Teníamos un año planificando ese día. Era uno más, pero la entrada a la adolescencia lo hacía especial. Incluso Google me escribió que como entraba a los 13 años ya iba a poder ser responsable de su correo electrónico y que lo hablara con ella, un signo inequívoco tanto de sus cambios como de los nuevos tiempos en los que vivimos. El plan era simple: yo estaría medio día en la oficina, ya que estarían sus amigas acompañandola en la celebración de su cumpleaños, y yo llegaría con unas pizzas y a tiempo para el momento del pastel. Todo iba perfecto, hasta que un gran dolor surgió de repente y lo cambió todo.
Como todos los días estaba sentado en mi lugar cuando de repente sentí en la espalda como que algo se había roto. Asumí que era algo muscular y que al cambiar la posición ya desaparecería, pero no hubo manera de aguantarlo. No podía pensar, caminar, sentarme. Sudaba frío y decidí acudir al servicio médico donde me atendieron entre lágrimas de dolor y lograron reducir el dolor con un par de calmantes que me inyectaron. El diagnóstico inicial: una piedra en el riñón.
Ya con el cumpleaños en proceso y hasta con una invitada en casa, todo tuvo que cambiar. Las dejamos con unos amigos, me buscó mi esposa y luego de todo el proceso correspondiente terminé operado, con un catéter, una sonda e inutilizado en la habitación de una clínica.
Mucho se dice que no es lo que nos pasa el problema sino como reaccionamos, y con todo lo que pasamos tuve oportunidad de pensar en muchas de las cosas que se hacen invisibles y que terminan siendo elementos que nos afectan sin ser conscientes. No hay manera de evitar la incertidumbre, y la planificación termina siendo el escudo principal que usamos, pero obviamente no es infalible. Al final no sabemos que va a suceder, y tenemos que aprender a vivir con eso. Ya luego de 3 semanas y una segunda operación para quitarme el cateter todo volvió a la normalidad. Pasados unos días celebramos el cumpleaños y todo quedó como una experiencia para el futuro. Un futuro que, como el de todos, es incierto porque siempre será un plan en proceso.
