Paternidad Extendida


En algún momento escuché que lo natural es que los hijos entierren a los padres; a mi me tocó vivir la experiencia mucho antes de lo que podría considerarse normal y no por ser lo “natural” significa que no sea terriblemente traumático, y es que la paternidad trae consigo una carga de responsabilidad inmensa, ya que cada cosa que se hace va a influir directamente en los hijos, y al no estar se deja un hueco enorme que por lo general no se llena.

Soy muy afortunado de haber tenido un papá espectacular. Como todos, tuvo sus aciertos y errores, y lo que me ha sucedido es que en la medida en la que voy ganando edad he ido encontrando razones por las que entiendo algunas cosas de las que viví con él y que en su momento resultaron grandes interrogantes. Quien tiene la oportunidad de ser Padre no vive pensando en el impacto que genera en sus hij@s; es una responsabilidad que llega sin manual ni guía y que cada caso es único. Todo lo que se hace como padre es parte del proceso de formación que viven nuestros hij@s, y sólo el tiempo, mucho tiempo, da oportunidad de saber en qué medida y forma se generó el impacto. En mi caso, cada día que pasa lamento el no poder decirle a mi papá cuánto aprendí de él, cómo mis logros tienen, en la mayoría de los casos, su firma; y cómo en todos mis fracasos necesito contarle para recibir, como antes, sus consejos, algunos agradables y complacientes, otros duros y recalcitrantes. Pero afortunadamente he tenido la oportunidad de recibir la guía de muchos que sin ser mi padre decidieron dedicarme algo de su tiempo, experiencia y paciencia, a quienes hoy les hago llegar mi más sentido agradecimiento.

Y es que en muchas áreas se nos presenta la oportunidad de causar un impacto similar y hasta mayor como por ejemplo con un amigo que comparte un problema que tiene; o con alguien del equipo de trabajo a quien se le orienta para que haga lo que no cree posible, o simplemente a quien el destino pone en tu camino (y en el suyo) para dar un consejo sin saber cómo pudo haber cambiado incluso su vida.

Por supuesto que no somos todos iguales; unos dedicarán su tiempo a quienes ni siquiera conocen; otros ni siquiera a sus propios hijos; pero lo importante es tener la conciencia de que todo lo que hacemos tiene un impacto en los demás. Esa conciencia debe hacernos evaluar qué tan empáticos podemos ser. Sólo hay que recordar que todo lo que hacemos puede cambiarle la vida a alguien lo cual, sin lugar a dudas, es un ejercicio innegable de Paternidad Extendida.

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