… hasta en las bombas de gasolina!


Así me decía un amigo hace mucho tiempo, que estaba buscando trabajo. Y hacía referencia al hecho de que estaba entregando su Curriculo Vitae (CV) hasta en las estaciones dispensadcarpetaplasticaoras de combustible para ampliar las posibilidades de éxito al respecto. Y es que en la era pre-LinkedIn… SI! Hubo una época en la que no existía LinkedIn, y uno se preocupaba, al comienzo, de tener todos los respaldos físicos posibles; aparte de eso había que escribir a máquina los detalles, sacar muchas copias, utilizar las carpetas transparentes con bordes de colores, y llevar, por lo general en persona o abusando de la confianz de algún amigo o conocido (quien quizás disminuía la competencia al botar la carpetica), el archivo para que lo recibiera un vigilante o una secretaria, en cuyas manos quedaba la esperanza de un futuro mejor. Y es que uno hacía cuanto curso, seminario o congreso podía para lograr más volúmen en su CV. Luego, con la llegada de las computadoras e internet, se hizo un poco más sencillo el proceso. Se pasó de la máquina de escribir a un procesador de palabras, pero aún la transacción seguía siendo básicamente en físico, y a pesar de ser versiones más elaboradas las que detallaban nuestra experiencia profesional, el proceso continuaba en las manos de vigilantes y secretarias, aunque en algunos casos ya era posible enviar una versión en digital por correo electrónico, lo cual ampliaba el espectro (y nos alejaba de la selección «aleatoria» que hacían los vigilantes en base a las fotos). Luego, tuvimos la oportunidad de «digitalizar» todos los soportes y tener una versión digital del CV. Los procesadores de palabras eran más versátiles, lo cual significaba versiones cada vez más atractivas de los CV. Ya no necesitábamos tanto de las carpetas trasparentes, pero en muchas oportunidades la capacidad de las cuentas de correo electrónico no eran suficientes como para poder enviar por esa vía los gigantes archivos que teníamos. Sin embargo, ya no dependíamos tanto de vigilantes y secretarias, quienes, también, comenzaban a ser desplazados por las nuevas tecnologías. Y llegó LinkedIn!

Hoy en día ya es prácticamente un estándar tener una cuenta en LinkedIn. Las páginas que llamábamos «bolsas de trabajo» también quedaron en el camino desplazadas por esta nueva red social. Cambiaron los tiempos y la tecnología, pero no las costumbres. Hoy en día me llama mucho la atención las veces que recibo solicitudes de recomendación de conocidos y extraños a través de LinkedIn. Se ha hecho costumbre el intercambio mutuo de aptitudes, y por lo que entiendo, al final, mientras mas recomendaciones y aptitudes tengamos, más «contratables» seremos. De alguna manera seguimos considerando que la cantidad tiene más peso que la calidad (y que conste que la última versión de mi CV llegó a 180 páginas incluyendo todos los soportes). La lógica lleva a pensar que mientras más hayamos hecho en el ámbito laboral, más y mejor experiencia tenemos, sin embargo, todo ese peso, todo ese volúmen muestra su verdadera relevancia en la primera crisis que se presenta en el nuevo trabajo logrado.

Hace algún tiempo una persona que formaba parte de mi equipo, y que se iba a otra empresa, se presentó en mi oficina con un gran volumen de papeles, preguntándome si se los firmaba como señal de validez para incluirlos en su CV. Mi respuesta fué que no tenía problema, pero que al final lo importante era que hubiese en él una capacidad de respuesta de la misma medida que la cantidad de papeles que estaba incluyendo como demostración de lo bueno que era en su área. Al respecto, considero que es un tema de calidad, no de cantidad; y el gran reto es que la calidad no se conoce sino cuando la persona se ve enfrentada a situaciones extraordinarias. Justo en ese momento es que se sabe si todo el historial es sólo «buche y pluma», o si se tomó la decisión correcta al momento de la selección. En lo personal, he sido testigo de grandes caídas desde el tope de la columna de certificados y soportes de mucha gente. Yo mismo he aprendido que un CV es un ser vivo, que dependiendo de lo que se busque, debe adaptarse incluyendo u omitiendo información.

Para mi, LinkedIn es una oportunidad que tenemos de saber, obviamente, lo que la gente ha hecho en su historial, pero además, nos permite conocer lo que piensa, busca y ofrece, por lo cual es mas que una simple vitrina de experiencia. Y, además, es necesario considerar que parte de los cambios que se han dado en el área de reclutamiento de personal, es el uso de TODAS las redes sociales. Hoy en día estamos monitoreados por todos lados, y más de una vez he leído acerca de las eminencias que sobresalen en LinkedIn pero que no son seleccionados por las vidas que llevan en el resto de las redes sociales.

Al final, el mensaje sigue siendo el mismo desde la época de las cavernas: Sé sincero, no trates de ser quien no eres, y maneja cada aspecto de tu vida en forma coherente porque, como siempre me dijo mi papá: más rápido se agarra a un mentiroso que a un morrocoy.

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