
El 2019 fué un tremendo año, que me permitió lograr cosas que ni siquiera pasaron por mi mente, con lo cual la expectativa por el 2020 es muy grande. Como hago desde hace algunos años, aprovecho el final de uno para ver en perspectiva lo que fué bueno, las oportunidades de mejora, y así generar el plan para el año siguiente, y en el caso del paso del 2019 al 2020 resaltaron algunos hitos importantes que estaré celebrando.
El 22 de Diciembre de 2005 publiqué mi primer post en éste blog. Lo pensé mucho, ya que representaba exponerme públicamente, lo cual afectaría mi vulnerabilidad. A pesar de las dudas, emprendí éste viaje que cumplirá 15 años, en los cuales he tenido más cosas por las cuales celebrar en comparación con las no tan agradables. Este que publico hoy es el post 377, lo cual representaría como 377 horas dedicadas a generar todo ese contenido, lo cual serían apenas unos 48 días… Si aplicara la regla que para ser un experto se requieren unas 10 mil horas de dedicación, pues el camino es aún largo, pero si algo me hace sentir orgulloso es la constancia que he tenido en éste proceso. Un proceso que sin lugar a dudas es liberador, y me ha sido de infinita utilidad en muchos momentos de mi vida. Recientemente encontré esta joya que ahora comparto:
«Better to write for yourself and have no public, than to write for the public and have no self»
Cyril Connolly. New Statesman, February 25, 1933
En Julio de éste año cumpliré 20 años de casado. Si tomo en cuenta el tiempo que fuimos novios, son poco más de 25 años juntos. No hay manera de describir el orgullo de éste logro, así como el agradecimiento por tener la oportunidad de compartir tanto con mi esposa. Cuando uno decide casarse está advertido de que es «hasta que la muerte los separe», y es la muerte algo tan lejano que uno ni siquiera se preocupa por lo que algún día, sin lugar a dudas, sucederá; sin embargo, luego de tantos años compartiendo todo, al menos en mi caso se hace presente esa preocupación no por la llegada de la muerte, sino por la separación que eso representa. Sé que serán muchísimos años más, y que lo mejor aún está por llegar. Hemos compartido muchas etapas, y están llegando las que quizás sean las mejores, pero de cualquier manera, no tengo más que agradecimiento con ella y con la vida.
Y en éste 2020 cumplo mis 50 años de vida. Son los 50 un número mágico… el «medio cupón», asumiendo que la esperanza de vida es de 100 años. Todos los días recuerdo cuando a los 20 se me hacían tan viejas las personas de 50, y cómo ahora se me hacen tan jóvenes… los amigos que han sido parte de mi vida siguen siendo los mismos «chamos» de cuando nos conocimos; ahora, más que nunca, tengo muchísimos planes, y son éstos muy especiales ya que han sido formados no sólo con la esperanza y energía que caracteriza a los años mozos, sino con mucha paciencia, consciencia, considerando la experiencia de todos mis años, lo cual me hace sentir seguro de que, si soy constante, los lograré todos y cada uno.
Un año muy interesante, en el que la experiencia juega un papel fundamental en el logro de las metas establecidas. Metas que se ven cada día más cerca y alcanzables, siempre y cuando me mantenga constante. Y es que la constancia es lo que me ha traído donde estoy, en el estado de satisfacción en el que vivo, y que es la plataforma perfecta para seguir adelante, compartiendo energía, experiencia y conocimientos con todos.