
Por: Fernando J. Castellano Azócar
Por experiencia mantengo una regla que es que lo personal y lo laboral no debe mezclarse. Hoy en día es común que nos asignen un teléfono y una computadora para ejercer nuestras funciones, y aunque no hay problema para usar esas herramientas para asuntos personales, siempre hay un momento en el que se potencia un problema si se llegan a pasar ciertos límites. Así, lo que me indica mi experiencia es que lo que es de la oficina se use como tal, y que lo personal se atienda por otros medios. Pero en el caso de las redes sociales, nos pueden exigir usarlas de una manera en particular?
En días pasados me contaron de una empresa que obligó a sus empleados, por escrito, a darle un aspecto corporativo a sus perfiles en LinkedIn. De inmediato mi comentario fué que eso debía ser incluso ilegal, y que en última instancia las redes sociales eran personales, y como tales no se le podía obligar a nadie a usarlas en ninguna forma en particular. Por supuesto, si por ejemplo en LinkedIn se coloca que se está trabajando en una empresa, lo que debería suceder es que uno se comporte de manera acorde, lo cual no es algo exclusivo de las redes sociales, sino que aplica para todo lo que hacemos en nuestra vida.
Pero regresando al tema con el que inicié, en principio uno estaría en la posición de negarse a cualquier solicitud que le hagan al respecto, Pero, podría ser que como parte del contrato nos condicionen al uso de nuestras redes sociales? Recuerdo que un amigo de mi papá que había comprado un carro nuevo comentaba que le iba a cobrar a la agencia por hacerle publicidad, ya que le habían colocado unas calcomanías con el nombre de la misma, y ahora, basado en esa actitud que en su momento me pareció algo extremadamente absurdo, pienso si uno podría negociar con la empresa en la que trabaja por mencionarla? Podría esa situación llegar a ser parte de la negociación al momento de ingresar a un nuevo trabajo? Quizás se revierta esta posibilidad que pareciera estar surgiendo de que nos obliguen a colocar lo que otros decidan en nuestras redes sociales, y por el contrario nos pidan que ni los mencionemos, ya que eso implicaría un pago por publicidad que tendríamos todo el derecho de exigir.
Son tiempos nuevos, disruptivos, en los que tenemos la oportunidad de ser parte de los cambios que se están dando. Algunos a nuestro favor, y otros que abren oportunidades para beneficios impensados.