Fernando J. Castellano Azócar
Como todo en la vida, en el ámbito laboral hay dias buenos y dias malos, y eso se extiende en algunos casos a semanas y hasta a meses, pero en mi opinión lo importante es el balance que debe ser positivo hacia los dias buenos. Relacionado con eso, en dias pasados le preguntaba a mi equipo como se sentían cada noche con respecto al trabajo, y estoy consciente que es una pregunta riesgosa porque quizás la primera respuesta es que ni siquiera piensan en el trabajo porque es su tiempo personal, pero por el contrario esa pregunta llevó a una conversación muy sincera en la que pudimos mostrarnos vulnerables. Y es que yo soy de los que al final de cada día verifico como me siento, y de acuerdo a la respuesta concluyo si fue bueno o no el día, esto en relación al nivel de satisfacción que siento por todo lo que hice. Esto definitivamente es una actividad muy personal, pero a nivel mas general se debe considerar la empresa en la que se trabaja. No tengo duda de lo importante que es trabajar en una empresa que uno sienta que es buena, y esa conclusion tiene dos niveles: uno personal y uno mas general.
A nivel general se pueden considerar algunos parámetros que definen una empresa como “muy buena para trabajar”. En lo personal me gusta lo que define Robert Glazer como los 3 parámetros que en su experiencia tienen en común las mejores empresas:
- Un producto o Servicio que la gente ame.
- Una gran cultura y gente excelente.
- Una excelencia operacional.
En el caso del producto o servicio, una gran empresa debe tener algunos que los clientes sean felices de pagar por ellos. Por supuesto que estas empresas se enfocan en mantenerse a la vanguardia de sus productos porque eso es lo que asegura su existencia en el tiempo. Con respecto a la cultura y la gente, las mejores empresas buscan al mejor talento, establecen una vision y valores con los que ese talento se siente conectado y motivado, y crean un ambiente que empodera a la gente para que hagan su mejor trabajo y que crezcan con el negocio. Precisamente en este punto es donde sucede el milagro de que la gente se sienta apasionada por ir a trabajar porque, entre otras cosas, se sienten valoradas por sus contribuciones. Y algo que resulta sumamente interesante y que muchas veces pasa desapercibido es la excelencia operacional, a menudo conocida como “el negocio del negocio” ya que está conformada por aquellos procesos que a menudo pasan desapercibidos como nomina, servicio al cliente, facturación, cadena de suministro y todas las tareas que en general mantienen tanto a los clientes como a los empleados satisfechos. Una prueba muy básica para conocer la salud operacional de una empresa es que tan fácil pagan una factura a la primera vez que se presenta.
Ahora, a nivel personal se hace importante entender si desde el punto de vista general estamos en una gran empresa. Si la respuesta es positiva entonces deberíamos sentir que la mayor parte del tiempo nos sentimos satisfechos con lo que hacemos. Como Líderes, es importante el tener muy claros estos parámetros y saber si estamos en el lugar correcto porque al final estaremos transmitiendo nuestros sentimientos al equipo que lideramos. Principalmente cuando no estamos en las áreas que son parte del “core” de la empresa, es imprescindible saber el valor que aportamos. Cada posición en una empresa es necesaria y tiene un impacto en el resultado general, y lo importante es tener claro eso porque si definitivamente no vemos valor en lo que hacemos, pues la frustración estará siempre presente. Pero si vemos que estamos en una de las mejores empresas y somos conscientes del valor que aportamos, pues el balance deberá ser siempre positivo lo cual representará esa satisfacción laboral que impulsa la pasión que nos lleva a ir todos los días no a cumplir con una rutina, sino a buscar cada oportunidad que hará la diferencia.
“To improve is to change, to be perfect is to change often”
Winston Churchill


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