La salud y la enfermedad son parte integral de la vida, del proceso biológico y de las interacciones medioambientales y sociales. Generalmente, se entiende a la enfermedad como una entidad opuesta a la salud, cuyo efecto negativo es consecuencia de una alteración o desarmonización de un sistema a cualquier nivel.
Lo anterior se lee en lo que se hace una búsqueda en Wikipedia por el término «enfermedad». Así como nos hemos acostumbrado a la vida, debemos hacerlo a la muerte, y a uno de sus agentes más eficientes, como lo es la enfermedad. No puede impresionarnos que un ser vivo, digamos una persona, se enferme. Es parte del proceso de estar vivo. De hecho, uno de los negocios más influyentes y más efectivo es el de la salud. Lo que pasa es que no vemos que el negocio no es precisamente la salud, sino la enfermedad. La gente o quiere evitarla, o quiere curarla, de resto, se está en un estado normal que poca atención requiere. Entonces, no es para nada raro que una persona se enferme, independientemente del tipo o grado de su enfermedad. Para enfermarse no hay mas que estar vivo, al igual que para morirse. Por lo general una enfermedad puede conducir a la muerte, pero no es recíproco el proceso, a menos que se sepa como regresar de la muerte, pasando por la enfermedad, y llegando a estar sano. Algo así como «el curioso caso de Benjamin Button», pero pasando por la enfermedad. Pues resulta que en este país que es Venezuela, donde tenemos de todo, pues no se nos escapó el contar con una versión criolla de Benjamin Button…
Mucho se ha dicho y opinado de la enfermedad que ahora nos aqueja a todos. Hay analistas que hacen su labor desde el punto de vista médico, físico, filosófico, filantrópico, político, electoral, teatral, legal, universal, vestal, y pare usted de contar. Miles, millones de palabras se generan alrededor del mundo con la enfermedad que hoy aqueja a los venezolanos. Y es muy loable que prestemos esa atención, pero quizás es más importante que recordemos que no es el primer caso que enfrentamos en nuestra historia…
El 23 de Noviembre de 1908, Castro se separa del poder, debido a problemas de enfermedad que sufría, y pasa Gómez a desempeñar la Presidencia en su condición de Primer Vicepresidente. Ya sabemos en qué paró ese problema. Si se es un fanático de la historia, es obvio que se tendría ese capítulo MUY pendiente, y se buscaría evitar a toda costa que se repita la oportunidad. Pero, en nuestro caso actual, el problema es que es consecuencia del proceso que se viene gestando desde hace mucho tiempo. El problema no es que nuestro Presidente enfrente un cáncer, sino que la metástasis nos viene afectando desde hace mucho tiempo ya. Yo me atrevería a decir que el problema es que en vista de que su gente no se ha comportado como debían, el proceso se ha vuelto ya tan grande, que no ha podido evitarse que afecte a quien dirige la suerte de este país sumido en esa metástasis. Pero lo cierto es que, en un ejercicio de democracia participativa y protagónica, Venezuela entera está sufriendo de Cáncer. Y, cuando se diagnostican a los pacientes con este mal, se debe conocer si su enfermedad está localizada o si se ha diseminado a otros órganos distantes. En el caso de Venezuela, es muy triste el resultado de ese exámen.
El Poder Público Nacional en Venezuela está dividido en 5 poderes los cuales son: Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral. El legislativo reside en la Asamblea Nacional. Una Asamblea que se ha caracterizado por producir un exceso de leyes malignas, con crecimiento y división más allá de los límites normales. El poder Ejecutivo es ejercido por el Presidente, Vicepresidente, Ministros y demás funcionarios. Un Poder Ejecutivo que se ha caracterizado por producir, en el mejor de los casos, un exceso de acciones malignas, con crecimiento y división más allá de los límites normales. El Poder Judicial es el encargado de administrar la justicia emanada de los ciudadanos y se imparte en nombre de la república por autoridad de la ley, constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, el sistema penitenciario, etc. Un Poder Judicial que se ha caracterizado por producir un exceso de decisiones malignas, con crecimiento y división más allá de los límites normales, que ha conducido a un estado de Injusticia e Impunidad generalizado. El Poder Ciudadano resulta un caso bien particular. Es ejercido por el Consejo Moral Republicano, integrado por el Defensor del Pueblo, el Fiscal General de la República y el Contralor General de la República. Entre sus funciones está: prevenir, investigar y sancionar los hechos que atentan contra la ética pública y moral administrativa; velar por la buena gestión y la legalidad en el uso del patrimonio público, el cumplimiento y la aplicación del principio de legalidad en toda la actividad administrativa del estado, e igualmente, promover la educación como proceso creador de la ciudadanía, así como la solidaridad, la libertad, la democracia, la responsabilidad social y el trabajo. Como se puede deducir, el Poder Ciudadano ha producido un exceso de irresponsabilidad maligna, con crecimiento y división más allá de los límites normales. Y del Poder Electoral, que es el que más conocemos, pues es obvio el exceso de resultados malignos que ha generado, con crecimiento y división más allá de los límites normales.
Pues bien, si establecemos que una definición de Cáncer es: conjunto de enfermedades en las cuales el organismo produce un exceso de células malignas (conocidas como cancerígenas o cancerosas), con crecimiento y división más allá de los límites normales, pues no nos queda otra más que decretar que, efectivamente, Venezuela sufre un proceso de metástasis. Entonces, se justifica plenamente la preocupación generalizada acerca del tema, así como la necesidad de las oraciones y cuanta actividad se pueda hacer que permita reducir ese proceso a su mínima expresión. Pero, una de las cosas que más nos debe preocupar, es que ese proceso de metástasis que nos afecta ha llegado tan profundo, que vemos como se hace casi que un comentario muy popular, por parte de personas que definitivamente sufren mucho por esta enfermedad que nos afecta, el hecho de que se piense que la solución al problema es la muerte del portador. Obviamente, nos hemos acostumbrado al hecho del refrán popular de que «muerto el perro, se acaba la rabia», pero sé que nosotros, los Venezolanos, no somos así. Viene del otro lado del cable submarino la frase «Patria, Socialismo o Muerte», que de paso, pareciera estar en vías de extinción, dada la cercanía del último componente de esa trilogía revolucionaria. Nosotros no somos un país de gente que desee la muerte a nadie. De hecho, parte de nuestros problemas es que nos han insensibilizado ante ese terrible final, al exponernos a la realidad de que una vida cueste menos que un equipo electrónico, producto de esa metástasis oficial que afecta los organismos que deberían dedicarse a resolver esos problemas; pero nosotros JAMAS hemos sido seguidores del culto a la muerte. Por eso, estoy seguro que podremos enfrentar esta enfermedad que nos afecta como recomiendan los médicos: con mucha esperanza y energía positiva. La solución no es la muerte de nadie, por el contrario, debemos TODOS revivir y comenzar a aportar nuestro granito de arena. Sólo participando, aportando ideas, enseñando a nuestros hijos, y construyendo el país que tanto merecemos podremos solucionar nuestros problemas. Dejemos de lado ese discurso de muerte, y salgamos adelante. Por supuesto que necesitamos que surjan los líderes que nos van a orientar en ese proceso. Es un buen momento para que se generen las propuestas de resurrección. Debemos hacer que la muerte que domina en la oposición se vaya, y que surja un movimiento POR LA VIDA, además de que demuestren que están vivos, para que la esperanza llegue a este enfermo, y logre salir adelante.
Para cerrar, no quiero dejar de mencionar una frase de @meollocriollo que me ha estado haciendo pensar mucho sobre el tema:
Nuestro problema no es la enfermedad que nos obligan a asumir como propia. Ojalá Dios permita una larga vida a quien la sufre. La solución es que logremos entender que no es convenciéndonos de que estamos enfermos, y que tienen una solución mágica, como saldremos adelante. Es con trabajo, constancia y Fé como lograremos alcanzar los más altos objetivos.