La inseguridad en Venezuela siempre ha existido. Recuerdo alrededor de 1980, cuando fuimos víctimas de la delincuencia en nuestra casa en Trujillo. Unos ladrones irrumpieron aprovechando que estaba sola la casa en el día, y se llevaron lo que mas les gustó. Policía, PTJ y demás relacionados hicieron sus experticias, echaron un polvo para captar huellas por toda la casa (y que aun debe estar pegado a cuanta pared y cosa tocaron), y a la fecha, no hubo capturas, ni aparecieron los peroles. La delincuencia en Venezuela siempre ha existido.
Todos los años, por mucho tiempo, tuvimos la oportunidad de viajar desde el occidente a pasar los días de vacaciones en la isla de margarita. Esto significaba atravesar todo el territorio nacional, de punta a punta, con una parada por lo general en Caracas. En esos años nunca nos pasó casi nada en la carretera (excepto un asalto con secuestro incluido que sera objeto de otro artículo), pero uno se sentía seguro. Seguro, porque desde que se pasaba por Barquisimeto, incluso saliendo de Valera, se pagaban unos peajes, y esto permitía que las vías estuviesen perfectas (si! Perfectas, incólumes, prístinas), que hubiese Policia por montón a lo largo de la vía, grúas gratuitas, blancas, limpias, y hasta ambulancias. En las oportunidades que nos tocó atender un caucho espichado, o atender una llamada corporal que no aguantaba hasta la próxima parada, en lo que uno se detenía, sin importar la hora, aparecía una patrulla, de donde se bajaban unos policías amables, bien vestidos, bien comidos y hasta bien hablados, que verificaban lo que sucedía, ayudaban a resolver, y acompañaban hasta que uno terminaba y seguía su viaje, o hasta que lo llevaban a un sitio no seguro, sino donde se pudiesen atender las necesidades que se tenían (mecánicas por lo general). Eso lo viví yo, y muchos otros venezolanos. Por todas las grandes vías se tenia ese servicio, que tenia su costo, pero que no tenia precio. Las vías estaban iluminadas de noche, pintados los rayados, y en fin, había un mantenimiento permanente que permitía que uno decidiera andar en carro por todo el país. A pesar de todo esto, había sitios, como la autopista ospino-agua blanca, donde era común que de los barrios circundantes lanzaran piedras a los vehículos para obligarlos a detenerse y atracarlos. La inseguridad en Venezuela siempre ha existido.
Un día, este gobierno que tenemos decidió que había que eliminar los peajes. La consecuencia directa: el caos se apoderó de las vías en Venezuela. Se acabó el mantenimiento y lo que intentaban los mal vivientes, al atravesar objetos en la vía para tener víctimas para asaltar comenzó a ser parte del trabajo del gobierno central al no asumir la responsabilidad que tenían quienes administraban los peajes. Las grúas sufrieron un proceso de vejez anticipada, y aquellas flamantes grúas blancas y limpias se convirtieron en unos milagros rechinantes, conducidos por milagros médicos andantes, con actitud de pirata en proceso de abordaje. Aquellos policías que con solo su presencia inspiraban confianza y seguridad, se extinguieron como los dinosaurios para ser sustituidos por muy pocos, casi inexistentes muchachitos cuyo cuerpo escasamente soporta el peso real y moral de la pistola a la cintura, que con cara de asustados le dicen a quien requiere de su apoyo «mejor se apuran porque por aquí roban mucho».
Llevo dos noches sin poder dormir como normalmente hago. Dos noches cargado con la información del cobarde asesinato de Mónica Spear, es miss Venezuela, actriz, VENEZOLANA. Pero, su caso es uno entre miles. Son miles de venezolanos que sufren la misma desgracia en las vías venezolanas. El gobierno se ha esforzado en resolver ese caso, pero aparte de agradecerlo, no es eso lo que requerimos. Necesitamos que abra los ojos, que entienda el problema, que asuma su responsabilidad como parte del mismo, y que atienda su obligación de solucionarlo. Necesitamos que el gobierno deje de ser parte principal del problema, y que se convierta en el canal principal de implementación de la solución. Es un problema de todos, que debemos atender en forma coordinada los gobiernos Nacional, Regionales, Municipales, y todo el resto de Venezuela.
No dejemos que nos obnubile la solución de un solo caso. Aprovechemos la apertura del gobierno para que se genere una acción consolidada que marque el inicio del fin de esta era de impunidad. Asumamos que todos estamos interesados en resolver el problema, mas allá de la ya obsoleta diatriba política. Al contrario de lo que le pasó a esa familia venezolana, démonos una oportunidad…
Excelente opinión, estoy esperando el comentario sobre el atraco.
Jajajaja bueno… ya estoy trabajando en el cuento de mi lado de la historia del atraco…. pronto!