
Ser Líder… lo que todos quieren, y muchos no saben realmente qué es. La experiencia se hace imprescindible, pero la formación es fundamental. Cada día me digo a mi mismo “El Scout canta y sonríe en sus dificultades“, y recuerdo los días en los que me inicié en el Movimiento. Aún tengo mi libro de “Escultismo para Muchachos”, de Lord Baden Powell, quien en 1932 escribió esto que transformó no sólo mi vida, sino la de millones:
A true Scout is looked up by others boys and by grownups as a fellow who can be trusted, a fellow who will not fail to do his duty however risky and dangerous it may be, a fellow who is jolly and cheery no matter how great the difficulty before him.
Mi traducción es: Un verdadero Scout es visto por otros jóvenes y adultos como un compañero en el cual se puede confiar, un compañero que no fallará a su labor independientemente de lo riesgosa y peligrosa que sea, un compañero que siempre está feliz y contento sin importar la dificultad que afronte.
Ser Líder… La clave está en “Ser”. No es un cargo ni una posición por la cual competimos. Todos lo somos, y sólo necesitamos cumplir, al menos, con lo que propuso Baden Powell.
Quienes tuvimos la oportunidad, nos guiamos por La Promesa y La Ley Scout. Quienes hicimos la primera y nos apegamos a la segunda, vivimos a plenitud y dando todo lo posible por el bien de quienes nos rodean. Y la satisfacción por ver esa chispa en sus ojos es lo que nos hace saber que andamos por la Senda del Liderazgo.
Por mi honor y por la gracia de Dios, prometo hacer todo cuanto de mi dependa para cumplir mis deberes para con Dios y con la patria, ayudar a mi prójimo en cualquier circunstancia y cumplir fielmente la Ley Scout.


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