hechos. En el primer caso, si se hace pública la intención, cabe perfectamente la inaceptabilidad como alerta de que la acción correspondiente, o su resultado, no serán aceptados, lo cual puede generar un cambio en el plan que se tenía y así definir una nueva intención que puede tener un menor nivel de inaceptabilidad. Por el contrario, en el segundo caso, la inaceptabilidad termina siendo un ejercicio meramente académico, ya que habiéndose ejecutado la acción, sólo queda la experiencia para oportunidades futuras.

En mi caso la inaceptabilidad me ha llegado ligada con los hechos, razón principal por la que me ha confundido la efusividad con la cual me la han presentado. «Después de ojo afuera, no vale Santa Lucía» es lo que pienso, inspirado principalmente por mi forma de ver las cosas. Podría no aceptar la inaceptabilidad de lo pasado, pero hay mejores cosas de las que ocuparse…

Reflexión de la semana: Equipo


reflexionesHoy en día se ha vuelto un lugar común hablar de equipo, y por supuesto, inevitablemente, de liderazgo. Y quizás el problema al que nos enfrentamos en esta etapa de trabajo en equipo y liderazgo es que esperamos que los resultados sean algo exógeno a nosotros, algo propio «del equipo», de manera que al no alcanzarlos, delegamos la responsabilidad o los motivos al hecho de que los demás no tuvieron la misma disposición de trabajar en conjunto que tuvo uno. Siempre es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio, reza el dicho popular, pero en la medida en que entendamos, y mejor aún, que actuemos con la disposición de darlo todo en lo individual, demostrando con nuestro ejemplo el potencial que tiene el equipo al que pertenecemos si todos hacemos lo mismo, inevitablemente obtendremos los resultados planteados; y si no, pues podremos estar orgullosos de que dimos todo lo necesario y que fuimos honestos con quienes compartimos la aventura.

Es muy fácil escudar la falta de acción en función de las reglas establecidas, pero cuando de alcanzar las metas se trata, en muchas oportunidades se debe luchar en función de modificar el marco establecido. En ese sentido, esta semana comencé con la frase de Vishen Lakhiani: «There´s a big difference between bending to life’s necessities and blindly accepting that you must live your life according to preconceived rules«. No se trata de ir en contra de todo, sino de entender cuales son las razones que impiden avanzar en el camino hacia la meta, y actuar. Esto puede significar, en el entorno de un equipo de trabajo, simplemente hablar con alguien, conocer de sus circunstancias, ver más allá de lo que parece evidente. Los estoicos nos dejaron una gran herencia en cuanto a conocimiento se refiere, y de Seneca escogí esta frase: «We like to say that we don’t get to choose our parents, that they were given by chance – yet, we can truly choose whose children we wish to be«. Ciertamente, no escogemos a nuestros padres, pero sin lugar a dudas podemos decidir qué hijos queremos ser, lo cual aplica no sólo en el ámbito familiar, sino en el referente a un equipo al cual pertenezcamos. Quién vamos a ser, que aporte vamos a dar, es una decisión que tomamos nosotros. Independientemente de los factores externos, está en nuestro total control la actitud con la cual vamos a enfrentar todo reto o circunstancia que se nos presente, y al final, no será responsable «el equipo», sino nosotros, cada uno de sus miembros, de los resultados que obtengamos. Por ello es imprescindible conocerse, ser honestos primero con nosotros mismos, para luego poder ser honestos con nuestros compañeros, de manera de poder establecer relaciones de confianza que, sin lugar a dudas, terminarán llevando a todos a la meta común.

La siguiente frase fué una reacción ante las circunstancias. Maximilien Robespierre nos dice: «The secret of freedom lies in educating people, whereas the secret of tyranny is in keeping them ignorant«. Muy a menudo nos vemos sometidos a circunstancias que nos presentan grandes riesgos, así como oportunidades. Por alguna razón, nos es más fácil identificar los riesgos como excusa ante la inacción producida por la incertidumbre; y cuán difícil es identificar las oportunidades. Ante la inquietud por el riesgo percibido, no queda más remedio que esperar que el tiempo muestre si teníamos razón en nuestra percepción, o trabajar en función de disminuir el riesgo, pero esto último no siempre es posible, por lo cual la única opción es esperar, y en mi opinión, hay que hacerlo con la mayor convicción de que las cosas serán como esperamos, y no como tememos. Ante esas circunstancias, donde poco podemos hacer para mitigar el riesgo, debemos hacer un gran esfuerzo y seguir adelante con nuestras vidas, siempre pendientes de lo que suceda, y evaluando si hay alguna posibilidad de participación. En tal sentido, no me queda otra cosa más que confiar en lo que Irving Berlin expresó en su canción «God Bless América» (y que nos bendiga a todos los demás países del mundo también).

Siguió Michael Eisner con su frase: «Failure is good as long as it doesn’t become a habit«. Mucho se ha dicho y escrito acerca del fracaso, y en mi opinión, no se debe temer a alcanzarlo. Lo que hay que preveer es que no podemos ir de fracaso en fracaso en forma contínua. En la historia hay miles de relatos acerca de aquellos que luego de muchos fracasos lograron alcanzar el éxito de sus vidas, y uno mismo tiene sus propias historias al respecto. Lo importante es tener la capacidad de evaluar las circunstancias e intentar nuevamente, pero con algún cambio, porque como dijo Einstein: «Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados«. La siguiente frase, de Jay Danzie, me es muy familiar y cercana: «Your SMILE is your LOGO, Your personality is your BUSINESS CARD, How you leave others feeling after having an experience with you becomes your TRADEMARK«. Mi mamá en muchas oportunidades me dijo que yo la desarmaba con la sonrisa, siempre presente, y afortunadamente siempre he podido mantenerme con una actitud positiva y ofreciendo mi mejor sonrisa a la mayoría de las circunstancias de la vida. Incluso, y me pasó hace poco, en los momentos en que estoy muy nervioso, muestro una sonrisa y hasta me río, lo cual en ciertos momentos resulta difícil de entender (y mucho más de explicar). En los Scouts aprendí que «[el Scout] siempre canta y sonríe en sus dificultades», y siempre ha sido mi forma de actuar. Y resulta ser una actitud importante cuando se esta en un equipo y se enfrentan momentos difíciles. Al final, esa experiencia es la que se dejará en cada una de las personas con las cuales interactuamos, y, en mi opinión, es mejor que te recuerden por tu sonrisa y buena actitud.

Y para finalizar la semana, nuevamente los estoicos me alumbraron el camino. Epicteto me impactó con su frase: «The greater the difficulty the more glory in surmounting it. Skillful pilots gain their reputation from storms and tempests«. Siempre estaremos enfrentados a circunstancias difíciles, y está en nosotros aprender a lidiar con cada una de ellas. La duda y el temor nos acecharán, pero si nos preparamos, podremos utilizarlos en nuestro favor. Y en un equipo de trabajo, ante las dudas que surjan de la posibilidad de éxito, hay que comenzar remontando nuestros temores para infundir al resto la confianza en sobreponerse a las circunstancias. Y lo importante es que cada uno de nosotros está expuesto a ser quien lidere en esos momentos al equipo, por lo cual se debe tener la confianza en las capacidades propias. Las oportunidades no siempre vienen en forma de lámpara mágica, y de lo que muchos piensan que son las peores circunstancias podemos resultar uno de esos líderes casi mitológicos. Sólo hace falta que estemos dispuestos a arriesgarnos, que confiemos en nuestra preparación, que seamos absolutamente honestos, y que tengamos la humildad siempre requerida para destacarnos no sobre los demás, sino sobre las circunstancias.

Reflexión de la semana: Descubrimiento 


reflexionesEn las últimas semanas he estado enfrentandome a muchos de  mis temores, de los cuales el más complicado ha sido al cambio. Uno se traza un plan, basado en las condiciones del momento y lo que se prevee que va a ser el futuro, y, como es la vida, de repente todo cambia. Hay quienes tienen capacidad de adaptación rápida, y otros que hemos tenido que aprender por supervivencia, haciendo que el proceso tarde mas tiempo. Lo positivo es que he descubierto que puedo adaptarme hasta a las situaciones más impensables. Comencé la semana con una cita de Brian Gazer: «life isn’t about finding the answers, it’s about asking the questions«. Lo normal es buscar respuestas. Pero cuando se piensa qué preguntas se quieren responder, termina uno descubriendo que son preguntas que otros han hecho. Por ello, es necesario cambiarse de acera y comenzar a ser uno quien haga las preguntas que otro responda. Luego compartí una cita de Betsy Sanders: «Service, in short, is not what you do, but who you are. It is a way of living that you need to bring to everything you do, if you are to bring it to your customer interactions«. En las últimas semanas, entre los cambios que me ha tocado vivir, está el comenzar a aprender lo que forma parte del mundo de las ventas. Para mi sorpresa, llegué a la conclusión de que sabía más de lo que siempre asumí. En primer lugar, no hay mejor manera de comportarse como vendedor que actuar considerándose un cliente. Uno, como cliente, sabe muy bien lo que espera de un vendedor. Ese «feeling», ese «nosequé», el sentir que quien nos está ofreciendo algo es sincero, cree en lo que ofrece, y no busca estafarnos. Y en mi caso, que desde hace muchos años trabajo en el área de Servicios, pues el tema es mucho más profundo. Cuando adquirimos un Servicio, es porque contamos, confiamos en que el mismo va a proveer una seguridad. Nada peor que un cliente que adquiera un servicio por necesidad o por no tener más opción. Termina siendo una especie de secuestro, una relación basada en el síndrome de estocolmo. Y eso está muy mal. Cualquiera vende un Iphone, pero no todos transmitimos la confianza, seguridad y compromiso que se requiere para establecer relaciones alrededor de un Servicio. Luego, una frase muy profunda de Chuck Klosterman: «The villain is the person who knows the most but cares the least«. En lenguaje coloquial traduciría esa frase como «voy a dejarlos que se jodan para luego demostrarles que yo sabía como solucionar el problema». Hoy en día con el boom del Liderazgo, vemos como muchos se hacen llamar como tales pero, llegado el momento, no dan todo por el beneficio del equipo, lo cual los hace caer de ese pedestal a velocidades infinitas y a profundidades inéditas. En los tiempos recientes se ha puesto de moda el tema de la planificación. «Task Lists» y todas las versiones de aplicaciones de seguimiento son al menos tema común hoy en día, y en mi caso, he logrado sentirme menos estresado en medio del mar de requerimientos y expectativas basandome no solo en la planificación sino en la visualización de lo que va a ser cada uno de mis días. Jim Rohn resume de manera magistral lo que siento con su frase: «Never begin the day until it is finished on a paper«. Y cerré la semana con una frase de alguien a quien admiro profundamente desde que lo escuché por primera vez en el podcast de Tim Ferris. Un militar exitoso dedicado a transmitir su experiencia para aplicarla en todas las áreas de la vida, y que en mi caso ha ejercido una gran influencia. De manera muy sencilla, y con su teoría del «Extreme Ownership«, Jocko Willink dice en su libro: «There can be no leadership where there is no team«. Hay quienes se proclaman Líderes basados en sus conocimientos y capacidades, pero no pertenecen a ningún equipo. Si pueden formar parte de grupos de personas reunidas por exigencias laborales, pero que de ninguna manera son un equipo. Y se les va la vida autoconvenciéndose de que el problema es «exógeno» a sus capacidades y conocimientos, cuando la realidad es tan sencilla y patética: no tienen equipo.

Afortunadamente, la vida siempre nos dará las oportunidades que necesitamos. Está en nosotros el prepararnos día a día para poder identificarlas y aprovecharlas. No hay mayor satisfacción que hacer lo que a uno le gusta, e ir descubriéndose a uno mismo. Y mejor aún cuando es en compañía. Hace que uno desarrolle ese sentido de pertenencia que es tan importante al momento de evaluar el camino andado. Se pueden haber cometido errores, pero si sientes que estás en el camino correcto, todo cuanto hagas te irá impulsando hacia tu meta. Y al respecto, al final final de la semana compartí parte de la letra de una canción que me gusta mucho, de Fito & Fitipaldis que se titula Antes de que cuente diez: «Lo que me llevará al fnal, serán mis pasos, no el camino. Ya ves que siempre vas detrás, cuando persigues al destino«.