La Meta de ser Erudito


(Publicado originalmente en el Blog de Idem el 21/07/2020)

Por: Fernando J. Castellano Azócar

Aún hoy en día, la definición de “Erudito” (Polymath en inglés) está sujeta a debate. El término tiene sus raíces en  la Antigua Grecia y fue utilizada por primera vez al comienzo del siglo 17 para identificar a una persona con “muchos conocimientos”, pero no hay una manera fácil de decidir qué tan avanzados deben ser ni en cuántas disciplinas. Muchos investigadores argumentan que para ser un verdadero erudito se necesita algún tipo de reconocimiento formal en al menos dos áreas que no estén relacionadas.

No es para todos conocido que si no fuera por una actriz y un pianista quizás aún no existirían ni el GPS ni las redes WiFi. Al final de los años 30 y comienzos de los 40, Hedy Lamarr era de las mas famosas en Hollywood por sus interpretaciones de “femme fatales”. Pocos de sus contemporáneos sabían que su otra gran pasión era inventar. Lamarr conoció a George Antheil, un excelente pianista, compositor y novelista que también tenía un interés en la ingeniería. Y cuando la pareja descubrió que las fuerzas enemigas estaban interfiriendo las señales de radio de los Aliados, se dispusieron a buscar una solución. El resultado fue un método de transmisión de señales que aún es utilizado en la tecnología inalámbrica de hoy en día. Resulta sorprendente el origen de esta tecnología que cambió el mundo, pero es un ejemplo perfecto de la mente de un erudito.

Cuando somos niños vivimos fascinados por muchas y distintas áreas, pero en las escuelas, universidades y luego cuando trabajamos nos vemos presionados a especializarnos en pocas o simplemente un área, de manera que mucha gente podría tener la capacidad de ser eruditos, para lo cual deben decidir andar por la senda que podría llevarlos a serlo.

Hoy en día se sabe por distintos estudios  que cuando nos concentramos en alguna tarea compleja, el cerebro a menudo alcanza un punto de saturación a partir del cual la atención se desvía y cualquier esfuerzo adicional falla. Pero si en ese momento se presta atención a otra actividad no relacionada, se logra nuevamente un nivel de concentración alto de manera que cambiar entre diferentes tipos de tareas puede impulsar la productividad. De igual manera los estudios han demostrado que luego de cierto tiempo dedicado a alguna práctica o estudio dejamos de aprender de manera eficiente. Entonces, podemos hacer un mejor uso de nuestro tiempo si regularmente cambiamos entre áreas o tareas. Así, quienes deciden buscar el camino de la erudición utilizan a su favor el alternar entre intereses, con lo que aseguran que utilizan su cerebro a su máxima eficiencia en cada área. 
Hoy en día y gracias a la tecnología tenemos la oportunidad de elegir entre muchas opciones para desarrollar nuestras habilidades en muchas áreas a través de plataformas como la de IDEM, donde se ofrecen distintas oportunidades para no sólo adquirir conocimientos en áreas que por distintas razones no pudimos desarrollar, sino para alcanzar altos niveles de eficiencia gracias a la diversidad, así como la aplicabilidad en nuestras vidas basado en la experiencia de quienes formamos parte de IDEM.

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