Por: Fernando J. Castellano Azócar
Si lo invitaran a un sitio al que nunca ha ido y decide ir con alguien que dice saber el camino, no le quedaría mas remedio que confiar en el conocimiento de esa persona. Pero si en el camino comienza a vacilar, y se pierde, y pasa varias veces por el mismo lugar, llegará el momento en que no querrá seguir y decidirá o intentar llegar por su cuenta, o desistir de ir al sitio. Ese es un ejemplo clásico de los problemas que enfrenta un líder.
Al Líder no se le puede exigir que sepa de todo. De hecho, muchos líderes terminan siendo exitosos en áreas donde no tienen conocimiento. Cómo lo logran? Pues haciendo uso de los recursos a su alcance. Una frase común es “no se necesita tener el conocimiento, sino el teléfono de un experto“. Para sentirse cómodo como Líder, se requiere dar muestras de control de la o las situaciones. En el ejemplo del comienzo, si la persona al darse cuenta que está perdida de inmediato reconoce su situación, y se apoya en recursos como llamar a pedir la dirección o usar un GPS, y al final, cumple con su cometido en un tiempo correcto, no habrá problema en que lo reconozcan como un Líder.
Entonces, surgen algunos aspectos que deben estar presentes a la hora de liderar como lo son: sinceridad, oportunidad y por supuesto, seguridad. La preparación juega un papel preponderante en el camino hacia el liderazgo, ya que permite generar confianza al ir alcanzándose resultados que conllevan a la meta final. Pero, se puede contar con todos los elementos que se han mencionado hasta aquí (y más!), y si se muestra indecisión, puede perderse, para comenzar, la confianza y por allí irse el resto de la costura.
Muchas veces no se da uno cuenta de los mensajes que se transmiten, por lo cual es importante hacerse conscientes de los mismos. Por ejemplo, arrancar una respuesta con un “yo creo…“, da un mensaje equivocado. Un buen Líder puede tener confianza en dar su respuesta sin dudar, y dar oportunidad al equipo de dar sus opiniones, analizar la mejor opción y aplicarla aun cuando no haya sido la suya. Como un ser humano que es, puede tener sus dudas, y ante ellas la mejor opción, sobre todo si está en una situación caótica donde nadie tiene o no se atreve a dar una respuesta por las consecuencias que tendría el error, es seguir su instinto y tomar la decisión mostrando la mayor seguridad. Al final de cuentas, un Líder se crece en forma proporcional a su capacidad de asumir riesgos que terminan en los resultados esperados. No se trata de ser temerario, pero si de tener agallas en los muy comunes momentos en que se requiere una decisión en medio del caos.
Arbitrariamente, una de las citas mas famosas de la literatura universal es una muestra gigante de indecisión: aquel “ser o no ser, he aquí la cuestión” de Shakespeare denota las vicisitudes a las que se ve sometido el Líder. Afortunadamente, el problema no es tener la duda, sino contar con lo necesario para dilucidarla. Y si no, tener la capacidad de asumir el riesgo pero siempre con la actitud correcta.