Es mi pasado una historia de museo?


Obviamente, con el avance del tiempo han surgido infinidad de avances tecnológicos con la intención de mejorar nuestros días. Así, en todas las áreas, incluso donde ni idea tenemos, hay nuevas tecnologías, procesos y hasta actitudes que, de acuerdo al ojo con el que se le mire, representan mejoras. Pero, hasta dónde nos ayudan todos esos avances? Cuando veo a mi hija manejar una computadora tan bien a sus 5 años, en la que ve vídeos, juega, busca información, y recuerdo lo afortunado que fui al tener una computadora a mis 8 años, pero que solo tenia BASIC, pienso en que ella no me va a creer cuando le cuente que yo crecí sin tener la mayoría de las cosas que para ella son normales. Por ello, a continuación hago una lista de las cosas que hoy en día tenemos, y comento como hacíamos en aquellos tiempos cuando ni en las películas mas futuristas pensaban en que serian, algún día, superados por la realidad.

EL CELULAR
O móvil, debe ser el articulo mas común hoy en día. Al menos en Venezuela, literalmente morimos por uno. Su evolución es interesante ya que al comienzo lo necesitábamos solo para hablar, pero ahora para lo menos que lo utilizamos es para eso. Es una mezcla de distintas tecnologías que detallaré más adelante, pero ahora me referiré a lo que debería ser su uso principal.
En aquellos tiempos, mi papá salía de la casa a trabajar. Realmente no recuerdo de alguna emergencia que se hubiese presentado estando el trabajando, y mucho menos viajando, lo cierto del caso es que una vez afuera la única manera de contactarlo era al teléfono de su oficina. Recuerdo cuando en las tardes mi mamá se enteraba de alguna acción heroica de las que regularmente hacía, y me decía «deja que llegue tu papá, ojalá haya tenido bastantes problemas!»; yo me desesperaba esperando ese momento en que sonaba la puerta de la casa, y respiraba aliviado cuando lo escuchaba que venía silbando o cantando. Ahora, si mi mamá hubiese tenido un celular moderno, jum! Lo habría llamado » en vivo», le habría pasado una foto, un vídeo de mi hermano como testigo (afortunadamente siempre lo amenazaba para que no hablara por lo cual nunca sabia nada), y seguro mi papá, con toda esa información , habría tenido tiempo suficiente para pensar en algún castigo… Aunque realmente era muy bueno improvisando en eso…
Ahora vemos niños desconectados de todo con uno en la mano, adultos incapaces de vivir sin su celular, y viciosos, como yo, intentando justificar la necesidad de contar con el último modelo. Definitivamente me va a costar convencer a mi hija de que de pequeño ni siquiera existían.

TELEVISIÓN POR CABLE
Por alguna razón, todos los días a las 6 de la mañana, cuando prendían el televisor para arreglarnos e ir a la escuela, sonaba el himno nacional y luego el himno de radio Caracas televisión (RCTV). Seguramente en la noche mis padres se habían trasnochado viendo a Marcel Granier, o viendo a Eladio Lares. Lo cierto del caso es que a las 12 de la noche, luego del himno nacional (por lo general no llegaba a esa hora despierto), solo quedaba un pito que si no me equivoco era en tono de LA, y una imagen fija. Mas nada. Fue a partir de mediados de los años 80 cuando en mi vida llegó la televisión por satélite. Para tenerla, se debían caer a coñazos los propietarios y las juntas de condominio para autorizar primero el aumento de la cuota del condominio, y luego la instalación de la antena. Aun hoy en día podemos verlas. Así, comenzamos a tener televisión a toda hora, programación mas entretenida, y lo mejor: MTV! Ya para esas fechas contábamos con televisores a full color, de 21″ y mas, que desafiaban y habían lanzado a la basura a aquel viejo Zenith en blanco y negro, que era mas una mesa que un televisor, sobre el que se ponía un mantelito y un florero, y cuyas patas de madera en mas de una ocasión serruché con alguna navaja de mi papá.
Hoy en día, mi hija ve SUS canales, si quisiera las 24 horas, a full color, en su pantalla plana y con su control remoto en la mano. Me imagino contándole de cuando no veíamos ni siquiera en color, y presiento que en lo que pueda va a buscar algún manicomio para meterme…

LA COMPUTADORA
Para el año 78, ya tenia en mis manos aquella inolvidable Sinclair ZX81. Conectada al televisor cual videojuego, me ayudó a dar mis primeros pasos en programación. Luego fueron muchas mas, entre ellas mi Apple IIc que aun tengo. Realmente soy un ser único y muy afortunado con respecto al tema de las computadoras. Aquellos días de biblioteca, cuando iba a buscar las respuestas a mis tareas, hurgando en el viejo fichero para saber que libro buscar y, finalmente, trascribir a un cuaderno la información, calcar el dibujo o inventar uno, ya que ni siquiera las fotocopias eran algo común, ya solo viven en los recuerdos de quienes tuvimos que usarlas. Para preparar sus exámenes, mis papás pasaban horas escribiendo a máquina en aquellas hojas para stencil, corrigiendo con ese mágico liquido rojo fosforescente. Recuerdo lo exigente que era la maestra Ana Hilia con aquella tarea en la que debía trascribir un texto, para lo cual ponía debajo media hoja de examen con un cuadro rojo que marcaba hasta donde debía llegar, y siempre, en la ultima linea, separaba mal la palabra, por lo cual tocaba comenzar todo desde el principio.
Hoy en día mi hija busca en internet los vídeos de los temas que necesita. Con el Word vino la maravilla de los margenes justificados, y se eliminó la separación de palabras. La impresora nos hizo casi olvidar como escribir, y los libros quedaron casi que solo como hobby. Tablas, kindles y demás artilugios nos facilitan la vida diaria. Cuando viajo llamo a la casa por skype. Y cómo le justifico a mi hija que iba a una biblioteca a buscar lo que ella consigue en una computadora? Y como le explico todo lo que ha pasado en el mundo para que ella pueda tener esa computadora…

Son tantas cosas… GPS, iPods, blueray, artículos inalámbricos, aplicaciones, videojuegos, etc. los que son tan normales hoy en día, pero mas importante aun, la experiencia de haber vivido el proceso de pasar desde no tenerlos a depender de ellos, que necesitaría mas espacio para describirlos todos. Definitivamente, lo iré haciendo, pero por ahora, quien esto lee, puede dejar sus experiencias en este proceso de modernización… O de museización?

Un comentario en “Es mi pasado una historia de museo?”

  1. Hijo, yo recuerdo al papá de manuelita, mi amiga de la universidad, que nos mostraba un álbum con las fotos de la evolución de la aviación, desde los hermanos Wright hasta los viajes espaciales. ¡Imagínatelo con todas estas cosas! ¡Menos mal que se murió!

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