Aquel día el destino había puesto en mis manos 10 vidas. A toda la práctica y estudio le había llegado la hora para surgir. Era necesario. Era imperativo. Mientras recordaba todos los nudos que había aprendido a hacer, rodeaba aquel grueso árbol con la cuerda que serviría de puente. El «scouter» me había seleccionado a mí. Debía realizar un amarre que aguantara el peso de las 10 personas que íbamos a atravesar unos 20 metros sobre el lecho del río, y que al final, una vez que hubiésemos cruzado, debía poder desamarrar desde el otro lado, ya que no regresaríamos por el mismo lugar. Todo sucedía bajo la mirada escrutadora de todos los «barras blancas» que, seguramente, sabían cómo hacer lo que me habían asignado a mí. Pero al final, lo logré. Cumplí con lo solicitado sin perder ninguna de las vidas que dependían de mi seguridad. Aquellas reuniones de «barras blancas» eran un paso grande desde los días en que comencé en los lobatos. Corrí con la suerte de que mi papá también es Scout, de manera que desde muy pequeño tuve su orientación de acuerdo a lo que indica el escultismo.
Muchas son las historias que vivi como Scout. Historias de excursiones, de campamentos, de decisiones a tomar, e incluso, aqui en mi blog pueden leer hasta de la vida que me tocó salvar. En mi han vivido siempre la Promesa, la Ley, las Virtudes, y el Lema. «Siempre Listo», suena sencillo, corto, pero mucha gente no sabe todo lo que hay detrás de esas dos palabras. A lo largo de mi vida, ese lema ha sido comienzo de mil tareas. Fue lo que me diferenció en momentos importantes. Es la personificación (si es que cabe la aplicación de la palabra) de mi actitud ante la vida. «Siempre Listo» estoy, y tan sólo eso me ha diferenciado del resto.
La Ley Scout dejó de serlo hace mucho, para convertirse en mi Ley, en la Ley de mi vida. Cuantas veces a pesar de lo adverso de las circunstancias, me mantuve sereno para encontrar la salida. Igual numero de veces me decían «pero cómo lo haces», muy dentro de mi recordaba «el scout canta y sonríe en sus dificultades». La vida me enfrentó a situaciones en las que debía hacer honor a compromisos hechos. Ante la duda, recordaba «el Scout cifra su honor en merecer confianza»; «el Scout es leal». Y por muy comprometida que fuera la situación, al final salía airoso, definitivamente por tomar la decisión mas justa. Hasta en mi familia me decían que era como gasparin, por tener tantos amigos. Y a mis amigos siempre les he dedicado toda la pasión y el respeto posible, porque «el Scout es amigo de todos y hermano de cualquier otro Scout». En esos momentos de prueba en los que la tentación se hacía presente, me retumbaban en la mente aquellas palabras: «el Scout obedece a conciencia, es trabajador y perseverante».
Siempre busqué vivir de acuerdo a las virtudes de un Scout: lealtad, abnegación y pureza. En el momento más dificil de mi vida, a las preguntas que me hacia mientras me despedía de quien me había dado vida, encontré paz en el principio de Dios: «el Scout está seguro de su fé y le somete su vida».
Hoy en día, desde donde he logrado llegar, por distintas razones muchos me preguntan que cómo lo he logrado. En esos momentos me pasan muy rápidamente todas las cosas que pasé con mi pañoleta puesta. El momento en que hice mi promesa, cuando hice mi primer bordón, cuando cosí mis insignias, cuando llegué a ser un barra blanca, las veces que mi cuello se hinchó con el grito de nuestra patrulla «cobra siempre cobra!!!!…», y, con los ojos aguados, y un nudo en la garganta respondo: «porque soy Scout!!!»
Le dedico estas letras a mi papá, quien siempre se esforzó porque viviéramos de acuerdo al escultismo. Ya enseño a mi hija a hacer el saludo Scout, diciéndole «el grande y fuerte debe proteger al pequeño y débil». Y a todo aquel que quiera entender que tan importante puede llegar a ser el escultismo en la vida de un niño o niña.
SIEMPRE LISTO!!!!
cobra siempre cobra!!!! PORQUE SOY SCOUT!!!
Lo siento, pero esto a nuestra edad tiene otras connotaciones que no logran sino hacerme reir… 😀
Diox, estos scouts y sus gritos… 😛
Que digan lo que quieran, pero la verdad es que lo hacen por no haber podido tener una orientación que los ayudara a aprender a vivir, simplemente eso…
Digan lo que digan, esa es una forma de aprender a vivir que no tiene igual. A veces me sorprendo de ver como a mi edad, todavía pienso como un scout