Fernando J. Castellano Azócar
En el post anterior compartí detalles de lo que ha sido la jornada de escribir durante tantos años, pero al final me quedé como con una duda al respecto: Y por qué lo he hecho? Por qué lo seguiré haciendo? Y de esas cosas que suceden aparentemente aparentemente por casualidad terminé viendo una duda al video de Juan Miguel Zunzunegui sobre Teotihuacán y como me gustó mucho busqué lo que había en su canal de Youtube y hasta terminé comprando su libro “El Mito de las Tres Transformaciones” (por razones que luego compartiré), y al buscar la razón por la que me atrajo tanto el contenido de Zunzunegui encontré la razón por la que me apasiona escribir.
Las grandes historias tienen una característica: escucharlas y aprenderlas es convertirse en sus narradores, y yace ahí el mayor motivo de a quienes, como yo, les gusta contar historias, porque fuentes hay miles: cada cosa que nos pasa es una gran historia en potencia, y la grandeza va a depender de la forma como la narremos. Y es que nuestra primera respuesta al escuchar una gran historia es el deseo de contarla nosotros mismos. Mientras mejor nos parezca la historia mas buscaremos generar la situación que nos permita contarla, y es precisamente lo que recientemente viví con la forma en que narra Zunzunegui la historia de México. Pero igual me pasó con muchos otros grandes narradores de historias, que sé que es arriesgado nombrar algunos, pero la serie de Maurice Druon “Los Reyes Malditos”; “La Meta” de Eliyahu M. Goldrat; “Extreme Ownership” de Jocko William y Leif Babin, son ejemplos de temas muy comunes contados de una forma bien particular. Y en cada uno de esos casos (y en muchos otros) me ha sucedido lo mismo, que busco la oportunidad de contar cada historia , pero no sólo las ajenas sino que me atrevo a contar las propias y tal como me sucede a mi con esas grandes historias, lo que busco es que las mías generen ese mismo efecto de tomar vida propia y que comiencen su camino de búsqueda de las oportunidades de ser contadas.
Por todo lo anterior es que es un gran reto y un mayor compromiso el compartir mis historias, porque sé que deben llenar la expectativa de cada persona que las lean para lograr tocar esa fibra que las convierta en agentes que sientan la necesidad de contarlas. Es ésta la razón principal que me inspira a seguir atreviéndome a estar en la arena, sintiéndome muy vulnerable por cada historia que comparto pero también muy orgulloso del potencial que representan.


Deja un comentario