
Si consideramos un horario tradicional de trabajo hablamos de 8 horas diarias por 5 días a la semana. Esto significa que de las 24 horas que tenemos en un día las 8 más productivas las compartimos con compañeros de trabajo, y si consideramos que los tiempos modernos nos mantienen en contacto mucho más allá de la interacción física, pues estamos en contacto permanente con nuestros compañeros de trabajo. Esto abre un espacio enorme de interacción en el cual los conflictos interpersonales tienen mucha probabilidad de surgir por lo que resulta importante saber cómo manejarse al respecto.
En un estudio (Amy Gallo – HBR) 94% de los participantes confirmaron haber trabajado con una persona «tóxica» en los últimos 5 años. Otra encuesta de 2000 trabajadores en Estados Unidos indicó que la principal razón de tensión en el trabajo eran las relaciones interpersonales. Esta situación indudablemente conduce a malos resultados, a reducción de la creatividad, a un mal proceso de toma de decisiones e incluso a salir del trabajo. Siendo cada persona diferente y particular no hay una receta para guiar un proceso que conlleve a establecer un mejor ambiente laboral, sin embargo, en mi experiencia una excelente guía es la que definió Miguel Angel Ruíz Macías en su libro «Los Cuatro Acuerdos». Esto aplica no sólo en el ámbito laboral sino en todo lo que hacemos en nuestra vida y mi interpretación es la siguiente:
- Sé impecable con tus palabras:
No es sólo no hablar mal de los demás sino utilizar ese don de comunicación que tenemos en favor de todos. Hoy en día es demasiado fácil mantenerse detrás de un mensaje, de un correo, y por alguna razón no consideramos hablar entre las primeras opciones y en la mayoría de los casos si lo hacemos se aclaran la mayoría de las dudas. Y por supuesto, siendo un gran poder, es importante utilizarlo principalmente para el bien. - No te tomes nada personalmente:
Quizás lo que más me cuesta aplicar. Resulta muy fácil hacernos víctimas, y si todos lo hacemos no habrá entendimiento de manera que resulta sumamente importante entender muy bien las circunstancias y no considerar que todo es en nuestra contra. En la mayoría de los casos es importante ser el primero que baje la barrera y abra el espacio para la empatía. - No hagas suposiciones:
Todos vivimos distintas circunstancias y es muy complicado llegar a las conclusiones correctas basados solo en nuestras suposiciones. No todo el tiempo tenemos la razón y lo mejor es aclarar las cosas antes de tomar decisiones que pueden tener más consecuencias que beneficios. - Haz siempre lo máximo que puedas:
Resulta fundamental tener claros nuestros objetivos para poder identificar aquello que nos lleve hacia ellos y descartar los que nos alejen. El esforzarse a pesar de las circunstancias nos hace resaltar además de convertirnos en un ejemplo para el resto de las personas a nuestro alrededor. No debe haber nada que nos distraiga así como ninguna excusa para dar todo lo necesario en función de nuestros compromisos.
Se le atribuye a Maya Angelou la frase: «la gente va a olvidar lo que dijiste y lo que hiciste, pero siempre va a recordar cómo los hiciste sentir«, así que es imprescindible hacer todo lo necesario para hacer sentir bien a todos con quienes compartimos, con lo cual generaremos un ambiente en el cual, a pesar de las circunstancias que siempre nos arropan, podamos lograr los objetivos que precisamente son la razón de estar juntos.
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