Reflexión de la semana: Confianza


Confianza: Esperanza firme que una persona tiene en que algo suceda, sea o funcione de una forma determinada, o en que otra persona actúe como ella desea. Seguridad, especialmente al emprender una acción difícil o comprometida.

reflexionesEn la vida se van presentando circunstancias, y en base al cúmulo de conocimientos y experiencia que se tiene, se van atendiendo y, cuando es necesario, resolviendo. Por lo general uno se la vive preparándose para lo que le depare el futuro, en una especie de misión suicida continuada, ya que no se tiene ni la menor idea de si el conocimiento o la experiencia que se está adquiriendo va a ser de utilidad. Es algo así como cuando uno se compra un vehículo 4×4, aún cuando jamás en la vida ha ido más de 100 metros a la redonda de un estacionamiento asfaltado, pero se siente uno tranquilo porque «si llega a presentarse la necesidad», pues se tiene «la mocha» para meterse por donde haga falta (claro, si no se trancó por falta de uso). Pero, cuando llega la oportunidad, entonces uno termina impresionado de cuanto conocimiento y experiencia se tiene. Y lo que más me llama la atención es, precisamente, que uno termina viendo que tiene una mayor capacidad de la que se imaginaba disponible, lo cual es un reflejo del nivel de confianza que se tiene en uno mismo. En ese sentido, comencé la semana con una frase de Stan Beecham: «We do what we think we can do. We don’t attempt what we think we are incapable of.«. Hay que escucharse, entenderse y tenerse confianza de que se podrá hacer lo que se le presente, y de esa manera al menos tomar la decisión en forma oportuna sobre si se ataca o se esquiva la situación. Steven D. Levitt & Stephen J. Dubner siguieron con su frase «Don’t listen to what people say; watch what they do.«. Siempre habrá en el camino quienes te dicen mil maneras de cómo hacer las cosas «bien«, por lo general en un tono de crítica, pero al ver la consistencia entre lo que dicen y lo que hacen, se encuentran inmensas distancias. Por ello, se hace imprescindible la seguridad que tengamos de que estamos haciendo las cosas bien de acuerdo a nuestra experiencia, por supuesto, con la disposición a escuchar los consejos que siempre son de utilidad, pero con la confianza de que alcanzaremos las metas establecidas. Y, recuerdan esa película donde actúan Tom Hanks y Leonardo DiCaprio que se llama «Atrápame si puedes«, donde DiCaprio hace de un falsificador que al final termina trabajando para el FBI? Pues en la vida real, ese personaje se llama  Frank Abagnale Jr., de quien publiqué la frase: «It’s not what a man has but what a man is that’s important. I know who I am and what I am, and that’s what counts, not what other people might think of me.«. Muy relacionado con la frase anterior, es importante estar claro y a la vez orgulloso de quien se es. La vida trata de estar siempre evolucionando, pero en cada momento, debemos saber y tener confianza en quienes somos. No nos debería importar lo que se diga de nosotros basado en lo que tenemos, lo que hacemos o lo que logramos. Nadie conoce mejor que nosotros mismos el camino que decidimos recorrer, por lo cual es fundamental que, una vez decidimos la ruta, nos mantengamos en forma autónoma tomando las decisiones que nos corresponda, siempre convencidos de que es la mejor decisión. Y si resulta que no lo fué, pues corregir pero siempre seguir hacia adelante. Me causó mucha impresión la frase de Nassim Nicholas Taleb: «Missing a train is only painful if you run after it! Likewise, not matching the idea of success others expect from you is only painful if that’s what you are seeking.«. Recientemente, y por el proyecto que también llevo relacionado al éxito, he estado invitando a quienes quieran participar a mostrar las distintas formas que tiene el éxito. Aunque ya el ejemplo ha perdido mucho valor, el éxito no es simplemente llegar a ser como Donald Trump. Todos, absolutamente todos, somos exitosos en lo que hacemos y vivimos, y debemos sentirnos orgullosos de ellos. Siempre habrán barreras que nos encontremos, pequeños fracasos que no son más que oportunidades para aprender, ampliar nuestra experiencia, y reducir la probabilidad de que nos vuelva a suceder en el futuro. Pero es fundamental tener muy claro (o al menos claro) lo que buscamos y hacia donde vamos, y aferrarnos a nuestra capacidad para alcanzar esa(s) meta(s), muy a pesar de lo que nos puedan decir a través de las críticas. Y para cerrar la semana, Albert Einstein, ese mítico personaje, con una frase de mucho peso: «Those who have the privilege to know have the duty to act.«. La complicidad se alcanza con tan solo omitir la acción. Y si se hace a pesar de saberse dueño de alguna forma de aporte o solución, peor la situación es. Luego de las consecuencias no tiene sentido decir que se sabía que eso iba a ocurrir. La participación oportuna tiene que ser la punta de lanza de aquellos que se saben con la razón, aún cuando la misma tenga que ser sometida al examen público, que no tendría problema alguno si se confía en las razones por las cuales se asume que se tiene. Y la confianza juega un papel primordial, ya que se debe tener no sólo para dar ese paso al frente y realizar el aporte en beneficio de la solución de la situación planteada, sino para que, en caso de estar equivocado, aceptar la razón, corregir y seguir avanzando. Y al respecto, esa confianza que se debe tener uno mismo se expresa perfectamente en esta frase de Sonja Henie con la cual cierro esta reflexión: «The world never puts a price on you higher than the one you put on yourself«

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