No Basta – Franco De Vita – El Ritmo en mi Corazón


Fernando J. Castellano Azócar

En 1990 salía el álbum “Extranjero” de Franco De Vita. Tenía unos 3 años de haber comenzado en la Universidad y ya enfrentaba temas como el riesgo real de un embarazo no deseado y las consecuencias que tenía en esa época, y justo en ese álbum venía la canción “No Basta”. Recuerdo que el mensaje era un poco confuso, pero había algo que me llegaba de manera muy clara. En ese momento la escuchaba desde la posición del hijo y lo que me llegaba era que alguien ponía en palabras lo que había sentido en algún momento: que a veces no es suficiente lo que nuestros padres nos dan si no está acompañado de amor, presencia, pero sobre todo comprensión.

No basta traerlos al mundo porque es obligatorio, porque son la base del matrimonio, o porque te equivocaste en la cuenta…

Frases como esa causaban un efecto que no lograba entender muy bien, pero que de alguna manera sentía que hablaban por mí, por algunas emociones no expresadas, por la distancia invisible que a veces existía entre lo que necesitaba y lo que recibía. De alguna manera la canción se convirtió en una especie de manifiesto silencioso, una denuncia suave de lo que muchas veces sentía.

Con los años esa canción quedó guardada en algún rincón del recuerdo, como tantas otras cosas que uno deja atrás al hacerse adulto, hasta que un día cualquiera volví a escucharla, sólo que esa vez no era ya el hijo quien la escuchaba. Era el padre. Y entonces todo cambió.

Cuando uno se convierte en padre la vida da un giro profundo. No solo porque cambia tu rutina, tus prioridades, tu sueño o tus fines de semana. Cambia tu manera de mirar, de recordar, de escuchar…

No Basta volvió a sonar y, por primera vez, no la escuché como una acusación, sino como un espejo

No Basta
Con comprarle curiosos objetos
No Basta
Cuando lo que necesita es afecto

De repente se me hizo claro el mensaje pero desde el otro lado: el dilema entre proveer y estar presente. El esfuerzo constante por hacer lo correcto y, aun así, dudar si es suficiente. La tentación de pensar que el amor se demuestra con cosas cuando en realidad se construye con tiempo, atención y conexión real; tiempo, atención y conexión real que mis padres nunca me negaron pero que las circunstancias hacían que fuera difícil poder darlas al 100% y que, así como yo ahora, trataron de atender de la manera que pudieron.

No me sentí juzgado. Me sentí advertido. Y agradecido de tener la oportunidad de escucharla de nuevo ahora desde esta posición.

Una de las ideas mas conocidas de Heráclito de Efeso (535-476 AC) es:

“Nadie se baña dos veces en el mismo río”

Con ésto Heráclito quería expresar la idea del cambio constante: tanto el río (la realidad externa) como la persona que entra (el sujeto) están en constante transformación. Esa idea se formula de manera similar de la siguiente forma:

“No se puede entrar dos veces en el mismo río, porque nuevas aguas fluyen siempre sobre ti”

La canción sigue siendo la misma. No cambió una sola palabra ni melodía. Pero su significado sí, porque cambié yo. Y ese cambio me recordó algo profundo: que hay mensajes que nos esperan en distintas etapas de la vida. Algunos los entendemos de jovenes, desde la carencia. Otros, los entendemos de adultos, desde la responsabilidad. Esta experiencia me enseñó que vale la pena volver a lo que ya conocemos. Releer libros, ver películas, escuchar canciones que creíamos entendidas (que es el origen de ésta serie), porque quizás no eran ellas las que no tenían más que decirnos. Éramos nosotros los que aún no habíamos vivido lo suficiente para comprenderlas del todo.

Hoy escucho No Basta como padre, y me invita – más que a la culpa – a la reflexión. A estar más presente. A recordar que lo esencial no se compra ni se delega. Que el amor, en su forma más pura, se entrega con el cuerpo, con la escucha, con la mirada, con el tiempo.

Porque No Basta amar. Hay que amar bien…


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