Los 18 años son una edad importante. En cierto sentido, representan el momento de la liberación, ya que se puede, formal y legalmente, manejar, tomar, fumar, entrar a los sitios nocturnos y muchas cosas más. Sin embargo, cuando se cumplen, cae uno en cuenta que no pasa nada, que no pasas un momento como el de Highlander. Sigues siendo exactamente el mismo, sin más, ni menos.
Ya en la universidad, comenzaba a hacer planes sobre lo que haría al graduarme, e incluía, en algunos momentos, planes más lejanos, como casarme, y en esa mirada al futuro, quizás llegaba a imaginar cuando tuviera el doble de mi edad. Y no es que no pensara que llegaría más lejos, sino que era difícil en ese momento proyectarse tan hacia adelante, hacia un futuro que era casi de ciencia ficción.
Ahora, que estoy estrenando un nuevo año, pues me siento igual a cuando cumplí 18. Ni cerca de lo viejas que consideraba a las personas que tenían la edad que ahora estreno, ni aquel indestructible que andaba comiéndose el mundo sin importarle nada. Lo que si siento y vivo, es que he logrado mucho más de lo que cabía en mi imaginación.
Apenas comienzo a entender tantas lecciones que me ha dado la vida, proceso que, afortunadamente, se repite cada día. Aquellos discursos sin sentido que me daban mis padres, ahora me sorprenden al irse convirtiendo en predicciones cumplidas. Algo así como si conocieran mi futuro y, para no quitarme la emoción, me lo dosificaron. Me sonrío al recordar los errores, muchos, que he cometido. Algunos aún no logro superarlos, pero han sido base para alcanzar importantes metas. He aprendido que la amistad es de los más maravillosos misterios, ya que trasciende el tiempo y la distancia, y nos sorprende por su omnipresencia. Y del amor… como no agradecer que mi esposa también lo haya sentido por mi, y que por ello me diera lo más grande que tengo en el mundo: mi hija!
Hoy doy gracias a Dios por lo vivido, lo compartido, y lo que extraño. No hay nada más común que cumplir años, pero cada año que he cumplido no ha sido, ni será, nada común!