En el mundo de los animales domésticos, no hay nada más desvalido como un perro. Por ejemplo, comparado con un gato, al perro hay que enseñarle a hacer sus necesidades en un mismo sitio, mientras que a los gatos se le compra una ponchera, la tierra especial, y ya, ahi hacen de todo. A un perro hay que bañarlo regularmente, lo cual implica perseguirlo, gritarle, amenazarlo (como si entendiera lo que le estan diciendo), para finalmente terminar dándose un baño tanto el perro como quien lo baña; al menos yo jamás he visto (ni lo hice cuando tuve mis gatos cuando niño) que alguien bañe un gato. A los perros hay que sacarlos amarrados, y en los casos más avanzados, sin correa pero si mirándolos con el rabito del ojo, ya que en cualquier oportunidad se van y, o deciden no regresar, o simplemente no consiguen el camino de regreso; los gatos ni siquiera necesitan que les abran la puerta de la casa, ya que salen, se escuchan unos chillidos terriiiibles, y luego, como si nada hubiese pasado, se les encuentra nuevamente en la casa, limpiándose, como si nada hubiese pasado. Cuántas veces se sabe de alguien desesperado buscando a su perro perdido, en comparación con las veces que se ve a alguien buscando su gato perdido… En fin, que definitivamente las estadísticas generan una matríz donde los perros son unos minusválidos en comparación de los gatos.
En el proceso de educación de los perros, no hay elemento más valioso que el papel periódico. Los diarios se mantienen gracias a la adquisición de canes en los hogares. Dependiendo del tamaño de la casa, se utilizan o los diarios nacionales o los regionales. Al adquirir un hermoso cachorro, lo primero que se requiere es forrar la casa en papel periódico. Se comienza sólo con una esquinita, donde se coloca el alimento y el agua del perrito, y se pretende que allí mismo haga sus necesidades (como si a uno lo enseñaran a comer sentado en la poceta, por cierto). Al ver que el cachorro hace caso omiso de la aspiración, se comienza el proceso de ampliación del espectro del papel periódico en el hogar. Así, se amplía esa esquinita, luego se forra la cocina, luego el baño, y finalmente, como el perro ha llenado la casa de excremento y orines, se dejan papeles aleatorios por todos lados, con la esperanza de que al menos la pegue usando uno. Es típico (créanme, que bastantes perros tuve la oportunidad de criar) ver una casa donde hay un perro nuevo, que el periódico tapa un porcentaje grande (mas del 85% diría yo) de la superficie de dicho hogar, y los dueños, con actitud muy seria, dicen «es que lo estamos enseñando». Luego, no hay nada como el papel periódico para limpiar las «gracias» que hace el perrito. Así como el sucio y la uña, la espátula y el periódico se convierten en un equipo inseparable. Aquella espátula que tenía guardada con restos de pintura, regresa a la vida para ayudar a recoger cuanta gracia hace el perro, y siempre, siempre, el papel periódico acompaña ese proceso. A veces hasta se utilizan los mismos papeles regados por la casa, que estan ya sucios de tanto pisarlos sin que el bendito perro haya querido usarlos, para recoger las gracias que termina haciendose al lado de los mismos. En ese proceso, se observa como un periódico pasa de color blanco-grisáceo, a amarillo, al ser utilizado para absorber alguna meada que haya hecho el perrito. Este proceso se extiende ad infinitum hasta que el cahorrito ya corre, que es cuando viene la segunda etapa de requerimiento del periódico, que es la profundización del proceso educativo.
En esa segunda etapa, donde ya la desesperación y desesperanza de verse envuelto en heces y orines por todos lados, aparte de rodeado de papeles periódicos que jamás se utilizarán para su fin, ha desaparecido, los editoriales, las mas dignas opiniones terminan siendo apurruñadas en un bojotico, que ya involucra el uso de las revistas dominicales, las que no son tan útiles para el proceso inicial, pero si para este proceso educativo. Como comentaba, al borde de la desesperación, se toma o bien un cuerpo del periódico nacional, o todo el periódico regional, o la última revista dominical, se enrolla, y se persigue al cachorro con el pliego en una mano, de manera de que finalmente entienda, de la única manera real, que la idea no es que haga sus necesidades en los espacios entre los periódicos, sino en los mismos! Esta práctica siempre va acompañada por el muy educativo paso de agarrar al cachorro, y remojarle la nariz en sus heces u orines, y darle solo dos golpecitos para que aprenda, o deshilachar el rollito dejando salir la rabia que implica tener que agarrar, una vez más, aquella espátula en la que ya los restos de pintura blanca no se ven, tapados por una patina marrón. Este proceso se repite y se repite, hasta que el can, asustado, decide no hacerse más nunca nada en la casa, y espera a que lo saquen.
Como hemos visto, el periódico es FUNDAMENTAL en el proceso educativo de los animales en la casa. Asimismo, lo es para algunos congeneres que lo leen, aunque realmente no entiendan lo que contienen…
Hoy, amanecemos con el anuncio, ya repetido, de que en los próximos 30 días, si no sucede un milagro, no habrá papel para imprimir periódicos. Esto se viene advirtiendo, y en preparación, los periódicos han sacado sus versiones digitales, pero nada, nada es igual como agarrar un periódico y utilizarlo. La respuesta del Gobierno de turno? Muy sencilla: SACAN LA MISION NEVADO!!! Y que quiere decir esto? Sencillo: NO VA A HABER PAPEL PARA LA PRENSA!!!! Y lo que se están preparando es para la botazón de perros que va a haber, dado que no se contará con el elemento necesario para atender las necesidades más básicas de dichos animales, incluyendo su proceso educativo. Entonces, como siempre, adelantándose a dicho hecho, prepara todo lo necesario para atender a esos millones de perros que estarán en la calle por la desesperanza de sus dueños. Algunos, seguramente intentarán, por el amor a sus animales, utilizar las versiones digitales, pero honestamente, no creo que un iPad, por muy bueno que sea, sirva para recoger, cual espátula, las excretas de un perro…
Y, de paso, y en el mismo escenario pero ya en el terreno humano, tampoco se consigue papel toalé. En lo personal, por algunos hechos sucedidos en el pasado, recordaba la primera vez que ante una emergencia me vi en la necesidad de utilizar un papel periódico para atender la misma, resultando con leves pero dolorosas micro cortadas en los instersticios anales, ante lo cual, quienes habían pasado por el trauma, me indicaron, lo cual jamás se me olvidará, que el secreto es mojarlo antes de usarlo. Hoy, viendo que ya me quedan menos de 6 rollos de papel toalé en la casa, y leyendo en mi desalojo matutino la noticia de que no circulará más prensa por la falta de papel para imprimirlo, me digo, suspirando: «y yo que pensaba usar periódico!»…
Jajajaja!!!! no he dejado de reirme, con la reflexión que has escrito fernando. Muy divertido! Pero que irónico que se una situación tan real
Bueno, en realidad nosotros criamos cinco perros y medio, pues hubo uno que lo regalé por imposible