
A menudo me pregunto cómo hacer la diferencia y la respuesta es que debo amar lo que hago. Pero qué significa eso?
Mi mamá todo lo hacía con mucha pasión y en mis días de adolescencia llegué a pensar que tenía un poder superior porque siempre estaba segura que las cosas sucederían, y la mayor parte del tiempo efectivamente lo hacían, y con el tiempo terminé entendiendo que esa pasión la complementaban dos elementos: Constancia y Disciplina.
Y es que la pasión es indudablemente fundamental, pero no es suficiente ya que no asegura que uno ejecute las acciones necesarias cuando son difíciles o cuando uno ve que los demás se detienen, o incluso cuando los resultados no son evidentes ni visibles. Un caso que viví lo recuerdo constantemente como ejemplo del impacto de la constancia y disciplina que se requieren para lograr las metas propuestas: cursaba por primera vez la materia fundamental de mi carrera con un Profesor que tenía una fama de infranqueable. Entre lo difícil de la materia y mi falta de concentración la última oportunidad que tenía era lo que se conocía el examen de reparación, que daba la oportunidad de aprobar la materia en un último esfuerzo suicida. Por supuesto que estudié como un loco para esa última oportunidad, pero la noche anterior al examen me entró el miedo y me convencí que no pasaría el examen, por lo que decidí no no presentarme. Al día siguiente me llegó el inmenso impacto del destino con lo que llamaría un milagro: pasados unos minutos de comenzar el examen el Profesor le pidió a todos los presentes que entregaran lo que habían hecho ya que había decidido que todos estaban aprobados.
El secreto para alcanzar las metas es muy simple pero nada fácil. Cualquiera puede hacer algo una vez, pero no todos lo hacemos de forma consistente. Hacer una comida sana un día es fácil, pero hacerlo toda la semana no. Hacer ejercicio ocasionalmente es fácil; hacerlo varias veces a la semana no. Muchos no somos consistentemente disciplinados cuando los tiempos son buenos, muy pocos lo son en tiempos de estrés.
Fácil es plantearse una meta independientemente de cómo se le considere, pero para asegurar que se alcanza, lo necesario es la constancia y la disciplina que desarrollemos porque son éstas habilidades las que nos permitirán hacer cosas ordinarias por períodos de tiempo extraordinariamente largos, incluso cuando los resultados apenas se noten. Porque como lo dijo Seth Godin: “Los resultados extraordinarios provienen de gente ordinaria que tiene una disciplina poco común”.