
Una famosa anécdota que se atribuye al director de cine Fritz Lang es la invención de la cuenta regresiva. El director señalaba que «si empezamos a contar a partir de uno, no sabremos cuándo terminar. Pero si empezamos desde diez hacia atrás, todos sabrán que la cuenta acabará en cero«. Todos menos los matemáticos, debo aclarar. Diseñada como medio para aumentar la tensión dramática, la estrategia de Lang terminó siendo asimilada por los programas espaciales y posteriormente universalizada en infinidad de situaciones.
Parece poco el aporte que hizo, más cuando consideramos que actualmente es algo súper normal y que utilizamos desde que tenemos memoria, sin embargo su importancia reside en el hecho de que enfoca la atención de todos los involucrados y asegura que están realmente alertas a lo que va a suceder a continuación. Por eso es que los números se cuentan hacia abajo, porque si se hiciera en dirección contraria la duda podría anular el compromiso y tendríamos la opción de contar de forma infinita, lo cual evitaría la ejecución requerida.