Pensé que iba a ser más fácil. Muchas veces ya había hecho “home office”, de manera que pensé que sería como una vez más, pero no tenía idea de la dimensión de repetir la misma rutina sin falta cada día… y es que por más que se pretenda cambiarla, no hay muchas opciones, pero algo es mejor que nada.
También pensé que parte de mi tiempo se iría escribiendo, escribiendo como loco ante tanto tiempo disponible, pero tampoco ha sido tan perfecto como me lo imaginé. Y no es por falta de inspiración, sino porque creo que mi cerebro, ante la repetición reiterada de mis actos, está entrando como en “modo de ahorro de energía”. No queda más que luchar contra la rutina, porque como dicen los representantes del gobierno: lo peor aún está por llegar…
Lo mismo digo…