Fernando J. Castellano Azócar
Leyendo el newsletter de Robert Glazer (el cual recomiendo mucho), encontré ésta joya:
sometimes it’s the things we do when we think no one’s paying attention that make the biggest impression on other people. This happens way more often than we realize.
Y más adelante en el artículo nos comparte:
Leaders are always being watched, and they’re often watched most closely by people who are early in their own journeys, looking for examples of how they should act.
Cuando tenía unos 8 años, es decir, hace 46, fui de visita al trabajo de uno de mis padrinos con mi papá, y en algún momento nos separamos y me fuí con mi padrino a hacer una ronda, y cada vez que nos encontrábamos a alguien el me presentaba muy formalmente diciendo “les presento a mi ahijado”, y por primera vez saludé de apretón de manos, como veía que hacían los mayores. Eso me marcó para toda mi vida. Por primera vez me había sentido un hombre grande, y cada vez que puedo se lo agradezco a mi padrino. Fué una cosa que se consideraría minúscula y estoy más que seguro que aún hoy en día mi padrino no dimensiona el impacto que eso tuvo en mí, que es a lo que hace referencia Robert Glazer en su artículo: debemos comportarnos siempre de la mejor manera posible, porque no sabemos la situación de las personas con quienes interactuamos y el impacto que puede tener cualquier acción nuestra. 46 años han pasado y aún recuerdo con mucha emoción lo que me hizo sentir.
Qué afortunado me siento de que me hayan criado con esa consciencia por el bienestar ajeno. Pero ojo, no es que en mi casa todo era paz y felicidad. Hubo problemas, peleas con amigos, rupturas familiares, sentimientos de odio, pero a pesar de todo eso aprendí que entre lo más importante estaba no hacer lo que no me gustaría que me hicieran a mi. Así crecí, y entre mi camino hay muchas anécdotas de cómo muchos han considerado que pasé por pendejo por no haberme aprovechado de las circunstancias, pero en cada momento de esos, la decisión que tomé permitió que luego de mucho tiempo, así como en el caso de mi padrino, aún hay gente que me agradece por lo que hice. Y no es que me satisfaga el agradecimiento, sino por el contrario la tranquilidad de haber hecho lo que pensé que era lo correcto.
Hoy en día busco hacer las cosas de la mejor manera posible con un objetivo nuevo: acumular la mayor cantidad de energía positiva (Maná lo llamo yo) para que mi hija lo herede y así se pueda encontrar en su camino a gente que piense y actúe como lo hago yo. Eso me obliga a buscar actuar siempre de la mejor manera posible, dependiendo del contexto, y en ese proceso considero que lo más importante, donde se establece la diferencia, es precisamente en los pequeños detalles.


Deja un comentario